sábado, 12 de septiembre de 2009

ovnis y defensa...la realidad. cap. 8


CAPÍTULO 8
OVNIS: hipótesis e intentos de duplicación
8.1 Duplicaciones parciales
Las observaciones creíbles de objetos aéreos pueden ser apoyadas con explicaciones técnicas probables de los fenómenos reportados,
comparados con el estado actual de nuestros conocimientos. Entre los casos más impactantes destacamos:
- los desplazamientos aéreos, realizados en silencio con fuertes aceleraciones y/o velocidad, - el apagado de los motores de vehículos
terrestres próximos,
- la parálisis motora de los testigos.
En la medida que los avistamientos son más documentados y más creíbles, por la evidente calidad de los testigos, proviniendo de pilotos
de avión, están sus observaciones de movimientos aéreos, observaciones a menudo apoyadas además por los registros de radar, que
serían las primeras en ser explicadas.
8.1.1 Desplazamientos
Existen, en teoría, varias proyectos de propulsión que no obligan a recurrir a hélices o a reactores, y que podrían igualmente ser
silenciosos. El más avanzado es el llamado magneto hidrodinámico, abreviado MHD, pero muchos (otros) proyectos pueden también ser
considerados. Nosotros vamos a estar pendientes.
8.1.1.1 La propulsión MHD
Su principio, que no considera el vacío, consiste en hacer circular una corriente eléctrica alrededor de un componente móvil. El móvil,
al mismo tiempo, emite un campo magnético. Según la ley de Laplace, este campo ejerce una fuerza en la corriente, y por lo tanto en el
medio en que circula: es el principio de la mayoría de los motores eléctricos. El medio sería así movilizado por la influencia del móvil,
de manera que, por reacción, sufrirá un fuerza que permitirá impulsarlo.
De nuevo es necesario hacer aparecer el campo y la corriente necesarios:
- para que el campo magnético que allí circula se ubique fácilmente debajo de las paredes movibles de las bobinas (como en los motores
eléctricos) recorridas por una corriente eléctrica apropiada,
- para la corriente eléctrica, pues depende del medio.
En agua de mar, es fácil hacer circular una corriente por medio de electrodos dispuestos a lo largo del móvil. Es por esto que la
propulsión MHD ha sido experimentada hasta el momento con éxito en los Estados Unidos y Japón, en prototipos de navíos, así como
en la superficie de submarinos.
En el aire, que es un aislante natural, es más difícil hacer pasar una corriente eléctrica, pero se puede transformar al aire en medio
conductor, por ejemplo, de fuertes campos eléctricos generados mediante los electrodos apropiados (el aire, vuelto conductor, puede
ponerse más o menos luminoso, que es lo que observamos frecuentemente alrededor de los objetos desconocidos). En cuanto al campo
magnético, puede ser creado como en los barcos. Sin embargo, en el aire la propulsión es más difícil de obtener, pues no sólo debe
propulsar al móvil, sino compensar primero su peso. Los campos eléctricos y magnéticos requeridos son, por consiguiente, más intensos
que para un navío, y en la práctica, no es posible conseguir los campos intensos indispensables sin recursos como bobinas
superconductoras. Todavía teórica hasta hace unos años, la puesta en marcha de un vehículo aéreo es, desde 1991, una perspectiva
creíble, con el descubrimiento de superconductores capaces de funcionar a temperaturas cercanas a la ambiental.
La propulsión en la atmósfera sin hélices o reactores, es en principio posible por MHD, y los cálculos demuestran que la potencia
necesaria no es, en ciertos casos, inalcanzable con nuestros motores aeronáuticos actuales. El hecho de que los objetos observados de
cerca no dejen apreciar (o escuchar) un sistema de enfriamiento, puede explicarse en tanto que la duración de vuelo de los artefactos no
pasa de una decena de minutos. Por otra parte, otros motores que nosotros ya usamos - eléctricos, a partir de energía almacenada a
bordo, o por inercia, si bien no son todavía bastante poderosos - no tiene la necesidad de enfriamiento inmediato, lo que demuestra que
este problema no es insuperable.
Numerosos testigos se han sorprendido por el silencio que acompaña a las maniobras de los objetos, los cuales, incluso a velocidades
supersónicas, no generan una onda de choque (ver 1ª. parte, capítulos 1,2 y 3). La propulsión de MHD podría explicar este silencio:
tanto las primeras experiencias de supresión de ruido, como la supresión de la estela y de la onda de choque, más que condiciones
singulares, son propiciadas (por este tipo de propulsión).
Los trabajos sobre los diferentes aspectos de la propulsión MHD en aeronaves son numerosos en el extranjero: en los Estados Unidos en
el Instituto Politécnico Rensselaer en Troy (NY), y, según la revista New Scientist (febrero 1996), en Gran Bretaña y en Rusia.
En resumen, el estado actual de nuestros conocimientos nos permite proyectar en corto tiempo un prototipo de aeronave MHD,
mientras que en el plazo de unos diez años, nos parece muy probable la realización de un vehículo con las mismas posibilidades de
movimiento que los artefactos aéreos descritos por los testigos. Solamente, por el momento, siguen sin resolverse la casi ausencia de
circulación de aire perceptible y de ruido en vuelo estacionario.
8.1.1.2 Otros métodos de propulsión
En el vacío, la ausencia o la escasez de moléculas o átomos impide, tanto la circulación de corriente en el medio, como la proyección de
una masa suficiente de sustancia extraída por este medio. La propulsión por MHD no es posible ahí y se deben formular otras hipótesis.
La propulsión por reacción a partir de reacciones químicas comparables a la de nuestros cohetes, aunque no permite maniobras
complejas, no debe excluirse sin un análisis. En efecto, el desplazamiento en el espacio de los objetos no identificados se efectúa muy
lejos de nuestro campo de visión.
Además, revestimientos usados como disfraz los volverían invisibles a los telescopios y a los radares, desde algunos kilómetros hasta
decenas de kilómetros. En ese momento, estos objetos serían capaces, a esas distancias, de utilizar propulsiones más conocidas sin ser
detectados. Se presentarían problemas sobre todo de consumo de energía y de masa expulsada, pero el método citado aquí en 8.1.1.3
permitiría resolverlos en parte.
Más avanzadas tecnológicamente son las propulsiones que recurren a la eyección a muy alta velocidad - una fracción percibida de la
velocidad de la luz - de haces de partículas. Es un hecho que cuanto más grande sea la velocidad de eyección, la masa expulsada será
débil y la eyección podrá ser conseguida muy lentamente. Tales haces de partículas, transportables en satélites, han sido desarrollados
para la guerra espacial por la ex-URSS (laboratorio de von de Ardenne en Soukhoumi, Georgia) y por los Estados Unidos, en particular
en el laboratorio nacional de Argonne. Actualmente estos haces son, ciertamente, menos poderosos de lo que sería necesario para este
caso, pero existe el interés en motores de poca potencia, suficientes para aproximarse a los planetas. Un motor de este tipo equipó la
sonda americana "Deep Space 1", que debería alcanzar al asteroide 1992 KDS el 29 de julio de 1999.
Otros métodos de propulsión espacial son estudiados muy intensamente: la propulsión nuclear por fisión (proyectos NERVA, ORION,
DAEDALUS) y, más recientemente, por fusión, los cuales ofrecerían ganancias de uno y de más de dos órdenes de magnitud,
respectivamente, a los reportados en los mejores motores actuales. Aún más, la utilización de energía abastecida bajo la forma de
antimateria - actualmente posible después de que en el CERN fue creado un átomo de antihidrógeno y se ha logrado el medio para
abastecerlo - ofrecerá ganancias cien veces más importantes.
Por esto, un creciente número de centros de investigación manejan trabajos sobre este tema: el Jet Propulsión Laboratory, el Lawrence
Livermore Laboratory, y el Air Force Astronautical Laboratory (Base Edwards de la Fuerza Aérea), donde también se estudia, según el
"Jane’s Defence Weekly" del 10 de junio de 1996, la antigravitación. Esta última opción también se estudia en Gran Bretaña y en la
CEI.
8.1.1.3 La utilización de impulsión planetaria o estelar
Más cercana a nuestras técnicas actuales, aunque no es propiamente un tipo de propulsión, el Jet Propulsion Laboratory había
imaginado en 1961 un aparato espacial que, tras rebotar sobre los pozos de potencial de planetas convenientemente escogidos, podría
adquirir velocidades cada vez mayores sin gasto de energía. Este método se usa ahora sistemáticamente para las misiones hacia los
planetas más lejanos de nuestro Sistema. Se puede entonces concebir, como lo propuso Dyson en 1963, que en la utilización de
"reflexiones", no sólo sobre planetas, sino también sobre estrellas, se pueden desarrollar velocidades considerables (sólo limitadas por
las velocidades de despegue) y recorrer distancias interestelares con relativamente poca energía, a coste del tiempo necesario en los
rebotes de salida y llegada.
Este método conducirá a que la duración de los viajes interestelares se calcule probablemente en milenios, imponiéndose los tiempos
reducidos que ofrece la propulsión por antimateria.
8.1.1.4 Conclusión sobre los desplazamientos
En resumen, para los desplazamientos, tanto en la atmósfera como en el espacio, podemos formular hipótesis razonables sobre el vuelo
sin medios aparentes de sustentación en el primer caso, y sobre el recorrido de grandes distancias hasta la escala interestelar, en el
segundo.
8.1.2. Detención de los motores de automóviles terrestres
Para explicar este fenómeno, a menudo reportado en el extranjero, hay que sugerir una acción a distancia. Si ningún haz de luz parece
asociado a las parálisis de motores, se puede pensar en rayos radioeléctricos, tales como las microondas, que sabemos que pueden
provocar efectos de este tipo y que pueden ser fácilmente emitidos en grupos para actuar a distancia. En estas condiciones, la emisión de
microondas por aparatos desconocidos sería de tal naturaleza, como para crear alrededor del vehículo un campo eléctrico bastante más
elevado que las tensiones de encendido, y adicionalmente, provocar la ionización del aire alrededor del circuito de alta tensión del motor
(bobina, distribuidor, cable de bujía), provocando así un cortocircuito en la corriente de encendido hacia la masa del motor y
deteniéndolo.
Desde la generalización en los años 70 del encendido eléctrico, la acción de las microondas, siguiendo el mecanismo previamente
descrito, puede usarse directamente en la paralización del circuito electrónico que genera la alta tensión. Por consiguiente, se puede
concebir que la acción de objetos desconocidos en los vehículos terrestres, incluyendo ahora aquéllos provistos de motor a diesel, los
vuelva vulnerables a causa de su circuito de encendido, a menudo eléctrico.
Recordemos que la capacidad de los rayos de microondas de provocar efectos a distancia, está al alcance de nuestras propias
tecnologías, como lo demuestran los trabajos avanzados llevados en los Estados Unidos y en la ex-URSS, para desarrollar armas de
microondas, destinadas precisamente a destruir o paralizar a distancia los medios electrónicos hostiles, así como actuar sobre el
personal (humano). En Francia, los generadores de hiperfrecuencias de gran potencia, que pueden ser utilizados para este fin, están en
estudio.
Esto no excluye que puedan usarse otros tipos de rayos. Los haces de partículas cargadas serían capaces de efectos análogos,
atravesando, si se da el caso, la materia viviente, como los cuerpos de algunos testigos, sin que éstos sientan o se percaten de secuelas
notables y duraderas. Un ejemplo pueden ser los haces de aceleradores utilizados en las terapias de protones, que comienzan por
atravesar la tela, sin causar daños al momento de su penetración, y que para no volverse nocivos, se debe reducir su energía por debajo
de cierto límite.
Este tipo de comportamiento coincide, además, con ciertos testimonios que hablan del avistamiento de rayos luminosos atravesando
algunos obstáculos materiales. En efecto, los rayos de protones, al ionizar el aire, se vuelven generalmente visibles, bajo la forma de
haces luminosos truncados cuya longitud está en función de su energía inicial.
8.1.3 Parálisis motora de ciertos testigos
Este fenómeno es menos frecuente. Es notable el que las parálisis reportadas sólo afectan ciertos movimientos voluntarios, mas no la
respiración ni la postura (el equilibrio, en particular, no se ve afectado: los testigos no caen) ni los movimientos oculares. Hablando
conceptualmente, se puede remarcar que la postura y el aumento respiratorio del ser humano residen en el cerebelo, órgano
independiente del cerebro que gobierna los movimientos voluntarios. A las microondas, actuando a distancia en ciertas partes del
cuerpo humano (que como se refirió más arriba, es también uno de los objetivos de las armas a microondas), es razonable atribuirles
efectos de parálisis observados. Notemos que esto es estudiado, entre otros, por la Air Force Weapons Laboratory en Kirtland AFB.
8.2 Duplicación y credibilidad
El hecho de que nosotros podamos formular una hipótesis creíble sobre la propulsión de estos objetos avistados, es evidentemente un
indicio positivo, pero su semejanza al modelo que imaginamos, no es suficiente para probar su existencia.
En este punto, la historia de la técnica nos sugiere humildad, pero también puede dar algunas certezas:
- la humildad: admitir errores de pronóstico cometidos en el pasado. Es suficiente recordar las afirmaciones de (o a pesar de...) algunos
grandes científicos: "No podremos respirar en túneles", "La ciencia está casi terminada", "Algo más pesado que el aire no puede volar",
etc.
Sería por consiguiente muy presuntuoso pretender, a partir de nuestro conocimiento y nuestras realizaciones actuales, prever lo que
podrían ser técnicas tan sólo un poco más avanzadas que las nuestras, o incluso las nuestras en uno o dos siglos. ¡Consideremos que
hace sólo 150 años los motores, la electricidad, la existencia del átomo y las ondas hertzianas eran desconocidos! Uno también puede
releer a Jules Verne: "París en el siglo XX" o "Ayer y mañana"...
- las certezas: los progresos científicos y técnicos sólo pueden continuar al apoyarse en más científicos e ingenieros que nunca antes,
estimulados por la competencia entre las naciones. Esta competencia, en nuestro hermético mundo actual, se apoyaría en todos los
recursos antaño gratuitos: el agua potable, los mares altos, los territorios polares, el aire, el espacio, la frecuencias de radio...
Si es arriesgado predecir los resultados de un ambiente científico y técnico cada vez más acelerado, es al menos casi seguro que, al igual
que desde hace algunos décadas, nuestros propios conocimientos habrán progresado mucho. ¡Que se dirá cuando se progrese más allá!
En esas condiciones se puede concluir, con un alto grado de certeza, que los movimientos de objetos que actualmente están más allá de
nuestras posibilidades, serán técnicamente factibles en algunas décadas, incluso algunos siglos, aún si los conocimientos puestos en
práctica no son aquéllos que nosotros prevemos.
En la medida en que la conclusión precedente sea aceptable, iremos más lejos y señalaremos que en unos millones de años solamente
estos conocimientos serán (salvo una catástrofe) distribuidos entre la aparición del hombre y las futuras expediciones estelares de
nuestros descendientes (cf. el capítulo 8.3.6 y el anexo 4). Este lapso de tiempo, entre la aparición en la Tierra de una inteligencia
consciente y el momento donde nosotros podremos lograr las proezas de los objetos que nos ocupan aquí, es diminuto (uno a dos
millones de años), comparado con la edad de la Tierra, así como son 600 millones de años los que nos separan de la aparición de los
primeros organismos vivientes, en el periodo Cámbrico.
Sin embargo, la evolución de otras inteligencias en otros mundos, razonablemente no puede desarrollarse exactamente a la misma
velocidad que en la Tierra. Si la edad de estos otros mundos es como la de la Tierra, del orden de 4 mil millones de años, y si una vida
consciente apareciera allí, ni la velocidad de su desarrollo, ni el tiempo de la creación de ese mundo podrían ser precisamente los
mismos que en el nuestro.
En esas condiciones, incluso un porcentaje diminuto, por ejemplo del 0.1% de los casos determinados inicialmente, daría por
consecuencia que una civilización semejante pudiera localizarse, con respecto a la nuestra, entre varios millones de años adelantada y
varios millones de años atrasada.
La probabilidad de que los grados de evolución de dos civilizaciones en el universo, e incluso en un mismo sistema solar, sean iguales,
parece muy débil, y con toda probabilidad no tenemos más que dos posibilidades:
- nuestros vecinos son varios miles o millones de años más atrasados que nosotros (o no existen aún como especie consciente), y somos
nosotros quienes los descubriremos,
- nuestros vecinos son más avanzados que nosotros, pero entonces es probable que esta ventaja sea calculada en milenios o más, en
lugar de en años o incluso en siglos; y si lo juzgamos por la velocidad de nuestro propio desarrollo, el nivel rebasaría, seguramente en
todos los campos, nuestras capacidades de pronóstico.
8.3 OVNIS - Las hipótesis en conjunto
Después de varias décadas, la recolección sistemática y el estudio científico de los fenómenos atmosféricos inusuales han permitido
algunos avances mayores. Por supuesto, un buen porcentaje de los avistamientos han sido, tras el análisis, declarados como hechos
totalmente explicables: reingreso de satélites, sondas esféricas, etc. Esto por otra parte, ha permitido probar la precisión de los
observadores, así como la veracidad y la concordancia de testimonios. Los casos de estafa son en definitiva demasiado insólitos y
bastante fáciles de descubrir. La mayoría de los observadores han demostrado ser fieles, aunque se deben tener en cuenta las
complicaciones de varios avistamientos.
Como sea, el gran número de observaciones también permitió clasificar parte de los avistamientos creíbles y bien documentados como
PAN D (Fenómenos Aerospaciales No Identificados categoría D) para los cuales ninguna explicación pudo ser encontrada. Por lo tanto,
estos fenómenos están a menudo repletos de testimonios donde coinciden los avistamientos visuales y las detecciones de radar.
Ciertamente, si sólo hay una decena de PAN D, uno podría contentarse con clasificarlos con la ambigua relación de "sin seguimiento",
pero nosotros no estamos ni conformes, ni iremos más lejos. Por ello, estamos altamente comprometidos a buscar algunas explicaciones
creíbles. Hipótesis de todos tipos han sido propuestas y podemos clasificarlas como sigue:
8.3.1 Las hipótesis no científicas
"Sin realmente darnos cuenta somos manipulados" (por un grupo muy secreto de hombres muy poderosos y muy astutos, por seres
extraños y desconocidos, e incluso por extraterrestres, por los espíritus, por el diablo, por nuestros fantasmas psicológicos, etc.).
Evidentemente uno no puede decir sin análisis que tales hipótesis sean verdaderas o falsas, pues son indemostrables; su inconveniente
principal es que éstas no nos pueden servir de gran cosa.
Es necesario enlistar en esta categoría a los fenómenos parasicológicos y las alucinaciones colectivas. Asimismo, está la idea a veces
difundida de que los artefactos observados son en realidad producto de la actividad futura de la humanidad. Nuestros descendientes
lejanos, habiendo encontrado los medios para dominar al tiempo, vendrían a observarnos...
Por supuesto, es conocido el intento de reconstruir y observar el pasado por medio de todos los rastros que éste dejó, y que teóricamente
se puede observar directamente (por ejemplo, el descubrimiento de un planeta, situado a unos años de luz, con un espejo bien
orientado). Sin embargo, queda fuera de todo cuestionamiento que semejante observación pudiera influenciar de alguna manera
cualquier evento en un pasado remoto, no habiendo sido éste detectado.
8.3.2 Las armas secretas de una gran potencia
Los PAN D serían vehículos de origen terrestre pilotados o teledirigidos. No falta algún observador que estime que el objeto o las
maniobras fantásticas que éste realizó para transportarse en el cielo serían el resultado del último avance del progreso militar, lo que
explicaría el secreto que los rodea. Ciertamente algunos estudios, como aquéllos del avión furtivo o del magneto hidrodinámico, han
llegado a desarrollar efectivamente progresos impresionantes. Sin embargo, sería imprudente exponerlos a las miradas profanas, y
sobre todo, a las de los expertos extranjeros con gran interés por obtenerlos hoy en día, considerando que se trató de esconderlos
durante las décadas en las que se produjeron estos fenómenos, cuando revelarlos habría sido de fatales consecuencias, especialmente si
se considera la cantidad de dolores políticos de estos últimos años.
8.3.3 Los intentos de desinformación
En esta categoría entran la falsificación y los montajes, generalmente acompañados por una fuerte difusión. Algunos investigadores
estiman que, sin considerar las armas ultramodernas, las maniobras de artefactos avanzados pueden servir para envenenar a la opinión
(pública) con el mismo fin que las técnicas de propaganda. Por supuesto, este punto de vista es una consecuencia directa de los días de la
guerra fría. Todos los medios serán entonces útiles para desestabilizar otras áreas, como provocar el miedo de una invasión
extraterrestre, o la duda hacia los líderes "que nos esconden algo de consecuencias muy graves".
Este tipo de hipótesis incluso es menos satisfactoria que las precedentes, porque atenta contra las objeciones de cada uno de ellos.
8.3.4 Las imágenes holográficas
A la vuelta de los intentos de desinformación y de las hipótesis extraterrestres se ubica el tema de las imágenes holográficas, que suelen
asociarse con una gran presencia de tripulaciones extraterrestres. A decir verdad, este instrumento es de un empleo difícil, y exige una
preparación importante, porque el aire es transparente y difunde difícilmente las imágenes. Se debe disponer de un equipo importante
que cubra el campo óptico utilizado, o por lo menos, proyectar en una superficie apropiada; por ejemplo la superficie del agua.
El primer método corresponde a imágenes holográficas virtuales, y el segundo es más simple y frecuentemente utilizado por sus efectos
espectaculares, pero éste deja huellas evidentes... Se puede de esta manera considerar la utilización de las nubes o de una cortina de
lluvia, pero esto presenta múltiples riesgos. Por lo tanto, se puede considerar que el día de hoy, el método de las imágenes holográficas y
métodos asociados no son susceptibles de utilizarse ilimitadamente.
8.3.5 Los fenómenos naturales inusuales
Esta hipótesis no puede ser totalmente descartada, y debe por tanto ser mencionada; sin embargo, es difícil de sostener en los casos
OVNI donde se observa un comportamiento aparentemente inteligente (maniobras de aproximación, de persecución, de evasión, de
fuga...).
8.3.6 Las hipótesis extraterrestres
Un gran número de personas están hoy en día convencidas de que los OVNI son pilotados por seres inteligentes venidos de más allá del
Universo, encargados de vigilarnos y al mismo tiempo de entrar en contacto con nosotros. Aunque seductoras por sí mismas, estas
hipótesis chocan con todo tipo de dificultades posibles. Las hipótesis marcianas no hace mucho que han desaparecido del dominio de lo
posible y, a excepción de la Tierra, el sistema solar no parece producir una vida organizada, y menos aún, una civilización avanzada.
Por lo tanto, se debe buscar más allá, hasta las estrellas, pero las más cercanas están a cientos de millones de veces más lejos que la
Luna.
Los únicos contactos que nosotros podemos intentar establecer actualmente a tan grandes distancias son los contactos radioeléctricos.
Los astrónomos han emprendido para el envío de mensajes y recepción de radio los programas "SETI" y "MEGASETI". Asimismo,
ciertos entusiastas han presentado ideas futuristas para "acortar" la inmensidad, como por ejemplo el uso de los "agujeros negros". El
recorrido de distancias interestelares por eventuales extraterrestres ha irritado mucho a los escépticos, y la mayoría de los astrónomos
repiten que: "el día de hoy no hay ningún caso OVNI suficientemente bien establecido que pueda implicar que provenga de una civilización
extraterrestre".
Sin embargo, dos astrónomos profesionales, Jean-Claude Ribes y Guy Monnet, han propuesto un escenario de nuestro futuro en el
espacio, que implica posibles viajes interestelares. En este escenario, resumido en el anexo 4, (ambos) se imaginan la instalación de
grandes comunidades, y de enormes construcciones artificiales orbitando la Tierra, descritos por el físico O´Neill, incluso en el interior
de grandes asteroides, donde se encontrarían abundantes materias diversas, incluyendo agua y oxígeno, así como (una) cómoda
protección contra los meteoritos y las radiaciones cósmicas. Posteriormente, nuestros descendientes habrían controlado la producción,
el almacenamiento y la utilización energética de la antimateria, utilizándola para la propulsión de sus hábitats a través de otro sistema
solar. Ellos se instalarían en un centenar de asteroides, para de ahí partir hacia los planetas del sistema de arribo a bordo de artefactos
(voladores), los cuales serían percibidos por sus eventuales habitantes tal y como nosotros percibimos actualmente a los OVNIS.
Este escenario, que en lo esencial es actualmente admitido por la física, da cierta verosimilitud a la hipótesis extraterrestre: es posible
imaginar que una civilización venida de otra parte haya colonizado la región de nuestro cinturón de asteroides y los haya utilizado
como base de partida hacia otro planeta. Los progresos actuales de la conquista del espacio y de la física apoyan esta idea.
Señalemos que algunas personas consideran otra hipótesis muy polémica: los OVNIS pertenecen a una civilización situada en el
cinturón de asteroides, pero esta civilización proviene de nuestro planeta. Más antigua que las civilizaciones terrestres conocidas, y más
evolucionada, (ésta) podría haber desaparecido de la Tierra (por guerra nuclear, radioactividad, polución, etc.), pero estaría de nuevo
instalada en el sistema solar.
Las dos hipótesis tienen el mérito de situar el problema OVNI fuera del campo de lo paranormal, así como de incitar a la reflexión sobre el futuro de nuestro planeta...

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