CAPÍTULO 4
Encuentros cercanos en Francia
4.1 Valensole, Alpes-de-Haute Provance (1 de julio de 1965)
Investigación ampliada de la Policía Estatal de la Nación
El 1º de julio de 1965, en Valensole, Maurice Masse abandona su domicilio a las 5 de la mañana, y se dirige hacia su campo de lavanda
situado sobre la meseta cerca del pueblo. Hacia las 6, antes de poner en marcha su tractor, enciende un cigarrillo, escuchando en ese
momento un silbido que llamó su atención. Surgiendo detrás de un pedregal, vio a unos 90 m de él un objeto posado en su campo. Su
forma le recuerda la de un automóvil "Dauphine" colocado sobre seis patas que surgían de un pivote central. Se acercó con cuidado, a
una distancia de unos diez metros, pensando que quizás sorprendería a alguien intentando robar sus lavandas. Vio entonces a dos
pequeños seres, de los cuales uno giró en su dirección, apuntándole con un tubo sacado de una especie de maleta colgada en su costado
izquierdo. Maurice Masse precisó que estuvo completamente inmovilizado en ese lugar, entorpecido y paralizado, pero absolutamente
consciente de los eventos que ocurrieron ante sus ojos. Los dos seres subieron de nuevo a su aparato. Él los observó, mientras estaban
detrás de una clase de domo, y escuchó un ruido sordo en el momento que el objeto se levantó del suelo. De la misma manera, notó que
el tubo que estaba debajo del objeto, al contacto con la tierra, empezó a girar, así como que las seis patas se plegaron bajo el aparato. El
objeto ascendió verticalmente antes de inclinarse en línea oblicua y desaparecer más rápidamente que un avión a reacción. Maurice
Masse permaneció paralizado durante unos quince minutos antes de recuperar su movilidad, después retomó su trabajo, y partió al
pueblo a contar su historia a la policía, quienes tras haber tenido conocimiento del caso, lo cuestionaron acerca del suceso.
La brigada de policía de Valensole y la brigada de investigación de Digne, indagaron sobre este caso durante varios días. Las
investigaciones de la policía establecieron la existencia, en el lugar indicado por Maurice Masse, de un agujero impreso en la tierra que
penetró ese lugar. En su centro se encontró un agujero cilíndrico con una pared lisa de 18 cm de diámetro y 40 cm de profundidad. Al
fondo de éste se encontraron otros tres agujeros angulosos de 6 cm de diámetro. A lo largo de la ruta de fuga del objeto, sobre una
superficie de un centenar de metros, las plantas de lavanda estaban secas. Este fenómeno duró varios años, en el curso de los cuales el
testigo probó inútilmente repoblar de plantas un área de varios metros alrededor de la marca.
A pesar de algunos elementos contradictorios en la narración de Maurice Masse, los elementos recolectados por las dos brigadas de
policía confirmaron la veracidad de los hechos, en particular los efectos sobre el ambiente y sobre el testigo mismo, que, durante varios
meses, durmió doce a quince horas por noche, tras la parálisis de la que había sido víctima. La investigación sobre la moralidad del
testigo no reveló elementos particulares que permitieran sospechar un comportamiento mitómano o el montaje de una broma.
4.2 Cussac, Cantal (29 de agosto de 1967)
Investigación del GEPAN/SEPRA
Entre los casos OVNI, el caso de Cussac ocupa un lugar particular, ya que en 1978 una nueva investigación fue llevada, a título de
ejemplo, a petición del consejo científico del GEPAN. El 29 de agosto de 1967, alrededor de las 10 h 30, en una bella mañana soleada en
las altiplanicies del centro de Francia, dos jóvenes niños cuidan el rebaño familiar. Su perro les advierte que una vaca esta a punto de
escapar del cercado. El muchacho, de trece años de edad en ese tiempo, sube para hacer regresar a la vaca, cuando distingue del otro
lado del camino a cuatro niños que no reconoce. Sorprendido por lo que observa, llama a su hermana cuando distingue, detrás de los
desconocidos, una esfera extremadamente brillante. Ellos comprenden entonces que no se trata de niños sino de pequeños seres negros
cuyo tamaño no debía rebasar los 1.20 m. Dos de ellos están de pie al lado de la esfera, otro se arrodilló delante de ella y el cuarto,
estando de pie, sostiene en la mano una especie de espejo que ciega a los niños. El muchacho intenta desafiarlos, pero los pequeños seres
regresaron entonces precipitadamente a la esfera. Los niños los ven elevarse de la tierra y penetrar en la esfera por arriba, agachando
la cabeza primero. La esfera parte con un siseo, y se eleva en el cielo describiendo un movimiento helicoidal continuo a una gran
velocidad. El perro ladró, las vacas se pusieron a mugir y un olor muy fuerte llenó el aire. La investigación empezó en 1978 con un
equipo de investigadores del GEPAN y de miembros asesores externos calificados, incluyendo a un antiguo juez de instrucción.
Los hechos importantes de esta nueva investigación no tratan ni los hechos, ni la narración, sino elementos nuevos, tales como
testimonios secundarios recuperados en esos lugares, que aportaron algunas indicios suplementarios y reforzaron la credibilidad del
caso. En particular, un policía que se encontró en el lugar inmediatamente después del incidente, había encontrado rastros en la tierra
en el sitio indicado por los niños y notado el olor muy fuerte de azufre. De la misma manera, otro testigo se manifestó, reconociendo
haber estado en un granero cercano al lugar, y recordando perfectamente el ruido de siseo muy diferente al de un helicóptero de la
época.
Las reconstrucciones sobre el terreno, en presencia de los dos testigos principales, confirman tanto los relatos descriptivos como las
circunstancias que siguieron a la observación. Los niños, en ese tiempo, hablaron de un fuerte olor a azufre, pero sufrían aparte de
padecimientos de naturaleza fisiológica: sus ojos lloraban durante varios días. Estos hechos fueron constatados por el médico de familia
y confirmados por su padre, entonces alcalde del pueblo. El magistrado, en la conclusión de esta investigación, dio su opinión sobre los
testigos y sus testimonios: "No existe en estos diversos elementos ninguna falla, ningún conflicto que permita dudar de la sinceridad de los
testimonios ni de considerar razonablemente una invención, una estafa, o una alucinación. En estas condiciones, a pesar de la edad de los
testigos principales, así como lo extraordinario que parecen ser los hechos que ellos relataron, pienso que ellos realmente los observaron."
4.3 Trans-en-Provence, Var (8 de enero de 198l)
Investigación del GEPAN/SEPRA
El 8 de enero de 1981 en Trans-en-Provence, hacia las 17 h, un hombre que construye un pequeño refugio para una bomba de agua en
su jardín, va a ser testigo de lo que quizá es uno de los casos más insólitos jamás visto y estudiado en Francia. Un reflejo del sol sobre
algo moviéndose en el cielo llama su atención, permitiéndole observar el descenso, luego el aterrizaje brusco, de un objeto metálico
silencioso sobre la explanada situada más abajo de su casa. Es de forma ovoide, no presenta ninguna saliente obvia, ala, timón o motor,
que permita compararlo a cualquier aeronave. Después de que este objeto permaneció unos breves instantes sobre la explanada, sin
emitir ningún ruido, despegó y desapareció a una velocidad muy elevada en el cielo azul. Este relato pudo haber parado en esta simple
constatación visual, si no hubiera rastros y marcas mecánicas visibles en forma de corona que trasladaran el caso al campo de lo
inexplicable.
La Policía Estatal y el GEPAN condujeron una profunda investigación, incluyendo muchas entrevistas con el testigo y sus vecinos. Las
investigaciones sobre el terreno -obteniendo muestras de tierra y de vegetación, seguidos de análisis- mostraron, sin lugar a dudas, que
se trataba de un pesado objeto metálico no identificado lo que realmente se posó sobre el terreno. El análisis de la vegetación obtenida
en el sitio indicó que no se trataba de ninguna aeronave, sea helicóptero o vehículo militar, hipótesis éstas que habían sido consideradas
y analizadas. La vegetación en el sitio de aterrizaje -una clase de alfalfa salvaje- estaba profundamente marcada y afectada por un
agente externo que modificó profusamente su proceso de fotosíntesis. En efecto, la clorofila, así como algunos ácidos procesados de las
plantas, presentaban variaciones importantes de concentración, variaciones que disminuyen alejándose del centro del rastro mecánico.
Dos años después, estos mismos efectos desaparecieron completamente, revelando un tipo específico y particular de traumatismo. Según
el profesor Michel Bounias, del laboratorio de ecología y toxicología vegetal del INRA que efectuó los análisis, la causa de las profundas
alteraciones registradas en la vegetación hallada en este ecosistema, podría ser probablemente una poderosa pulsación del campo
electromagnético en la gama de altas frecuencias (microondas). Los estudios y las investigaciones aún continúan en este caso, en el que
se han explorado numerosas pistas.
Ninguna de entre ellas pudo satisfacer las condiciones suficientes para poder identificar con certeza el objeto que se posó en Trans-en-
Provence el 8 de enero de 1981 y todavía menos para determinar su origen.
4.4 Nancy, Meurthe-y-Moselle, caso llamado "del Amaranto" (21 de octubre de 1982)
Investigación del GEPAN/SEPRA
El caso "del Amaranto" trata del avistamiento diurno de un testigo, investigador en biología celular, de un objeto que durante 20
minutos, permaneció en vuelo estacionario sobre su jardín. El testimonio grabado por la policía estatal, menos de 5 horas después de la
observación, se resume como sigue:
- El 21 de octubre de 1982, regresando del trabajo, el testigo se encontraba a las 12 h 35 en su jardín, enfrente de su casa, cuando vio
venir desde el Suroeste un artefacto volador que interpretó primero como un avión. El veía un artefacto brillante. Precisó que no había
ninguna nube, que él no tenía el sol enfrente y que la visibilidad era excelente. La velocidad de descenso del artefacto no era muy
grande, y pensó que iba a pasar por arriba de su casa. En un momento dado, se da cuenta de que la trayectoria del artefacto se dirige
hacia él, aún alejado a 3 o 4 m. Este artefacto, de forma ovalada, se detuvo a un metro del terreno aproximadamente, y permaneció en
vuelo estacionario a esa altura durante cerca de 20 minutos.
- El testigo precisó que había visto su reloj, por lo que estaba absolutamente seguro de la duración del vuelo estacionario del artefacto,
que él describe como sigue: forma ovoide, diámetro de aproximadamente 1 m, espesor de 80 cm; la mitad inferior de aspecto
metalizado, parecido al berilio pulido; la mitad superior de color azul verdoso en su centro. El artefacto al parecer no emitía ningún
sonido, destello o fulgor, ni calor ni frío, ni tampoco magnetismo o electromagnetismo. Al cabo de 20 minutos, el artefacto se elevó
bruscamente en vertical constante, trayectoria que mantuvo hasta que se perdió de vista. La marcha del artefacto era muy rápida,
como bajo el efecto de una fuerte aspiración. El testigo especifica, para finalizar, que no había ningún rastro o marca en el suelo; la
hierba no estaba carbonizada ni aplastada, pero él precisó que en el momento de la partida, la hierba se enderezó para retomar
enseguida su posición normal.
El interés de esta observación, además de su rareza, reside en los rastros visibles dejados sobre la vegetación, y notablemente sobre un
arbusto de amaranto cuyas hojas se deshidrataron completamente en los extremos, permitiendo pensar que fueron sometidas a intensos
campos eléctricos. Sin embargo, a pesar del breve tiempo transcurrido, y de las condiciones de recopilación y conservación de las
muestras, no se pudo verificar definitivamente esta hipótesis. De un estudio anterior sobre el comportamiento de las plantas sometidas a
campos eléctricos se destaca que:
- el campo eléctrico, origen probable del enderezamiento de la hierba, debe haber pasado de los 30 kV/m,
- los efectos observados en el amaranto fueron probablemente el resultado de un campo eléctrico que, al nivel de la planta, debió haber
pasado los 200 kV/m.
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