sábado, 12 de septiembre de 2009

ovnis y defensa. implicaciones

Los OVNIs y la defensa
Capítulo 10) Aspectos estratégicos
Capítulo 11) Implicaciones aeronaúticas
Capítulo 12) Implicaciones científicas y técnicas
Capítulo 13) Implicaciones políticas y religiosas
Capítulo 14) Implicaciones de la prensa
Hasta ahora ningún accidente, y afortunadamente ningún acto hostil, tuvo por origen evidente, al menos oficialmente, un OVNI;
ninguna amenaza OVNI se hizo sentir en Francia, a pesar de que se han realizado algunas maniobras de intimidación (capítulos 1.1, 2.1
y 2-3). Sin embargo, numerosas manifestaciones observadas por testigos fidedignos podrían ser el hecho de ingenios de origen
extraterrestre. En efecto, si se tratara de ingenios terrestres, estos no podrían ser sino americanos y, a pesar de todas las precauciones
de secreto, eso se habría sabido. El primer prototipo de avión furtivo voló a finales de 1977, y se conoció su existencia alrededor de diez
años después, en 1988. Ahora bien las observaciones creíbles y probadas de OVNI comienzan en 1944.
Ciertamente, este tema suscita aún a veces un escepticismo divertido, si no una cierta desconfianza respecto a los que revocan
seriamente, pero en ausencia de explicaciones de los fenómenos observados, la hipótesis de un origen extraterrestre no puede ya
descartarse. Nos proponemos estudiar, en esta tercera parte, las consecuencias, a niveles estratégicos, científicos, políticos, religiosos y
de información, de esta hipótesis compatible con los conocimientos científicos actuales.
Capítulo 10) Aspectos estratégicos
La definición de una estrategia ante un "adversario" impone conocerlo, comprender sus intenciones y percibir sus métodos de acción.
En el caso presente no podemos sino emitir hipótesis elaboradas a partir de los hechos observados y su interpretación, intentando
responder a tres cuestiones: ¿quiénes serían? ¿Cuáles serían sus intenciones? ¿Buscarían o ya habrían establecido contactos?
10.1 ¿Qué extraterrestres? ¿Quiénes y cómo serían?
Una coherencia relativa, resulta de las numerosas descripciones de los fenómenos: platillo, esfera o cilindro luminoso, vuelo
estacionario, seguido de aceleraciones fulminantes, ausencia de ruido, velocidad ampliamente supersónica sin explosión sonora, efectos
electromagnéticos asociados que perturban el funcionamiento de los dispositivos radioeléctricos o eléctricos cercanos. Evidentemente,
estos extraterrestres estarían forzosamente dotados de inteligencia y serían tecnológicamente superiores a nosotros, para haber sabido
realizar lo que no sabemos aún hacer. ¡Pero el resto sigue siendo misterioso! Morfología, constitución física, tipo de vida, forma de
comunicación y de sociedad, sentido valores, concepto de tiempo, motivaciones... Si nos observan, es necesario tener en cuenta una
aparente contradicción entre el interés que parecen darnos prueba y su furtivismo. Más que observarnos, parece que quieran
mostrarnos y aclimatarnos progresivamente a la idea de su existencia.
10.2 Qué intenciones y qué estrategia deducimos de su comportamiento?
La extrapolación, a partir de un análisis racional de los objetivos que podrían perseguir las civilizaciones extraterrestres, debería
permitirnos hacernos una idea de las estrategias que aplicarían, y por consiguiente conducirnos, en contrapartida, a deducir a grandes
rasgos lo que podrían ser nuestras propias estrategias. Los OVNIs se han manifestado estas últimas décadas un poco por todas partes
en el mundo, con puntos sorprendentes entre 1952 y 1954, sin que se pueda deducir una línea de conducta bien definida. ¿Qué
buscarían?
Después de las fases de observación y demostración de su existencia, nos parecería lógico que buscasen imponer sus marcas y su
voluntad en Estados de la Tierra, ahora bien hoy por hoy , nada permite deducir de sus manifestaciones la existencia de una voluntad
directora que busque unos objetivos que somos incapaces hoy de distinguir. Es plausible que se le puedan asignar a los Estados Unidos
estos contactos privilegiados. Pero nada impide el posible establecimiento de otros contactos con algunos países europeos o aún con
Rusia, China o Japón, entre otros quizá... Parece sin embargo difícil imaginar que habrían podido posicionarse sobre la Tierra con la
complicidad de algunos Estados. Además, las hipótesis de contactos no autorizan a deducir la existencia de cualquier statu quo con estos
visitantes. En efecto, desde 1947, las manifestaciones esporádicas de OVNIs e incluso la aparición de oleadas repetidas se continuaron.
Se tendría derecho a pensar que estos visitantes – conscientes de su superioridad - muestran su intención de seguir dándose a conocer
en los lugares más distintos del planeta y de proseguir la ejecución de planes, cuyas finalidades y medios se nos escapan todavía. Podría
ser que, antes de 1947, y después, hayan temido por el futuro de la Tierra, viendo amenazada su supervivencia por los riesgos de guerra
atómica. Sus influencias pudieron acompañarse de demostraciones convenientes:
- sobrevuelos de bases de misiles nucleares cuyo ejemplo se da en el capítulo 3,
- maniobra de intimidación contra aviones como a Luxeuil y Teherán
(capítulos 1.1 y 2.3), - parálisis de testigos, parada de los motores, apagones (San Carlos de Bariloche, capítulo 2-5).
Los progresos realizados en la conquista del espacio y en el desarrollo nuclear podrían preocuparlos. ¿No sería lógico pensar que estas
civilizaciones extraterrestres habrían establecido estaciones, o incluso colonias, en el cinturón de los asteroides y por qué no enlaces en
la Luna? Nuestras incursiones y proyectos estudiados en los Estados Unidos de modificación, (a base de bombas H), de las órbitas de
asteroides para acercarlos a la órbita terrestre, a efectos de explotación minera, podrían frenar sus intenciones. Por el momento no
parecen implicarse en nuestros asuntos, pero conviene preguntarse qué buscan efectivamente. ¿Quieren invadir la Tierra? ¿Preservarla
de una autodestrucción nuclear? ¿Conocer y conservar el patrimonio que nuestras civilizaciones crearon durante siglos? Ante estas
incertidumbres sobre sus intenciones, no podemos prejuzgar el futuro y, en particular, considerar que seguirán sin intervenir. Algunas
de sus empresas, bajo nuestro punto de vista, podrían pues, a largo plazo, no ser inocentes. ¿Quizá sólo quieren sensibilizarnos y
cambiar nuestras políticas de estado?
10.3 Repercusiones de las manifestaciones de OVNI sobre el comportamiento oficial y oficioso de los Estados.
Las repercusiones fueron de desigual importancia. Según lo que se ha conocido de las reacciones de los Estados, nos hemos permitido
clasificarlos, según nuestra hipótesis, en:
a) Estados inconscientes de los fenómenos
extraterrestres o que se consideran no afectados
b) Estados conscientes de los fenómenos extraterrestres pero desprovistos de medios de investigación,
c) Estados conscientes de los fenómenos
extraterrestres y proporcionados de medios de investigación,
d) Estados entrados en contacto con una o más civilizaciones extraterrestres y que establecieron relaciones y/o empezaron una
colaboración política, científica y técnica.
10.4 ¿Se han establecido contactos con uno o más Estados?
Algunos individuos pretenden haber sido contactados, con el objetivo de ser estudiados o para el establecimiento de relaciones entre
inteligencias. ¿Se pueden imaginar contactos directos y continuos, al más alto nivel con uno o más Estados, en particular los Estados
Unidos? Es cierto que la actitud de este país es la más extraña desde la oleada de junio de 1947, seguida del asunto de Roswell en julio
de 1947 (Anexo 5). Si los Americanos pudieron recoger en esta ocasión o en otra, como mínimo, restos de naves extraterrestres, en
mejor o pero estado, o incluso cadáveres de humanoides, se habría establecido un determinado tipo de contacto. Las primeras
declaraciones y reacciones se consideran a menudo más ciertas que las afirmaciones posteriores. Así pues, inmediatamente, después de
lo que se convertiría más tarde el asunto de Roswell, el general Twining se encargó de redactar un informe secreto sobre los "platillos
volantes ", cuya existencia ha sido revelada 22 años más tarde en el informe Condon. Resulta que éstos existen de verdad. Ahora bien,
los Estados Unidos practican, desde entonces, una política de secretismo creciente (clasificando por encima de ultra secretos algunos
expedientes de OVNI, según el general Barry Goldwater) y de desinformación continua. Las extrañas conclusiones del informe Condon
no son más que un episodio. ¿Por qué y cómo un secreto de tal importancia ha podido, a pesar de todo, preservarse hasta hoy? La
respuesta más simple sería que los Estados Unidos quieren mantener a toda costa una superioridad tecnológica militar sobre los países
competidores, y quizá, un contacto privilegiado.
Esta política de secreto y desinformación pudo estar dictada por el deseo comprensible de no crear movimientos de pánico o entusiasmo
irracional en el público, o de asegurarse contra las acciones de la URSS, o también, de manera más prosaica y más política, no aparecer
a los ojos de los electores como incapaces de proporcionar explicaciones convincentes sobre estos fenómenos. No era necesario dañar el
prestigio de las fuerzas armadas, incapaces de prohibir estas violaciones del espacio aéreo, y dar pie a ataques contra los presupuestos
militares por parte de los opositores políticos. Todo es posible, incluso el temor de ver a distintas agencias gubernamentales acusadas de
haber mentido, en un momento u otro.
Es sintomático e ilustrativo señalar que los Estados Unidos se dotaron, a partir de 1953, con un arsenal represivo impresionante,
siempre actualizado. Tienen promulgado, en particular, dos resoluciones militares, AFR (Regulación de las Fuerzas Aéreas) 200-2 y
JANAP 146 (Publicación Conjunta de la Armada, la marina y las Fuerzas Aéreas), mediante las cuales se prohíbe la revelación al
público de información relativa a observaciones de objetos no identificados y la revelación no autorizada de una observación de OVNIs
por su autor bajo pena obligatoria de 10 años de prisión y de 10.000 $ de multa. La resolución JANAP se aplica a los militares y
también a los pilotos de compañías civiles y a los capitanes de la marina mercante.
10.5 Qué disposiciones debemos tomar desde ahora.
Que los OVNIs sean o no de origen extraterrestre, el fenómeno OVNI ya está entre nosotros y nos impone, en cualquier caso, una
vigilancia crítica; implica, en particular, riesgos de manipulaciones desestabilizadoras a niveles de información, psicológicos, culturales
y religiosos: terror, pánico, guerra de los mundos, psicosis creadas por sectas o grupos de presión, etc Estos riesgos al miedo cósmico,
así como el descubrimiento y seguramente la futura conquista del cosmos, justifican en adelante por parte de las autoridades políticas,
científicas e intelectuales, una determinada vigilancia cósmica para prevenir cualquier sorpresa inesperada, la interpretación errónea y
manipulación malévola o malsana.
Sin dudar, deben preverse medidas a niveles nacionales e internacionales. ¿Cualesquiera que sean los datos de la problemática política
americana, y ante una actitud de secreto persistente, cómo concebir relaciones políticas y militares, armoniosas entre aliados, en
particular en la OTAN, que deberían estar basados normalmente en una confianza elemental, si no se compartiera el acceso a la
información tecnológica, en particular, de una importancia tan incalculable?
10-5.1 estructuras nacionales
Si Francia quiere afirmar su presencia
en este ámbito, parece urgente desarrollar el SEPRA que deberá:
- reforzar sus medios materiales y humanos, para estar en condiciones de recoger la información relativa a todas las manifestaciones de
OVNIs, tanto en Europa como en el mundo,
- desarrollar sus posibilidades de investigación y análisis,
- reforzar su estatuto de representación y relaciones exteriores. De la misma forma, convendría crear, al más alto nivel del Estado, una
célula en relación con el SEPRA, encargada:
- de elaborar las hipótesis
- de promover las investigaciones científicas y técnicas y, a este respecto, disponer de un pequeño presupuesto
- de proponer elementos de estrategia militar,
- de participar en la puesta a punto acuerdos sectoriales de cooperación con países europeos y extranjeros interesados. Hay que tener en
cuenta que numerosos países ya se dotaron con organismos de recopilación de observaciones de OVNIs en sus ejércitos o sus servicios
de información.
10. 5.2 Estructuras europeas.
Sería deseable, a continuación, que los Estados europeos y la Comisión de la Unión Europea llevase a cabo todas las investigaciones y
realizasen al lado de los Estados Unidos gestiones diplomáticas, ejerciendo las presiones útiles, para aclarar esta cuestión capital, que
debe inscribirse en el marco de las alianzas políticas y estratégicas. Quizá sería oportuno que Francia propusiera a la Comisión crear en
su seno - para no seguir siendo ciego, mudo y paralítico - un organismo especial más amplio de coordinación, dotado con los medios
humanos y materiales necesarios.
10.6 ¿Para qué situaciones nos debemos preparar?
Qué estrategias podríamos elaborar para las situaciones siguientes:
- aparición de OVNI y voluntad extraterrestre de establecer un contacto
oficial y pacífico,
- descubrimiento fortuito o no de una microbase o base sobre un punto cualquiera del territorio de Europa.
Actitud que debe adoptarse frente a una potencia amistosa o no,
- invasión (poco probable teniendo en cuenta el hecho de que habría podido conducirse antes del descubrimiento de1 átomo) y ataques
localizados o masivos sobre puntos estratégicos o no,
- manipulación o desinformación deliberada en vista de desestabilizar a otros Estados.
¿Por lo que se refiere a la primera situación mencionada, no está prohibido avanzar que a los Estados que se hubieran dotado de
herramientas de investigación y análisis elaboradas, tendrían quizá más oportunidades que otros como interlocutores privilegiados
pero, con qué riesgos y qué ventajas?
Capítulo 11: Implicaciones aeronáuticas
11.1 ¿Por qué implicaciones aeronáuticas?
No es intelectualmente posible seguir siendo indiferente ante un fenómeno aeronáutico inexplicado al que se han enfrentado numerosos
pilotos civiles y militares. Sobre varios centenares de casos aeronáuticos probados, las implicaciones son principalmente de cinco tipos:
- simple observación de un fenómeno por la tripulación, los pasajeros o el personal de tierra,
- detección de un eco sobre una pantalla radar, lo que se produce en un caso aeronáutico sobre cinco, consiguiendo a veces el registro de
un eco como ocurrió en el caso del 28 de enero de 1994 en el Centro de Detección y Control (CDC) de Cinq-Mars-la-Pile (capítulo 1),
- perturbación de los medios eléctricos o electrónicos en tierra (San Carlos de Bariloche) o a bordo (Teherán),
- acompañamiento de avión (San Carlos de Bariloche, RB-47...)
- comportamiento de aparición agresiva (Mirage IV, alumno piloto de Tours, caso de Teherán...)
El número de los testimonios y la calidad de los testigos hacen imposible eludir el fenómeno, por eso el personal aeronáutico, y más
especialmente el de la defensa, debe ser sensibilizado y preparado para afrontar esas situaciones. Como en efecto querer ignorar un
fenómeno que se manifiesta por la travesía regular en nuestro espacio aéreo por objetos, este comportamiento hace pensar que son
controlados por una inteligencia.
¿Se puede pretender, porque eso parece superar nuestros conocimientos técnicos, que eso no es de nuestra competencia? Si no
hiciéramos nada, el principio mismo de la defensa y la información aérea volverían a ser cuestionadas.
Las primeras observaciones hechas por aviadores se remontan a principios de los años 40. Desde entonces, el número de observaciones
inexplicadas (según los expertos: PAN D), informadas por pilotos o controladores, asciende a más de 500. Recuerdan que de esa cifra
pertenecen a Francia tres o cuatro casos desde 1951. Corresponde al ejército del Aire tener en cuenta estos fenómenos que, hasta que se
demuestre lo contrario, evolucionan principalmente en el espacio aéreo.
¿11.2 ¿Quién está implicado?
11.2.1 El personal aéreo
Se refiere más concretamente a los pilotos, ya que, siendo civiles o militares, ocupan un lugar privilegiado para observar y serían los
primeros afectados en caso de incidente (riesgo de colisión en particular). Eso es especialmente cierto para el piloto de combate, porque
está implicado en la supervisión sin descanso del cielo y dispone de sistemas de armas cada vez más potentes, capaces de detectar
pequeños objetivos cada vez más rápidos y a distancias cada vez más grandes.
La combinación piloto/sistema de armas es más que nunca un excelente instrumento de observación, y sería nuestro primer medio de
intervención, en caso de que resultara necesario. Las preocupaciones del piloto de línea regular son diferentes, ya que, además del
hecho de no disponer de los mismos equipamientos, su prioridad es evidentemente la seguridad de sus pasajeros; si sigue siendo un
aliado privilegiado en la búsqueda de información, estaría desamparado completamente cara a una actitud agresiva de un OVNI.
11.2.2 Los controladores
El controlador de radar está también afectado, pero según sea civil o militar, los medios de control a su disposición le ofrecen
posibilidades diferentes. En los dos casos, por los contactos que mantienen por radio con el piloto, es él primero que recibe el acta de
observación de la tripulación. Debe estar preparado para observar y transmitir con claridad su posición. Tratándose de la detección
radar, solamente el controlador militar dispone de los equipamientos adecuados para detectar un objeto volante que no aplica las
normas del tráfico aéreo general. En efecto, los radares militares de defensa aérea permiten presentar en la pantalla radar del
controlador militar, a la vez la visualización de la detección primaria y la visualización sintética utilizada por los controladores civiles
(véase Anexo 1). Del mismo modo, son los únicos que tienen la posibilidad de obtener una imagen de aparatos que evolucionan a las
velocidades supuestas de los OVNIs. Finalmente los medios de registro y restitución de las situaciones que ha captado el radar existente
en los Centros de Detección y Control (CDC) permiten hacer en caso necesario investigaciones complementarias.
11.2.3 Los meteorólogos
Los fenómenos extraños tienen a menudo su explicación en los fenómenos meteorológicos. La duda puede fácilmente aumentarse si los
servicios especializados son informados del interés que tienen sus observaciones. Todo el personal militar y civil especializado en
meteorología debe pues poder responder a esta duda.
11.2.4 Los ingenieros del CNES
Los ingenieros del CNES son los especialistas franceses del espacio. No pueden seguir siendo indiferentes a los fenómenos de los OVNIs.
El conocimiento de nuestro Universo, la observación del cielo y la vigilancia ejercida sobre todo lo que se despliega, los hace aptos
naturalmente para dirigir el estudio de los fenómenos extraterrestres. Describimos sus trabajos a continuación.
11.2.5 Los ingenieros del sector aeronáutico
También nos referimos naturalmente a los ingenieros del sector aeronáutico. Sus trabajos se presentan en el capítulo siguiente dedicado
a las implicaciones científicas y técnicas.
11.3 Cómo implicar a la aeronáutica
Para que el personal de la aeronáutica se implique con sus medios, es necesario saber interesarlo en el tema y para eso lo mejor es
informarlo sobre el fenómeno, precisar lo que se espera él, definir los actos reflejos a tener y la actitud que debe observar.
11-3.1 Información del personal
Para informar vuelve de nuevo en primer lugar a tener que admitir la posibilidad de la presencia en nuestro cielo de naves
extraterrestres. Es necesario superar el miedo al ridículo, de reconocer que se tiene ese miedo, la falta de certezas, de fuertes
presunciones basadas en una lista de ejemplos elegidos entre los testimonios resultantes del mundo aeronáutico. Es necesario además,
implicar a todas las generaciones. Algunas conferencias de información pueden ser programadas fácilmente en las escuelas de
aeronáutica para las jóvenes generaciones (Escuela del aire, Escuela nacional de aviación civil (ENAC, Sup'Aéro... ) y, para los menos
jóvenes, durante los períodos de prácticas de formación complementaria a lo largo de la carrera, y, evidentemente, en el Colegio interarmas
de defensa, (el CID y I' IHEDN). El SEPRA ya hace conferencias en el ENAC en el marco de la formación de los controladores
civiles, queda por extender esta práctica a todas las escuelas de formación del personal aéreo cualquiera que sea la especialidad
enseñada. Para las generaciones activas, estas conferencias pueden ser reanudadas fácilmente, para la parte militar, en los Centros de
detección y control y las unidades de navegación, y, al menos para los controladores civiles, en los Centros regionales de la navegación
aérea (CRNA). Tratándose del personal de navegación civil, las compañías aéreas, Air France en particular, crearon, a petición de las
tripulaciones, una ficha de información sistemática periódicamente puesta al día.
Esta información debe, por a otra parte, actualizarse de manera regular sabiendo que el objetivo contemplado consiste en permitir al
futuro testigo, protagonista o simple observador, de controlar su actitud cara al fenómeno observado. Si se quiere que el personal se
implique, es necesario que sepa cómo reaccionar instantáneamente, comunicar qué y a quién, adoptar las medidas oportunas
dependiendo de la situación presente, etc.
Es en este objetivo que conviene definir con él las acciones que se deben aplicar y la actitud que debe adoptarse.
11-3.2 Actos reflejos
Es en efecto necesario inculcar al personal, enfrentado al fenómeno, los actos reflejos que debe tener, sabiendo que puede no ser más
que un simple observador o, en algunos casos, tener que adoptar medidas concretas (ejemplo de San Carlos de Bariloche: apagado
repentino de las luces de la pista de aterrizaje en medio del fenómeno OVNI). Es bien cierto que para mantenerse dueño de la situación
ante un acontecimiento imprevisto y mal conocido, lo mejor es estar preparado. Estos actos reflejos son de tipos diferentes según que se
trate de observar, registrar un testimonio, transmitir la información recogida o reaccionar instantáneamente para adoptar las medidas
oportunas ante el fenómeno.
11-3.3 La actitud a adoptar
La conducta que se debe tener podría resumirse del siguiente modo: observar, tener en cuenta el máximo de detalles, tomar si es posible
fotografías, notificar el suceso, dejando a los visitantes la iniciativa de una posible toma de contacto, y evitar una mediatización
prematura.
11.3.3.1 Observación objetiva
Ante una situación desconocida, es necesario evitar toda reacción instintiva de defensa personal que podría interpretarse fácilmente
como una provocación. Es necesario contentarse sólo con observar y evitar toda iniciativa destinada a buscar el contacto.
11.3.3.2 Alertar
Una vez que se ha constatado un fenómeno, conviene dar cuenta con el fin de alertar, por una parte, a las otras tripulaciones, lo que se
practica generalmente, y por otra, a las autoridades a través de la cadena operativa del control aéreo, para el tráfico civil, y de la
defensa aérea, para el militar.
11.3-3.3 Seguir siendo discreto frente al público.
Tras ser testigo de un fenómeno, es necesario saber adoptar una determinada discreción frente a la prensa. Es esencial permitir a los
científicos analizar la información antes de dejar a los medios de comunicación desencadenar la curiosidad de la opinión pública, que
podría conducir a la desaparición de elementos importantes.
CAPÍTULO 12 Implicaciones científicas y técnicas
La importancia para la defensa, en sentido amplio del fenómeno OVNI, conduce a distintas propuestas.
12.1 Reforzar la recopilación y el análisis de los datos
Conviene continuar con la recopilación de los mismos y, si fuera posible, extender geográficamente el trabajo de confrontación, de
primer análisis y de clasificación de datos y testimonios tal como hace normalmente el GEPAN y posteriormente el SEPRA, según se
describió en los capítulos 5 y 6.
12.2 Estar atentos y suscitar trabajos en fase preliminar
Según los estudios presentados en el capítulo 8, se puede concluir que se impone una vigilancia tecnológica, al menos pasiva, aunque
preferentemente activa en los campos de la propulsión avanzada, como por ejemplo la magnetohidrodinámica (MHD). Es realmente
esencial saber lo que hacen las otras naciones a este respecto. En otros ámbitos vanguardistas el estudio de los distintos testimonios
podría combinarse con experiencias científicas convenientes para permitir progresos importantes. Un ejemplo típico es el de los haces
de partículas o de microondas con sus efectos: herramientas, armas... Todos estos temas están en conjunto en una fase preliminar
debidos a problemas técnicos estudiados actualmente por el DGA o los organismos públicos de investigación. No serán tratados pues sin
que se tome una decisión al más alto nivel del Estado.
12.3 Impulsar la reflexión para situar los fenómenos dentro de un marco global
Los trabajos antes mencionados permitirán disminuir en las modelizaciones parciales de los fenómenos observados, con repercusiones
no desdeñables para la defensa y la industria. Pero la interpretación global de los fenómenos, bien documentados pero inexplicables,
pedirá otras investigaciones. Las principales se refieren a la hipótesis extraterrestre: citemos a modo de recordatorio las investigaciones
actuales sobre la detección de los planetas extrasolares, que tomarán un nuevo rumbo cuando el gran telescopio de la ESO (European
Southern Observatory), en Chile, permita su observación directa. Cada descubrimiento de planetas, hecho hoy indirectamente, por las
perturbaciones que aporta el planeta a su estrella, encuentra el favor de los medios de comunicación menos sensacionalistas, pero más
apasionantes para un público cultivado, son los trabajos sobre el origen de la vida, que se llevan internacionalmente a un ritmo
satisfactorio. Son la base de la exobiología, ciencia de la vida extraterrestre (véase Anexo 3).
Los estudios sobre la evolución y sus mecanismos encuentran muchas dificultades actualmente por las discusiones entre las distintas
escuelas de estudios. Son importantes para nuestro asunto: ¿cómo podría evolucionar la vida en otra parte?
Insuficientemente desarrolladas, pero importantes también, son las reflexiones sobre el origen y el desarrollo de las civilizaciones. Se
prolongan normalmente por situaciones de prospectiva a largo plazo para nuestro planeta, y bien entendidos para otros.
El viaje interestelar, tal como se menciona en el Anexo 4 -titulada "la colonización del espacio"- debe ser objeto de una vigilancia al
menos pasiva. Este tema se trata generalmente en los Estados Unidos, donde numerosos contratos de estudio de la NASA o el Pentágono
se refieren a la propulsión por antimateria, en el espacio solar o interestelar. Es también en los Estados Unidos que el astrónomo
Papagiannis ha obtenido durante algunos años un contrato de la NASA para detectar, en el cinturón de asteroides situado entre los
planetas Marte y Júpiter, posibles ciudades espaciales. Observó para eso las fotografías tomadas en 1983 por el satélite IRAS, y
buscando posibles emisiones infrarrojas anormales procedentes de objetos de este cinturón.
Parece que la NASA no ha renovado el contrato de Papagiannis, quien no habría obtenido resultados.
12.4 Los estudios especiales
Ciertos estudios no están incluidos en ciencias y tecnologías "duras" para los viajes interestelares, la estabilidad de las sociedades
embarcadas piden estudiarse. ¿Cuál es en particular su dimensión mínima? - Sería necesario analizar discretamente, pero a fondo, las
distintas tentativas de desinformación aplicadas por algunos Gobiernos extranjeros; la preocupación de estos Gobiernos de apropiarse
solo de posibles tecnologías futuristas de aeronaves militares y armas podría contribuir a explicar estas tentativas (véase Anexos 5 y 7). -
Convendría prever, desde ahora y ya, las medidas que deben adoptarse y las decisiones que deben aplicarse en el caso de que se
produjeran acontecimientos como contactos indudables, físicos o radioelectrónicos, con una civilización exterior.
CAPÍTULO 13 Implicaciones políticas y religiosas
La valoración de las influencias que ejercería la confirmación formal de la existencia de OVNIs y civilizaciones extraterrestres sobre la
situación política y religiosa de los Estados de la Tierra, podría estar incluido en la apuesta. No obstante, el ejercicio es menos difícil
cuando intentamos ponernos en el lugar de los extraterrestres que habrían tomado la Tierra como campo de observación y/o de
intervención.
Vamos a utilizar este método. Conviene suponer, por supuesto, que tenemos solucionadas las dificultades técnicas y humanas que nos
permitirían superar los límites de nuestro sistema solar, o incluso de nuestra galaxia:
- O sea, durante los viajes seculares, a bordo de "naves-planeta", en las cuales millares de voluntarios embarcados verían sus
generaciones renovarse. Es necesario tener presente el sentimiento de que estas unidades estarán en la imposibilidad de retornar un día
a la Tierra, al menos lo suponen, lo que conferirá - de hecho - al Gobierno de a bordo autonomía política y una libertad de decisión,
independientes de los órdenes y programas establecidos antes de la salida de la Tierra (véase Anexo 4: "la colonización del espacio").
- O sea, en algunos meses o años - según conceptos científicos y técnicas completamente revolucionarias que quedan por imaginar - con
la ayuda de aparatos o sondas, controlados por tripulaciones clásicas o por androides biónicos, que seguirían las instrucciones recibidas
desde una estación madre o de la Tierra.
Durante el transcurso de estas exploraciones, podríamos descubrir uno o varios astros poblados de seres evolucionados más o menos
próximos a nosotros, "humanos", humanoides, o criaturas más extrañas. Habrían creado civilizaciones comparables o más avanzadas
que la nuestra actual, o no estarían más que dotados con aptitudes rudimentarias de civilización, a menos que aún permanezcan en una
fase de supervivencia elemental.
13.1 Primera fase: observación a distancia
Parece razonable pensar que nuestros exploradores terrestres habrán recibido para la misión de observar pacíficamente estos mundos
y/o de conquistar, pura y simplemente, estos nuevos territorios para echar raíces allí (véase punto 13.4). El estado actual de las
poblaciones locales dictarán probablemente el método, la naturaleza y la duración de estas observaciones cuyo preliminar será, por
supuesto, analizar: los seres vivos, sus maneras de pensar y vivir, sus lenguas, sus religiones y creencias, sus artes, ciencias, técnicas y
armamentos, sus instituciones políticas, sus organizaciones sociales y su historia en general, los medios en los cuales viven estas
poblaciones, los animales, los vegetales, los minerales, etc. Esta primera fase, excluyendo todo contacto físico o material, sería la de la
observación científica de laboratorio en vivo: escuchas electrónicas, teledetecciones, registros, descifrados de las lenguas, análisis,
evaluaciones, etc. Es importante destacar que este período podría durar un año, diez años, un siglo, mil años, por qué no. En efecto, qué
más bonita experiencia científica (en sentido amplio), que la de disponer de poblaciones, más o menos civilizadas, estancadas o en
evolución, en paz o en guerra, organizadas en cientos de maneras diferentes, dotadas seguramente con lenguas extranjeras las unas de
las otras, considerando cada una a su manera la organización de sus ciudades terrestres y celestiales. En una palabra, nosotros mismos
estaríamos en la situación de observadores de nosotros mismos.
13.2 Segunda fase: extracciones in situ y apariciones furtivas
La interpretación de los datos recogidos no podrá estar completa hasta que se realice una segunda fase, durante la cual se efectuarían
algunas extracciones y análisis de elementos minerales, vegetales, animales e incluso quizá de seres evolucionados. Por lo tanto, se
planteará la cuestión de los tipos de contactos que convendría establecer y de las implicaciones políticas, psicológicas y religiosas que
podrían resultar para las poblaciones locales: contactos furtivos y encubiertos, visibles y manifiestos, continuos o intermitentes. Si el
método operatorio furtivo y encubierto se retuviese en primer lugar, no podría - al menos en el estado actual de nuestras técnicaspasar,
a pesar de todo, completamente inadvertido a las poblaciones indígenas.
Está permitido considerar que los impactos psicológicosy religiosos podrán variar según los distintos tipos de organizaciones políticas y
los niveles de desarrollo moral y científico encontrados sobre un mismo mundo.
13.2.1 Impactos en las civilizaciones de la era preindustrial
Los individuos o las muchedumbres, si pertenecen a civilizaciones de la era preindustrial, podrían observar el paso y/o el aterrizaje de
nuestras lanzaderas o nuestras unidades teledirigidas. Podrían colectivamente considerarlos como tantos fenómenos naturales, divinos,
extraordinarios, maravillosos, aberrantes o diabólicos (frescos del monasterio yugoslavo de Detchani, esferas de Nuremberg y Basilea
en 1561 y 1566 - véase Anexo 6). Además la memoria colectiva de este pueblo y su imaginario, en general podrían quedar, más o menos
fuertemente, marcadas por tales manifestaciones si se acompañasen, en particular, de la visión de nuestros cosmonautas, revestidos o no
de sus ropas o sus escafandras, o de robots, androides o artefactos que hubiésemos considerado oportunos de descargar o de
representar. Tales apariciones, si las autoridades locales revelasen y certificasen públicamente su realidad, tendrían, sin duda, un
impacto creativo con miras a modificar por algún tiempo las concepciones políticas y religiosas indígenas.
13.2.1.1 Impactos en las religiones locales
Las órdenes terrestres y celestiales están estrechamente imbricadas en las mentalidades, las apariciones de nuestros cohetes espaciales o
unidades teledirigidas y, más aún, las de astronautas o robots biónicos, podrían por lógica impresionar duraderamente los espíritus,
encorvar las religiones, inspirar noticias o ser la causa de mitos fundadores. Vienen a la mente los aparatos voladores que describe
detenidamente Ezequiel (1), la guerra aérea del Ramayana, la epopeya de Gilgamesh (2), los Elolim del Génesis (3) y los Hijos de los
Dioses, mezclándose con las hijas de los hombres y generando gigantes, de los que habla también Enoch (4), y más generalmente, los
Inmortales, los Hijos o los Reyes del cielo del Este y China (5), Japón "Tierra de Dioses" (6), los Viracochas de América del Sur, los
Incas o aún los grandes dioses del Egipto Antiguo, Dioses, el Titanes, los Gigantes, los procreados de Dioses y los Héros de la
Antigüedad occidental y oriental (7), etc. Lo maravilloso y los fenómenos extraordinarios participaban antes del orden natural de las
cosas.
¿Las religiones basadas en la existencia de Dios o de un carácter creador serían, por tanto, abandonadas por tales apariciones? Nada es
más seguro. Pasado el choque inicial, el pavor y la curiosidad, una nueva valoración del orden cósmico podría sustituir las antiguas
concepciones religiosas, sin por ello destruir el principio divino. Al menos, estas concepciones religiosas podrían encorvarse o incluso
sublimarse. Dios no circula en una nave espacial. Las grandes religiones terrestres no rechazan, de principio, la idea de la existencia de
otros mundos habitados en el Universo. ¿Es necesario recordar que algunas memorias colectivas conocen aberraciones, a pesar de las
pruebas tangibles posteriormente proporcionadas a los catecúmenos? (culto del avión de carga en Nuevas Hébridas) (8). La expedición
militar y científica de Bonaparte en Egipto no dejó ningún rastro en los anales locales, que no han retenido más que una interrupción
del peregrinaje a la Meca (9).
Más cerca de nosotros, numerosas personas no creen que el hombre no ha ido a la Luna, considerando que se trataba de una operación
publicitaria o de desinformación. Vendría a propósito, no obstante, matizar este impacto, en la medida en que todas las civilizaciones
antiguas concibieron panteones, cuyos dioses se asociaban a las manifestaciones terroríficas del mar, del viento, de los volcanes, de los
terremotos o de los rayos. Es, por lo tanto, difícil decir si fueron los avatares de influencias extraterrestres o procedieran, más
simplemente, de la invención de mitologías explicativas del mundo.
13.2.1.2 Impactos políticos
Los impactos políticos, por su parte, deberían ser mucho más transitorios, al menos en apariencia. En efecto, pasados los momentos de
estupor, la organización política de los Estados no parece haber afectado duraderamente, las contingencias reanudando rápidamente la
parte. No obstante, algún monarca o Jefe de Estado podría declararse intérprete exclusivo y privilegiado de estas manifestaciones
extraordinarias. ¿No se intentaría presentar como dios-rey o rey-dios, a los ojos de los demás? Sin que se pudiera, una vez más,
distinguir entre lo que sería la natural y espontánea búsqueda de la legitimidad del poder, de lo que podría sólo ser efectivamente el
resultado de una captación privilegiada, hay que reconocer que la Historia está llena de dioses-reyes o
reyes-dioses (faraones, reyes asirios, reyes epífanos helenísticos, emperadores romanos, chinos o japoneses, hijos del Sol de
Centroamérica o del Sur, etc).
13.2.2 Impactos en civilizaciones de la era industrial
Las civilizaciones de la era industrial son más escépticas que las anteriores y conciben con menos facilidad lo no explicable de inmediato
o simplemente mensurable. No obstante, es cierto que se señalaría profundamente a las poblaciones, como las nuestras hoy, si se
aportara la prueba irrefutable de la existencia de extraterrestres. Esta cuestión es el eje central de nuestro informe.
13.3 Tercera fase: influencias sobre las civilizaciones locales
La tercera fase sería la de las influencias que encontraríamos con respecto a ejercer sobre el medio y las civilizaciones encontradas con
el fin de hacerlos evolucionar a nuestra manera. Las ventajas y los riesgos deberán, estudiarse cuidadosamente, a continuación.
13-3.1 influencias sobre civilizaciones de la era preindustrial
Podríamos considerar necesario, en algunos casos, influir precisamente sobre el medio y de manera sutil sobre la evolución de las
civilizaciones locales. Podría parecernos, al término de nuestras observaciones y nuestros análisis, necesario introducir, por toques,
modificaciones al medio natural y al ecosistema, practicando, por ejemplo, siembras o implantaciones de vegetales y organismos
seleccionados que faltasen.
Del mismo modo, el curso de las civilizaciones indígenas podría modificarse progresivamente influyendo, a distancia o directamente,
sobre las calidades o los defectos de individuos elegidos, acentuando sus disposiciones intelectuales, morales y sus conocimientos
científicos o causando cambios genéticos, por distintos métodos que deben inventarse. Se trataría, en este caso, de tener el papel que
estas poblaciones tendrían de buen grado atribuidas a dioses, los cuales, por la contribución de textos consagrados, descenderían, por
ejemplo, su sentido moral, su religiosidad y, quizá, sus leyes y
sus instituciones políticas. La utilización de elementos propios para asustar e impresionar podría ser, en algunos casos, conveniente. Y
nada prohibiría, sin ser por ello irreverente, pensar en distintos episodios del Antiguo Testamento, en las condiciones en las que se
instituyeron las leyes de Moisés (10) o también en las que fue dado el Corán. Las influencias remiten a una serie de enigmas de la
Historia, incluidos, quizá, la aparición de las grandes civilizaciones del Hindú, de la Mesopotamia y del Egipto (ciudades, arquitectura,
escritura, calendario, astronomía, etc). Hacen también pensar en el extraordinario mapa de la Antártida, dibujada casi libre de hielo,
por el francés Oronte Finé, en 1531, cerca de tres siglos antes del descubrimiento de este continente en 1820.
13-3.2 Influencias sobre civilizaciones industrializadas
La naturaleza de estas influencias variará según el tipo de civilizaciones, su desarrollo tecnológico y su creencia o no en la existencia de
civilizaciones extraterrestres. Convendría, previamente, aclimatar en el espíritu de estas poblaciones la idea de la existencia probable de
civilizaciones extraterrestres (novelas de ciencia-ficción, películas, tebeos, juegos vídeo, publicidad, clima psicológico favorable, sectas
convenientes, por qué no, etc.).
Nuevos conocimientos tecnológicos y esenciales podrían ser aportados por distintas vías o por accidentes fortuitos o causados por una
de nuestras naves espaciales. El asunto contemporáneo de Roswell viene, por lo tanto, al caso. Aún sería necesario, para que fuera
totalmente asegurado (o descartado), que el gobierno americano quiera mostrar, informar y dejar analizar, sin trabas, todos los
elementos que recogieron realmente en aquella ocasión.
13.4 Cuarta fase: contactos directos
Una cuarta fase sería la del establecimiento de contactos directos con indígenas o poblaciones enteras, recurriendo o no a una
vanguardia de robots biónicos. Una vez más, los objetivos buscados deberían determinarse con precisión.
El interés y la utilidad verdadera de establecer tales contactos deberán pesarse con cuidado para calcular los riesgos y las
consecuencias. Un programa preciso podría planearse. No obstante, un grave accidente técnico, afectando a una de nuestras naves
espaciales, podría ser el esbozo de un contacto oficioso, de una necesaria implantación o de una colonización, o aún, si fuese necesaria,
de una operación de información-desinformación. Conviene prever, también, la sedición de algunas de nuestras tripulaciones, a las que
sería necesario descargar, o que decidieran vivir sobre uno de los mundos descubiertos y, al final, mezclarse con las poblaciones
indígenas, yendo contra las órdenes recibidas, con buena voluntad o mala voluntad, de no intervención y no intromisión en los asuntos
locales. Estos contactos suponen que los mundos descubiertos estén poblados de seres humanos u homínidos de los cuales la complexión
sería idéntica o cercana a la nuestra. ¿Pero en la hipótesis de contactos e implantaciones planeadas a larga duración de miembros de
nuestras tripulaciones, será necesario, por profilaxia, prohibir las mezclas, colocándoles una prohibición principal (1 2) o, al contrario,
tolerarlos e incluso fomentarlos? El mantenimiento de los contactos directos y prolongados, conduciría inevitablemente a las
poblaciones indígenas a considerar que no somos tan diferentes de ellas. Sería, no obstante, prudente enviar de antemano androides
teledirigidos para apreciar las reacciones que suscitaría tal intrusión o de aclimatar la idea por apariciones furtivas y esporádicas.
¿Qué ocurriría si nos entrevistásemos con poblaciones compuestas de seres deformes o monstruosos a nuestros ojos? El efecto óptico
será ciertamente sorprendente y un asunto a tener en cuenta a la hora de la elección para sus medios de comunicación y los nuestros,
pero los tipos de contacto serán, por lo tanto, diferentes, podemos suponer al menos.
13.4.1 Contactos directos con civilizaciones de la era preindustrial
Es cierto que tales contactos harán inmediatamente imaginar a las poblaciones locales que están en presencia de dioses. Aproximaciones
históricas vienen naturalmente a la mente: la llegada de los españoles con armadura y a caballo en Centroamérica, o más generalmente,
la de los europeos durante el descubrimiento y la exploración del globo. El impacto en las poblaciones, quienes nunca habían visto
caballos, de armaduras brillando al sol, hombres blancos, rubios o rojizos en particular, que experimentaron, debió ser bastante fuerte.
Sin embargo, el choque de estas apariciones se reducirá rápidamente, con la multiplicación de las relaciones, más aún si nuestras
tripulaciones llegan a ocupar un lugar eminente en los órdenes políticos y militares locales. Eso llevaría, con toda seguridad, a las
distintas epopeyas del descubrimiento del mundo, a la colonización europea y también al final de los imperios occidentales.
13.4.2 Contactos directos con civilizaciones de la era industrial
Llegaría el día en que consideraríamos que estas civilizaciones, conducidas progresivamente por nuestra parte a nuestra escala, estarían
en condiciones de participar en nuestro mundo. Con el terreno previamente preparado, los contactos podrían, por ejemplo, establecerse
discretamente con individuos seleccionados o al más alto nivel de los Estados, o de algunos de ellos, y seguir siendo si fuera posible
secretos. Las indiscreciones no estarán excluidas, los dirigentes elegidos deberán entonces realizar operaciones de información,
desinformación y contra información, para conservar el carácter privilegiado de estas relaciones y, quién sabe, beneficiarse, de nuestra
parte, de información científica, técnica y política inédita, dándoles ventaja sobre sus rivales. La selección de los Estados, de los
gobernadores, de las personalidades o de simples individuos será, bien entendido, de primera importancia.
¿Antes o después de la instauración de un programa de influencia, por qué no imaginar hacer aparecer robots biónicos de apariencia
humana, o asemejándose a los seres vivos de allí, con el fin de no arriesgar la vida de miembros de nuestras expediciones? ¿ Por qué,
finalmente, no nos presentamos nosotros mismos, pura y simplemente, a la vista y al conocimiento de todos? Es fácil imaginar la
repercusión inmensa que eso causaría en todas las esferas psicológicas, políticas, militares, estratégicas, religiosas, sin hablar de los
medios de comunicación, las múltiples concertaciones y coloquios internacionales, de las sesiones ininterrumpidas de organizaciones del
estilo de la ONU, de las llamadas a "la unidad del mundo", a la concertación internacional, a la creación de comisiones de recepción,
etc. La rivalidad de los Estados será interesante de observar.
Por supuesto que nuestras intenciones deberán percibirse como pacíficas. Si tal no fuera nuestra política, sería de ninguna necesidad,
por supuesto, tomar precauciones particulares para proporcionar los sentimientos de las poblaciones locales. En todos estos casos
hipotéticos, deberíamos encontrar idólatras, aduladores y herodianos, que, por certeza milenarista, credulidad, pragmatismo o interés,
nos acogerán con entusiasmo como salvadores, en condiciones de solucionar todas sus dificultades y traerles la paz y la prosperidad,
preferiblemente sin tener que realizar muchos esfuerzos. Serán nuestros primeros aliados. Célotas, escépticos y replegados sobre las
dignas concepciones seculares de su mundo trastornado, pondrán en duda o negarán nuestra existencia. Si llegasen a admitirlo, nos
considerarían como invasores, y sus intenciones se percibirían tanto o más sospechosas cuanto más pacíficos se mostraran. De eso a
imaginar la creación de movimientos de defensa y resistencia al invasor, no hay más que un paso. La importancia de estos movimientos
dependerá, en parte, de nuestra habilidad de reducirlos, de convencerlos, con la esperanza de que se unan a nosotros.
¿Pero cómo evitar entonces la trampa de las buenas intenciones y buenos sentimientos, cuando podemos llegar a equivocarnos? ¿Será
necesario reconocer desde cuándo datan nuestras observaciones? ¿Nos acusarán de no haber intervenido para impedir tal conflicto
mundial, o nos imputarán la responsabilidad, o también, y más generalmente, nos darán quejas por haber modificado el curso de las
civilizaciones? De muy fuertes y duraderas perturbaciones psicológicas deberán preverse en estos casos. ¿Se decepcionarán de saber
que no somos Inmortales? Más tarde, intercambios económicos y tecnológicos y vínculos financieros deberían establecerse con estas
poblaciones. ¿Será de sabia política ocuparnos de los asuntos locales? ¿Y, de una manera o de otra, podremos escapar de la solicitud de
llegar a ser los árbitros de los desacuerdos políticos, de la paz, la guerra y las crisis económicas?
En cualquier caso, se pondrán todas las dificultades no resueltas, un día u otro, a nuestro cargo. ¿No llegarán hasta acusarnos por las
contribuciones de nuestra civilización muy evolucionada, o al menos de lo que pensamos que pueda ser beneficioso para ellos? Cambios
de opinión y actitud respecto a nosotros podrán producirse con el tiempo. Grupos de personas no estarían un día tentados a
considerarse nuestros iguales, a defecto para seguir siendo inaccesibles. Surgirán, por lo tanto, movimientos reivindicativos y se unirán,
seguramente, a las actividades revolucionarias, que sufriremos así como nuestros aliados herodianos. Se comprometería entonces
nuestra política global y deberíamos prever espaciar los contactos y, al final, retirarnos en nuestras naves y a nuestras bases.
Dispondríamos entonces del tiempo necesario para revisar nuestras políticas, apoyadas en técnicas aún desconocidas de nuestros
catecúmenos.
El descubrimiento de nuevos mundos podría permitirnos entrar en contacto con civilizaciones tan desarrolladas como la nuestra e
incluso más avanzadas. Nada permite excluir, a la postre, que nos entrevistásemos con exploradores, venidos de otros mundos más
alejados. En estas hipótesis, está permitido pensar que habremos podido estar situados los primeros en el espacio. Será a nuestra vuelta
cuando conozcamos entonces - al menos en parte - los efectos psicológicos e implicaciones políticas y religiosas que describimos. ¿Cuál
será la política de los gobernadores locales a nuestro aspecto? ¿Nos acogerán pacíficamente o nos tendrán prudentemente a distancia?
¿Tendrán miedo de vernos apuntar armas espaciales nucleares u otras, por ejemplo, contra las bases que habremos intentado instalar o
habremos logrado establecer en un cinturón de asteroides cerca de uno de sus mundos? ¿Cuáles serán los resultados de tales
encuentros? ¿Qué relaciones podremos establecer y qué influencias ejercerán sobre estos distintos tipos de civilizaciones? Todo es
posible. Dado que se rizó el rizo, se nos remite pues a nuestras preocupaciones y a nuestras interrogaciones actuales.
CAPÍTULO 14 Implicaciones periodísticas
Como se destacó anteriormente, puede parecer extravagante que personas juiciosas, científicas por añadidura, se interesen por los
fenómenos inexplicados, y por el momento aún inexplicables, a riesgo de parecer ridículas.
Pero, como este informe intenta demostrar, existen bastantes dudas sobre rastros tangibles, para justificar el aumento del interés
científico sobre estas cuestiones. Es esto lo que nos separa del enfoque periodístico: la curiosidad del investigador para la investigación
que debe emprenderse, en un intento de solucionar los enigmas propuestos a su sagacidad, aunque el estado de la ciencia no está lo
suficientemente desarrollado como para responder completamente, se opone a la curiosidad de la prensa por un tema con tanta
repercusión, susceptible de maravillosas primicias cuyo rigor científico no sea generalmente el atributo.
No hay que luchar contra la prensa: su ayuda es a menudo preciosa. Pero estos acontecimientos fugaces se basan en testimonios
humanos, tanto más frágiles cuando proceden de personas que buscan su encuentro con lo desconocido y que escapan a las señales
habituales. La propia prensa tiende a veces, bien a ridiculizar los hechos informados bien a ridiculizarse ella misma por el exceso de
información generada a partir de los elementos descritos por los testigos.
14.1 ¿Que puede temer un Gobierno de la curiosidad de los medios de comunicación?
- El pánico: los medios de comunicación difunden información terrorífica susceptible de sembrar el pánico en la población. El ejemplo
famoso de la emisión de ficción de Orson Welles, tomada al pie de la letra por los oyentes de la radio en 1938, y causando un desorden
enorme en una región de los Estados Unidos, condicionó quizá la reacción de los militares americanos frente al incidente de Roswell en
1947. La desinformación se condujo con destreza puesto que acalló a los medios de comunicación durante 30 años. El pánico, que se
acompaña de desórdenes humanos considerables (suicidios, huidas a las carreteras, motines y saqueos... ), haría retroceder a cualquier
Gobierno para quien solamente la paz es un factor de riqueza y estabilidad del poder.
-La desconfianza: el temor de ver información exacta, revelada y recogida con una ironía manifiesta, es también un freno al
reconocimiento abierto de las cuestiones OVNI. Esta actitud es el origen de la desinformación y la confusión en la que se baña la
opinión pública, a propósito de si esto es verdadero o falso. No puede sino ser temida por los responsables.
-El miedo al ridículo: si éste no mata ya, desde hace tiempo, es a pesar de todo difícil de superar.
-La manipulación: los medios de comunicación pueden estar dirigidos por grupos de presión con fines sectoriales (por ejemplo, obligar
a políticos a crear movimientos antiOVNI) y podrían así convertirse en portavoces involuntarios de una maniobra de desinformación o
de una tentativa de desestabilización.
14.2 ¿Qué actitudes adoptan los medios de comunicación?
-Para la prensa escrita sensacionalista, todo es bueno para ser vendido. La curiosidad del público es grande y su demanda genera
artículos tentadores, a menudo caprichosos. Si por un lado se enlaza con teorías increíbles, es en cambio (gracias a ella) que las últimas
revelaciones sobre Roswell, hechas por antiguos testigos, comienzan a conocerse.
-Para los grandes periódicos, la ironía o la agresividad son, generalmente, una manera de abordar un tema tabú que nadie controla.
Pero la prensa sabe también hacerse eco de fenómenos extraordinarios, como el ejemplo de San Carlos de Bariloche, decenas de
personas fueron testigos. A veces también se llega ha hacer una buena presentación del expediente OVNI.
Para la televisión y el cine, el tema está de moda, pues puede tratarse el tema de la ficción y allí nada detiene la imaginación de los
productores. El método excéntrico adoptado por Canal + para su "Noche de los extraterrestres" no incita a hacer tomar este tema
seriamente. Es necesario sin embargo rendir homenaje a algunas emisiones serias y bien documentadas, como la del canal Arte en
marzo de 1996.
14.3 ¿Qué hacer?
El futuro de nuestro planeta se encuentra en el espacio. Que sea la superpoblación, el espíritu de aventura, la búsqueda de otras
materias primas, el gusto por la conquista y la colonización u otras motivaciones, más o menos altruistas, todo promueve la expansión a
lo lejos de la humanidad. ¿Seremos un día los extraterrestres de otros planetas?. Cuando nuestras sondas giren alrededor de otros
mundos, cada vez más alejados, ¿que podrán pensar los hipotéticos habitantes?
Será necesario prepararse para esta perspectiva, y los medios de comunicación pueden ayudar a enseñar a las masas.
Un SEPRA reforzado podría provechosamente dedicar sus esfuerzos a la formación de los periodistas y crear un sitio documental en
Internet.
Conclusiones y recomendaciones
El problema de los OVNIs no puede ser eliminado por simples agudezas cáusticas y desenvueltas. Desde la publicación del primer
informe de la Asociación de los antiguos auditores de IHEDN, hace 20 años, el CNES realiza estudios serios, en estrecha colaboración
con la Gendarmería nacional y el ejército del Aire principalmente, así como con otros organismos de Estado (Aviación civil,
Meteorología, etc.); estos estudios acortan otras investigaciones emprendidas, de manera más o menos discreta, en el extranjero, y
esencialmente en los Estados Unidos.
Demuestran la realidad física casi cierta de objetos volantes completamente desconocidos, por los resultados de vuelo y al silencio
notable, al parecer movidos por inteligencias. Estos objetos volantes impresionan mucho, por sus maniobras, a pilotos, civiles y
militares, que dudan en hablar. El temor al ridículo, parecer un loco, o simplemente crédulo, justifica principalmente esta reserva.
Unidades secretas de origen bien terrestre (abejones, aviones espías... ) no pueden explicar una minoría de caso. Al volver atrás en el
tiempo, se perciben claramente los límites de esta explicación.
Forzado es pues recurrir a otras hipótesis. Algunas no pueden ni confirmarse ni invalidarse. No son pues científicas y, ciertamente, es
bien difícil estudiar científicamente fenómenos raros, fugitivos y aleatorios, mientras que la ciencia se base sobre todo en experiencias y
su repetición. Sin embargo, el ejemplo de los meteoritos pone de manifiesto que esta clase de fenómeno puede a pesar de todo, después
de siglos de duda y denegación, terminar por ser admitida por la comunidad científica.
Una única hipótesis da suficientemente cuenta de los hechos y no recurre, esencialmente, a la ciencia de hoy; es la de visitantes
extraterrestres. Emitida, a partir de 1947, por algunos militares americanos, es hoy mundialmente popular, denigrada por una
determinada élite, pero plausible. Científicos (astrónomos, físicos, ingenieros, investigadores...) la elaboraron suficientemente para que
pudiera ser admisible – como hipótesis - por toda las partes. Se pusieron a punto distintas alternativas posibles del viaje de una o más
civilizaciones, desde un sistema solar alejado hacia el nuestro. Modelos de técnicas magnetohidrodinámicas (MHD), que podrían
emplearse para el desplazamiento del OVNI en la atmósfera, están en un buen nivel de desarrollo. Otras manifestaciones de estos
objetos recibieron un principio de explicación física (averías de coche, haces truncados, etc.). Los objetivos de estos posibles visitantes
siguen siendo desconocidos, pero deben ser objeto de indispensables especulaciones y puestas a punto en situaciones antiguas.
La hipótesis extraterrestre es de lejos la mejor hipótesis científica; en absoluto prueba nada de manera categórica, pero tiene a su favor
fuertes presunciones, y si es exacta, es grande de consecuencias.
De esta acta prudente, pero cierra, se pueden extraer varias recomendaciones
1) Informar a los responsables políticos, militares y administrativos, así como los pilotos de aviones y helicópteros. Una acción
progresiva de información podría contemplar:
- el ENA y el IHEDN,
- escuelas que dependen de la Defensa, y sus antiguos alumnos: Aire, Naval, San Cyr, la Gendarmería (funcionarios y suboficiales),
Sanidad de los ejércitos, Politécnica, ENSTA, ENSAE, CID, CHEAR, CHEM...,
- Escuelas civiles, y sus antiguos alumnos: Escuela Nacional Superior de policía, Escuela de policías, escuelas de periodismo, Escuela
nacional de la aviación civil. En esta última escuela, numerosas conferencias permitieron enseñar a los controladores aéreos las buenas
reacciones en caso del encuentro de un avión con un OVNI,
- de los organismos que estén apoyando o emprendiendo investigaciones con finalidad militar: DGA, ONERA, CEA/DAM...,
- los servicios especiales civiles y militares, así como la Dirección de la comunicación de la defensa (DICOD, ex SIRPA central),
llamando su atención sobre los procesos de desinformación.
2) Reforzar los medios humanos y materiales del SEPRA, para que pueda:
-desarrollar sus posibilidades de investigación y análisis,
-recoger la información relativa a todas las manifestaciones OVNI, tanto en Europa como en el mundo,
- mantener y desarrollar bases de datos sobre los distintos aspectos de estas manifestaciones,
- reforzar su estatuto de representación y relaciones exteriores.
3) Hacer tener en cuenta la detección del OVNI por los sistemas civiles y militares de vigilancia del espacio, que es necesario desarrollar
por otras razones, (prevención de las colisiones entre satélites y basura espacial, etc).
4) Crear, al más alto nivel del Estado, una célula en relación con el SEPRA, encargada:
-de elaborar todas las hipótesis prospectivas,
-de promover acciones científicas y técnicas, y a este respecto, disponer de un
presupuesto anual de algunos millones de francos,
-de participar en la puesta a punto de acuerdos sectoriales de cooperación con otros países.
5) Emprender al lado de Estados Unidos con el apoyo de otros Estados, o incluso de la Unión Europea, las gestiones diplomáticas para
incitar a la superpotencia a colaborar, y si es preciso ejercer presiones para aclarar esta importante cuestión, que no puede sino
inscribirse en el marco de las alianzas políticas y estratégicas.
6) Por especulativas que sean estas posibilidades, reflexionar, al nivel de los poderes públicos, (con la ayuda de la célula mencionada en
la sección 4), sobre las medidas que deben adoptarse en caso de manifestación espectacular e incuestionable de OVNI:
- tentativa abierta de toma de contacto,
- aterrizaje delante de numerosos testigos,
- otras acciones de gran envergadura.
Estas reflexiones se llevarían de manera metódica, conservando al mismo tiempo, (eso sería evidente), un mínimo de distancia.
ANEXO 1
La detección por radar en Francia
La detección por radar en Francia se realiza a través de dos redes de estaciones de radar, una militar equipada a la vez de radares
primarios y secundarios, y la otra civil equipada casi en su totalidad de radares secundarios. El radar primario permite detectar y
visualizar en una pantalla (o visor) la posición geográfica y la altitud (radar tridimensional) de todos los móviles por el reflejo de ondas
de radar sobre el cuerpo del móvil.
Por el contrario, el radar secundario no permite detectar ni visualizar sobre la pantalla los móviles equipados de un "contestador"
capaz de responder las señales codificadas que emita. Así todo móvil provisto del "contestador" no podrá ser detectado por un radar
secundario. Este detalle es extremadamente importante, dado el caso que nos preocupa, porque sólo los radares primarios, equipando
los Centros de Detección y Control (CDC) militares y los aviones de detección por radar, los Awaks del Ejército del Aire y pronto los
Hawkeye de la Marina, son susceptibles de descubrir un OVNI, a condición de que éste no sea furtivo.
Es necesario saber finalmente que todas las informaciones de radar detectadas por el conjunto de estaciones de radar del territorio, los
aviones de detección aérea y las estaciones de radar de países vecinos son recolectadas y tratadas en la red STRIDA (Sistema de
Tratamiento de Informaciones de la Defensa Aérea), permitiendo así tener una cobertura de detección cubriendo un cuadrado de más
de 4,500 km de lado.
ANEXO 2
Observaciones de astrónomos
por Jean-Claude Ribes
A menudo nos oponemos a los testimonios sobre los OVNIS con el argumento siguiente: los astrónomos, que deberían ser los primeros
en saberlo, no hablan de tales avistamientos.
Una primera respuesta es que en realidad el astrónomo profesional se concentra en un muy pequeño campo del cielo, observado a
través de un instrumento en una cúpula; tiene por tanto menos oportunidades que un "turista" de observar un fenómeno luminoso
relativamente raro. Los astrónomos aficionados, que sin embargo pasan mucho más tiempo mirando el cielo, generalmente a cielo
abierto, están mejor colocados para observar un fenómeno inusual, sin confundirlo con un objeto astronómico; pero uno puede esperar
de su parte una fuerte reticencia a relatar tal observación, por miedo al ridículo, porque los aficionados generalmente están muy
ansiosos de ser reconocidos como "profesionales". En todo caso, ninguna investigación específica se ha manejado, en mi conocimiento,
sobre esta población en particular.
Los resultados de dos estudios independientes, hechos por astrónomos profesionales entre sus colegas, son bastante diferentes: Hynek,
en los años 50, interrogó informalmente a una cuarentena de astrónomos, donde más del 10% había efectivamente observado algún
fenómeno inexplicado. Entre éstos últimos, Joseph Allen Hynek menciona al profesor Lincoln La Paz, director del Instituto de
Meteorismo de la Universidad de Nuevo México, y a Clyde Tombaugh, el descubridor del planeta Plutón, fallecido en 1997. En los años
70, Peter A. Sturrock envió un cuestionario detallado a los 2,611 miembros de la Asociación Astronómica Americana, garantizándoles
el anonimato; la mitad le respondió, y encontró unas sesenta observaciones.
Ningún estudio sistemático de este tipo se maneja en Francia, pero citemos una observación de los astrónomos marselleses Georges
Courtès y Maurice Viton. Uno de mis colegas me relató así un avistamiento que hizo en su juventud de un objeto de diámetro parecido
a la Luna (esta última era visible por otra parte), desplazándose lentamente en dirección Norte-Sur: él no era aún profesional en esa
época, pero iluminó al aficionado, y no ve ninguna explicación a su observación, que nunca hizo pública.
Parece por tanto que el porcentaje de observaciones por astrónomos es comparable al notado en la población global, al igual que una
cierta reticencia en una gran mayoría a hablar sin estar seguros del anonimato. Por otra parte, la opinión general de los astrónomos
sobre el tema es mucho menos negativa de lo que a veces se dice, y al menos podemos decir que (aunque) no vemos un consenso, muchos
desean un estudio objetivo del fenómeno, sin ideas preconcebidas. Las conversaciones privadas que yo he podido tener con colegas
franceses confirman esta conclusión de Sturrock.. Sin embargo muchos se niegan a tratar el tema con un periodista, pero cuando yo les
hablo de un estudio científico serio, ellos se declaran acordes.
ANEXO 3
La vida en el universo
La cuestión de la vida extraterrestre salió, apenas hace algunas décadas, del campo de la creencia para entrar en el de la investigación
científica, y los progresos en este campo son muy rápidos desde hace algunos años. A excepción de la Tierra, el sistema solar
actualmente se muestra inadecuado a la vida, aunque las sondas "Viking" han demostrado que el planeta Marte habría debido ofrecer,
hace unos tres mil millones y medio de años, condiciones mucho más favorables que las actuales, con la notable existencia de agua
líquida. No es por tanto descartable que una forma de vida elemental (bacterias) pudo haber existido allí, como era en ese momento el
caso de la Tierra; el descubrimiento de fósiles en un meteorito originario de Marte, anunciado por la NASA, es aún objeto de debate en
la comunidad científica; pero la existencia misma de ese debate refuerza el interés de partir a investigar en el lugar.
Fuera del sistema solar, los astrónomos pensaron durante largo tiempo, que las estrellas deberían estar muy probablemente rodeadas
de sistemas planetarios, pero es en los años pasados que la experiencia está viniendo a confirmar esta tesis: conocemos ahora una media
docena de estrellas acompañadas por lo menos de un planeta cada una. Los biólogos, por su parte, avanzan rápidamente en la
comprensión de los procesos químicos que originan la vida, y esto aparece, cada vez más, como una necesidad más que como una
eventualidad.
La experiencia de los últimos veinte años demostró que, desde Siberia hasta las profundidades oceánicas, la vida se acopla bien a las
fuertes variaciones de temperatura o a las temperaturas extremas, ahí donde uno lo juzgaba antes imposible.
Desde hace 35 años, los radioastrónomos conducen diferentes programas para la detección de una señal de radio inteligente venida del
espacio (SETI: Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Aún ninguna señal ha sido percibida, lo que no es sorprendente en vista de la
inmensidad del campo espacial y de las frecuencias a explorar. Un gran programa de la NASA, cancelado por el Congreso americano,
se ha iniciado (con el auspicio de) fondos privados, y debe mejorar la sensibilidad de la investigación en varios grados de desarrollo. El
radiotelescopio francés de Nancy, donde varias investigaciones de SETI han tenido lugar, será posiblemente asociado a este programa.
ANEXO 4
La colonización del espacio
La segunda mitad del siglo XX habrá de ser la de la exploración del sistema solar: el hombre en la Luna, sondas puestas en Marte y
Venus, otras en un futuro próximo en otros planetas (excepto Plutón), en cometas y en asteroides. El siglo XXI podría ser el de la
colonización de nuestro sistema, con implantaciones humanas permanentes y la preparación de viajes hacia otros sistemas planetarios.
Los próximos años verán la puesta en marcha de la estación orbital permanente Alpha, continuación internacional del programa ruso
Mir. Después, los americanos prevén, en principio, instalar una base permanente en la Luna; una estación pequeña tipo base antártica.
Para ir más lejos es necesario reconstituir un ecosistema, o bien un lugar con el mínimo necesario en materias primas (incluyendo aire,
agua y alimento) para ser extraídas o recicladas; en efecto, no es posible aplicar el método actual a gran escala, o casi total, de
transportar (los recursos) desde la Tierra con costos estratosféricos.
Tales ecosistemas han sido estudiados por los cosmonautas rusos (la primera experiencia data de 1961) y por los americanos,
notablemente con Biósfera 2: ésta se trata de una estrecha superficie de 1.3 hectáreas, ideada para mantener en un ciclo cerrado (con la
aportación de energía exterior), un conjunto vegetal y animal, incluyéndose la presencia de ocho personas. Esta experiencia, realizada
al principio con fondos privados, ha sido injustamente criticada por la prensa y por un sector de la comunidad científica. En efecto, a
pesar de ciertas comparaciones "aficionadas", la experiencia ha dejado ya aportaciones: en el curso de un primer experimento de dos
años, de 1991 a 1993, cuatro hombres y cuatro mujeres vivieron en autonomía casi completa, demostrando la validez de este principio.
El reciclaje de agua fue integral, el del aire imperfecto (falla añadida del aire tras quince meses de aislamiento total) y la producción de
alimento fue un poco insuficiente (los "biosferanos" salieron adelgazados al haber menguado las reservas).
Después de otra experiencia de seis meses, la estructura ha sido reproducida por la Universidad de Columbia, la cual parece más
interesada en el aspecto ambiental que en la aplicación espacial. Por tanto, este descendiente de Biósfera 2 podría representar la futura
base lunar autónoma del próximo medio siglo. La implantación humana sobre la Luna es considerada una necesidad científica,
particularmente entre los astrónomos. Además de un trampolín espacial, en la Luna se pueden encontrar prácticamente todos los
materiales necesarios para la construcción de estaciones o de naves espaciales. Asimismo, tanto la explotación de estos recursos sería
más económica que en la Tierra, así como la reducida gravedad y la ausencia de atmósfera de nuestro satélite permitirían una puesta en
órbita más fácil y segura.
Las expediciones humanas, que seguirían necesariamente a las misiones robotizadas hacia Marte, no serían sólo para verificar la
existencia de rastros de vida pasada. El desarrollo de colonias marcianas permanentes es de considerarse. Incluso se puede imaginar la
siguiente etapa: la creación de planetas artificiales. La idea es del físico americano O´Neill, quien ha estudiado en detalle las estructuras
cilíndricas de 30 km de largo y 6 km de diámetro en rotación para recrear una gravedad artificial, pudiendo albergar a millones de
personas en una biósfera de tipo terrestre.
Estos planetas artificiales podrían ser construidos en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter, encontrándose
abundantes materiales fáciles de explotar, los cuales podrían procesarse con numerosos elementos químicos, incluyendo oxígeno y agua.
A largo plazo, y cuando se domine el proceso industrial de fabricación, almacenamiento y utilización de la antimateria, modelos más
pequeños de estas naves podrían abandonar el Sistema Solar. Podrían alcanzar la vecindad de otra estrella, tras un viaje de muchos
siglos durante los cuales las generaciones se sucederán en esta "nave - mundo" (a menos que hayamos dominado la hibernación
humana).
Imaginemos que una expedición humana se instala en el cinturón de asteroides de un sistema donde exista una civilización con un
estadio de evolución técnica muy probablemente inferior a la nuestra (en caso contrario, es probable que el contacto tendría lugar por
telecomunicación, o bien que (civilizaciones) más avanzadas hayan efectuado el viaje antes que nosotros); por ética, pero más aún por el
interés de un estudio científico serio, estaría fuera de discusión intervenir en ese gran día, sin el riesgo de provocar un choque cultural
fatal. El estudio deberá ser discreto, con la utilización de naves rápidas y silenciosas para desplazarse en la atmósfera del planeta (la
propulsión MHD ofrece perspectivas interesantes en este campo), y de armas no letales para evitar las consecuencias de un encuentro
inoportuno (el efecto paralizante de las microondas emitidas está en estudio en varios países).
Cuando la civilización visitada haya alcanzado el estadio de viajero espacial, será necesario hacerle conocer la existencia de extranjeros.
Una manera de hacerlo, sin traumatismo, será cometer "indiscreciones calculadas", que habituarían a la población, poco a poco, a la
idea que bien podrían tener visitas extraplanetarias.
ANEXO 5
El caso Roswell - La desinformación
1) Roswell: los hechos indiscutibles
Nota : el paréntesis (video) indica que los testimonios están disponibles en video
Verano de 1947 - La base de Roswell (Nuevo México) resguarda los únicos bombarderos atómicos del mundo. Los bombarderos son
aún de hélices.
Junio 24 - Avistamiento de nueve OVNIS por el americano Kenneth Arnold. La noticia es difundida al mundo entero.
Julio 8 (mañana), Roswell - La base comunica a las radios locales una información que da la vuelta al mundo: un disco volante se
estrelló en un rancho y los militares de la base recuperaron los restos (video).
Julio 8 (tarde), Fort Worth (Texas) - El general Ramey, comandante del 8o. Batallón aéreo y responsable de la base, anuncia a los
periodistas que tras examinar los fragmentos recogidos, éstos resultaron ser de un globo meteorológico. Les presenta los restos a los
periodistas, quienes los fotografían. El caso es enterrado por más de treinta años.
1978 - El teniente-coronel Marcel (ER), "oficial de inteligencia" de la base, y que en 1947 recuperó los restos, declara a la televisión que
éstos eran seguramente de origen extraterrestre (video). Los pedazos que el general Ramey mostró a los periodistas no son aquéllos que
Marcel llevó a Roswell.
Los ufólogos americanos emprenden numerosas investigaciones y recolectan declaraciones juradas (declaraciones escritas bajo
juramento y ante notario) y testimonios grabados. Muchos testigos declaran que militares, en julio de 1947, los amenazaron de muerte
si hablaban (video). Según algunos testimonios, a poca distancia del campo en que se hallaron los restos, el ejército habría encontrado el
armazón de un tipo de nave espacial y cadáveres de pequeños humanoides (video).
1991 - El general du Bose (CR), jefe del Estado Mayor del general Ramey en 1947, confirma en declaración jurada que este último
sustituyó los restos llevados a la base de Roswell con los de un globo meteorológico, los que mostró a los periodistas.
Inicio 1994 - El diputado Schiff (Nuevo México) solicitó al Departamento de Defensa (DoD) esclarecer el asunto. Al no conseguirlo,
solicitó a la Oficina de Contaduría General (GAO) una investigación sobre la forma en que se han manejado, a través de la Fuerza
Aérea principalmente, los documentos relativos al choque de Roswell.
Septiembre 1994 - La secretaría de Estado de la Fuerza Aérea publica un informe sobre Roswell: los restos encontrados en el rancho no
pudieron ser de un avión o un proyectil; probablemente, son de un conjunto de globos del proyecto secreto Mogul. El general Ramey,
para proteger el secreto, hizo creer que era un globo meteorológico, cuyos materiales (envoltorios y reflectores de radar esencialmente)
son los mismos. El informe no menciona las declaraciones juradas de ciertos testigos, en donde los restos extraños que ellos describen
parecían restos del globo Mogul. No menciona al armazón y califica los "testimonios de buena fe" relativos a los humanoides como
"resacas del tiempo".
Julio 1995 - El informe del GAO cita la nueva versión de la Fuerza Aérea, y declara:
- página 1, "El debate sobre lo que realmente cayó en Roswell continúa", - página 2, "Todos los documentos administrativos de la base del
período de marzo de 1945 a diciembre de 1949 han sido destruidos, y todos los radiomensajes enviados por la base de octubre de 1946 a
febrero de 1949 han sido destruidos. El certificado de destrucción no menciona cuándo, por quién, y por orden de quién esta destrucción ha
sido efectuada".
La investigación de la GAO no aportó prácticamente documentos interesantes acerca del incidente de Roswell, a pesar de demandarlo a
numerosas instituciones (CIA, FBI, DoD, DoE, NSC...).
Verano y otoño 1995 - Una película sobre la autopsia de un supuesto "cadáver humanoide en Roswell", en 1947, se proyectó por casi
treinta televisoras en el mundo. Su autenticidad es dudosa, pero sobre todo, nada prueba en la película que el cadáver tiene la menor
relación con el incidente de Roswell. La mezcla es realizada en gran parte por la prensa escrita y televisiva, ridiculizando el caso de
Roswell. Las conclusiones del GAO y los videos de los testigos principales, presentados por TF1, pasaron desapercibidos, opacados por
la película de la autopsia.
1996 - La película El Día de la Independencia y la serie X-files mencionan fuertemente Roswell.
2) Opiniones sobre Roswell
- Entrevistas, declaraciones juradas y testimonios en video concuerdan mucho en describir el hallazgo de un material que no es posible
fabricar hoy en día: una hoja delgada de apariencia metálica, de muy grande resistencia, y tan elástica que tras haber sido arrugada en
bola, recupera espontáneamente su forma inicial, sin el más mínimo trazo de doblez residual.
- Parece cierto que el estrellamiento se produjo el 4 de julio, "Día de la Independencia" alrededor de las 23 h 30. La fecha y el lugar
simbolizan la influencia americana, de donde la siguiente pregunta: si lo que chocó era una nave extraterrestre, haya sido un accidente
o una caída deliberada, ¿constituye un mensaje y/o una autenticación?
3) Roswell y la desinformación
La desaparición de archivos y los torpes intentos de explicación de la Fuerza Aérea muestran que los militares americanos ocultan algo
importante ocurrido en Roswell en julio de 1947, al igual que ocultaron sus experiencias sobre seres humanos expuestos a los efectos del
plutonio. La hipótesis de una nave extraterrestre, que se apoya en los testimonios de calidad, no puede ser descartada.
Para proteger el secreto, los dos tipos principales de desinformación, la reductiva y la amplificativa, han sido puestas en marcha en el
caso Roswell. Conviene sin embargo notar que la difusión de informaciones y de análisis contradictorios, por ejemplo por los ufólogos,
puede ser un efecto provocado.
La desinformación reductiva se manifiesta en el informe de la Fuerza Aérea: los testimonios sobre los restos fueron mutilados, con el fin
de acreditar la hipótesis del globo Mogul. También se encuentra, más sutilmente, en el libro Roswell en perspectiva, del "ufólogo" Kari
Pflock, veterano de la CIA y el DoD; declaraciones juradas, mencionando material irrompible y no dúctil, son íntegramente
mencionadas en el anexo, pero se ignoran o se citan de manera truncada en el texto.
En Francia, el sociólogo Pierre Lagrange aparece como una víctima de esta desinformación reductiva.
Después de ser obligado a ser parte del informe de la Fuerza Aérea y de las publicaciones de Karl Pflock, concluye:
"Un poco de psicología para terminar. ¿Por qué muchos no creen en el platillo de Roswell como otros creen en los globos Mogul o los V2?
Parece que les recuerda demasiado a la ciencia - ficción popular. Como lo señala Bertrand Meheust, el tema del artefacto marciano cuya
exquisita decisión de venir a embarrarse en la proximidad de una base militar, surge del imaginario tecnológico de principios de siglo, como
el detalle de los materiales ultraligeros y ultraresistentes que sirvieron para su fabricación". (Revista Presencia OVNI, febrero de 1995).
Esta es en forma general la tesis reductiva sobre los OVNIS dicha por los "sociopsicólogos" franceses. Se puede refutar así: la ciencia -
ficción popular describió en el inicio del siglo la existencia de rayos luminosos capaces de matar o de sanar. Los lásers militares o
médicos existen actualmente.
La desinformación amplificativa se manifestó cuando se proyectó la película de la autopsia de la "criatura de Roswell". Mientras se
amplificaba el caso de Roswell con esta autopsia espectacular pero dudosa, algunos tuvieron éxito desacreditándolo, y sobre todo los
que ocultaron la publicación del informe del GAO y la difusión de los testimonios en video. Esto invita a creer en una manipulación
bien orquestada.
4) La desinformación reductiva sobre los OVNIS
La Fuerza Aérea la practicó desde el principio, como lo reveló el astrónomo Hynek, su asesor de 1948 a 1966, quien describió de esta
forma su colaboración para ridiculizar numerosos casos dándoles interpretaciones astronómicas no justificadas.
La política de desinformación ha sido reforzada a continuación con las recomendaciones de un comité "científico" reunido por la CIA
en diciembre de 1952: el comité Robertson, convocado para "despojar al fenómeno OVNI de su aura de misterio". El mismo comité
recomendó "vigilar" los grupos ufológicos, los cuales han sido infiltrados notablemente por la CIA.
Algunas personalidades intentaron reducir a nada muchos casos importantes. Philip Klass, entonces editor de Aviation Week and Space
Technology, se encargó entre otros autores de tres grandes casos aeronáuticos: Lakenheath en 1956, RB-47 en 1957, y Teherán en 1976,
descritos en el capítulo 2. No es apenas convincente. En el caso de Teherán, por ejemplo, cita correctamente los testimonios al principio
de su exposición, pero no toma en cuenta algunos aspectos cuando los discute.
La desinformación reductiva es eficaz en aquéllos que no desean admitir la posibilidad de la hipótesis extraterrestre. La desinformación
amplificativa se dirige a los demás.
5) La desinformación amplificativa sobre los OVNIS
Probablemente se puso en marcha muy tempranamente; los supuestos contactos de Adamski con un venusino en 1952 son relevantes sin
duda.
Ésta se ha ido ampliando considerablemente desde el resurgimiento del caso Roswell, al final de los años 70. El punto de partida es el
caso Bennewicz. Este físico ufológico registró, desde un terreno de pruebas de la base aérea de Kirtland (Nuevo México), emisiones de
microondas. ¡El las atribuyó a OVNIS ejerciendo su control en los implantes provistos a abducidos (humanos secuestrados)! Temiendo,
al parecer, la publicación de sus registros, la Oficina de Investigación Especial de la Fuerza Aérea (AFOSI), y notablemente su agente
especial Doty de la base aérea mencionada, así como otros organismos, le condujeron a hacer "revelaciones" fantásticas: los raptos
serían numerosos, con la colocación de implantes para el control de los "abducidos". Además, la transferencia de tecnología sería
practicada en bases de Nuevo México y Nevada, comúnmente entre el ejército americano y extraterrestres bautizados como EBE,
Entidades Biológicas Extraterrestres.
Bennewicz difundió estas informaciones de los platillos americanos, las cuales mucho se desviaron, y cada día más, del sentido común.
John Lear, hijo del constructor de aviones, aportó por su lado las precisiones que él tiene de amigos de la Fuerza Aérea: la base de
Nevada es aquélla de Groom Lake, "el Área 51" (Groom Lake es tan secreta que la Fuerza Aérea no reconoce su existencia, no obstante
se le mencione en el Jane's Defence Weekly de junio de 1996). Más tarde, un antiguo funcionario de la Marina de la 2ª. Oficina
Marítima, Bill Cooper, "reveló" que el Consejo para Relaciones Extranjeras (CFR) que, según él, gobierna al mundo a través de
Bilderberg y de la Trilateral, y que lo haría en estrecha unión con los EBE...
La desinformación amplificativa probablemente permite proteger las investigaciones sobre el arma de microondas en Kirtland, y sobre
los nuevos tipos de aeronaves en Groom Lake. Esto seguramente permite utilizar el arma del ridículo contra ciertos ufólogos crédulos.
ANEXO 6
Antigüedad del fenómeno OVNI - Elementos de una cronología
El fenómeno OVNI realmente conoció una difusión mundial a partir del avistamiento del piloto Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947
en la región del Monte Rainier, al noroeste de los Estados Unidos. En realidad, los fenómenos aéreos no explicados son realmente
mucho más antiguos.
Antes de ir más lejos, es interesante notar que entre mayo y julio de ese mismo año, 850 avistamientos diferentes fueron contabilizados
a través de los Estados Unidos (Libro Azul) y que en enero un caza nocturno Mosquito de la RAF intentó interceptar inútilmente sobre
del mar del Norte, un objeto muy rápido detectado por los radares.
En 1946, cohetes fantasmas vuelan sobre Suecia
De febrero a diciembre de 1946, muchos testigos observaron, en el cielo de Suecia, objetos generalmente de forma torneada (pareciendo
de vez en cuando esferas o discos), volando a menudo horizontalmente, dejando en ciertos casos un sendero luminoso, pero también
capaces de subir o descender muy bruscamente.
Llamados "cohetes fantasmas", estas apariciones (una contabilizaba cerca de mil) inquietaron considerablemente a las autoridades
militares escandinavas, inglesas y americanas, quienes emprendieron investigaciones.
Ciertamente ningún fragmento pudo ser (oficialmente) encontrado, pensando durante largo tiempo que podría tratarse de pruebas
soviéticas conduciendo artefactos recuperados de las fabricas alemanas. Esta hipótesis fue, después, completamente descartada.
Durante la Segunda Guerra mundial, los "foo fighters"
Desde 1940 a 1945, muchos aviadores observaron enjambres de esferas luminosas de color rojo o verde, de algunas decenas de
centímetros de diámetro; es decir, grupos de pequeños discos de apariencia metálica, que seguían a los aparatos o los rodeaban dando la
impresión de una conducta inteligente. No detectados a menudo por los radares de la época, no parecían de naturaleza "material". En
efecto, algunos observadores los vieron tocar las alas o alerones de los aviones sin causarles daños visibles.
Llamados primero "kraut fireballs" y "foo fighters" (probablemente en referencia a una tira cómica) fueron detectados, desde el
principio de la guerra, sobre todo en los escenarios de operaciones. Comenzaron a aumentar en número durante los primeros grandes
bombardeos diurnos sobre Alemania. También se observaron desde tierra, y fueron objeto de muchos informes a partir de junio de
1944.
Estas observaciones causaron muchas preocupaciones a las autoridades aliadas, que pensaron en un principio que se trataba de un
proceso alemán secreto Al final de la guerra, claramente parecía que no se trataba nada de eso.
Aparentemente, por su lado, los pilotos alemanes se habían persuadido que se trataba de un arma secreta americana. Una comisión de
investigación habría sido creada, en Berlín, para estudiarlo. La explicación actual de los fenómenos eléctricos de tipo Fuego de San
Telmo, no es convincente, pues ella no da cuenta de las diversas características observadas. Los archivos relativos a los "foo fighters"
parecen estar sometidos al secreto militar al menos hasta 1949.
Numerosos otros avistamientos, referentes a objetos mucho más voluminosos con forma de cigarros, discos o esferas, han sido
registrados en los dos campamentos.
De 1880 a 1900, "aeronaves" sobre los Estados Unidos y la Gran Bretaña
Durante esos años, decenas de miles de testigos observaron máquinas voladoras, semejantes a los dirigibles modernos, los cuales no
saldrían de las fábricas sino (hasta) veinte años después. Se trataba, en la mayoría de los casos, de naves bastante voluminosas,
torneadas, equipadas de reflectores poderosos, a menudo emitiendo fuertes ruidos de motor y parecían, en algunos casos, poseer hélices.
En los Estados Unidos, el número más grande de avistamientos se sitúa entre 1896 y 1897. Otros casos fueron detectados en particular
en España, en Alemania, en Suecia y en Rusia. Una segunda ola se manifestó a principio de siglo en la Gran Bretaña.
La explicación que venía inmediatamente a la mente, era que verdaderamente eran dirigibles (y se piensa en primer lugar en aparatos
de origen alemán). Ésta (explicación) sin embargo resiste difícilmente un examen detallado.
En efecto, en 1880 la tecnología de estos artefactos era aún incipiente. El coronel Giffard había hecho en 1852 ciertamente un primer
ensayo con un globo de forma alargada equipado de un motor a vapor de muy poca potencia. Después, en 1885, Renard recorrió, por
primera vez, algunos kilómetros sobrevolando París con un dirigible equipado de un motor a explosión, pero aún muy lento y poco
manejable.
De hecho, las primeras aeronaves verdaderamente eficaces son posteriores a 1910; sin embargo, los propios zepelines construidos
durante la Primera Guerra Mundial estaban lejos de poseer las características observadas por los testigos de estos fenómenos.
Desde la antigüedad grecolatina al principio de la era industrial
En todos los tiempos, los seres humanos observaron en el cielo fenómenos considerados, con razón o sin ella, como anormales. Es
verdad que en nuestra época es natural tender a dudar de la precisión de los testimonios antiguos, y aún más mientras más se remonten
en el pasado.
Durante los primeros tres cuartos del siglo XIX, los cronistas relataron varias decenas de avistamientos de esferas y de ruedas
luminosas parecidas a los OVNIS actuales. El siglo XVIII ha sido marcado por un caso extraño. Goethe recuenta, en efecto, que en su
juventud en 1768, durante un viaje entre Frankfurt y Leipzig vio, con dos otros testigos, una especie de gran tubo luminoso posado en el
suelo, rodeado por una multitud de pequeñas flamas muy brillantes y móviles.
En los siglos XVI y XVII, los autores citan numerosos avistamientos, no solamente en Europa, sino también en América y en Japón.
Entre éstos, algunos llaman la atención por su aspecto espectacular y la multitud de testigos. En el cielo de Nüremberg, en abril de 1561,
un gran número de esferas, discos y cigarros muy coloridos parecían implicados en un tipo de batalla que marcó profundamente a la
población y conmocionó fuertemente a las autoridades. Un espectáculo del mismo género tuvo lugar en agosto de 1566 en Basilea.
Del año mil al año 1500, los cronistas citan diversos avistamientos en el cielo de esferas, ruedas, lanzas o barras luminosas
desplazándose más o menos rápidamente. El monasterio de Detchani, construido en Yugoslavia entre 1327 y 1335, está decorado con
frescos que representan ángeles encerrados en tipos de naves que navegan el cielo.
Todavía más atrás en el tiempo, durante el reinado de Carlomagno, se reporta que Agobard, obispo de Lyon, solicitó salvar de la
hoguera a tres hombres y una mujer que, descendidos de una barca aérea, argumentaban estar de regreso en la Tierra después de
haber sido recogidos por seres celestiales que les habrían mostrado maravillas.
Por otra parte, los fenómenos celestes luminosos, similares a los modernos OVNIS, parecen haber sido relativamente frecuentes en
China y en Japón, en particular en la Edad Media. Varios autores latinos, Dion Cassio, Plinio el Viejo, Tito Livio, Julius Obsequens, y
el mismo Cicerón, relatan la aparición de luces en el cielo, de escudos ardientes, de lunas y soles múltiples y de esferas voladoras de
color dorado.
Los testimonios reportados por los cronistas griegos son menos numerosos. Daimachos relata que un globo de fuego recorrió el cielo
varias veces durante la 78º. Olimpíada. Anaxágoras declara haber visto luces celestiales del tamaño de una viga espesa. Apariciones de
vigas y de escudos de fuego son descritos varias veces, entre otros, por Homero.
ANEXO 7
Reflexiones sobre diversos aspectos psicológicos, sociológicos y políticos del fenómeno OVNI
Nota: estas reflexiones valen sobre todo para los Estados Unidos; sin embargo algunas de ellas son válidas para otros países
Un número importante de americanos está persuadido de la realidad física de los OVNIS, su origen extraterrestre y el hecho de que el
gobierno americano esconde sistemáticamente la realidad por la mentira y la desinformación.
La mayor parte de los recientes trabajos americanos dedicados a este tema, llegan a esta conclusión y todos acaban prácticamente en
una demanda por levantar parcial o totalmente el supuesto secreto. La agitación de los medios alrededor del caso de Roswell (cf. anexo
5), que resurgió a finales de los años 70 tras más de treinta años de bloqueo, y que, desde hace quince años no cesa de ir de rebote en
rebote, es una ilustración típica de esta corriente de opinión. Admitiendo que la hipótesis extraterrestre sea correcta, el secreto - dicen
algunos - sería mantenido por miedo a movimientos de pánico que, aseguran, no tardaría en producirse, como demostró la
desafortunada experiencia de la emisión radiofónica de la "Guerra de los mundos" transmitida por Orson Welles en los Estados Unidos
en 1938 (solamente nueve años antes de Roswell). Esta explicación no es fácil de rechazar; sin embargo parece un poco corta. En efecto,
las raíces del caso son probablemente más profundas y los motivos sociopsicológicos parecen más complejos.
7.1. La paradoja OVNI
A pesar de que una mayoría de americanos parece rendida a la idea de la existencia de inteligencias extraterrestres, una muy fuerte
resistencia permanece en los medios científicos, entre los líderes y en la mayoría de los medios, a la idea de que estas entidades,
cualesquiera que sean, pudieran visitar o continuar visitando nuestro planeta y recorrer nuestro sistema solar.
La idea es ridiculizada por la mayoría de los medios. Paralelamente a esta idea, la mayoría de los políticos, y la gran mayoría de los
miembros de la inteligencia, declaran que la humanidad tiene mejores cosas que hacer que seguir tales quimeras.
7.2. ¿Por qué esta resistencia?
7.2.1 Del lado de los científicos
Frente a una actitud oficial de desprecio, y ante el miedo de ser asimilado por activistas de sectas "platillistas" y de "lunáticos", la gran
mayoría de científicos, igual si están interesados, evidentemente dudan en atacar un problema sulfuroso y no quieren naturalmente
poner en entredicho su reputación, su carrera y el financiamiento de sus investigaciones (cf. anexo 2, "Observaciones de astrónomos").
Tras el análisis, esto parece tener otras razones más profundas.
Existe, desde casi dos siglos, una corriente de pensamiento general, que tiende a rechazar la idea de que los fenómenos terrestres
pueden ser influenciados desde el exterior.
Esta era, al principio, una reacción positiva, racional y fecunda a las creencias antiguas. Con respecto a la antigüedad, la ciencia
moderna, de hecho, ha avanzado en el eliminar a los dioses. Parecería molesto e incongruente hacerlos regresar bajo otras formas.
La idea que domina prácticamente todas las mentes es (la de) que el hombre es dueño de la Tierra y, por extensión, de su inmediata
vecindad cósmica, que es lo mejor que pudo producir la naturaleza en esta pequeña esquina de la galaxia, y que permanece como único
conductor de su destino. Varios filósofos americanos han dado a este concepto el calificativo de "humanismo antropocéntrico".
Admitir que inteligencias no solamente exteriores, sino también superiores por sus conocimientos científicos y tecnológicos, pudieron o
puedan continuar interfiriendo en nuestros asuntos, nuestro dominio reservado en nuestra vecindad, es considerado por muchos como
aterrador e inaceptable, porque admitirlo provocaría el derrumbe de los marcos de pensamiento convenientes al humanismo
antropocéntrico.
Por otra parte, en ciertas disciplinas como la física, el riesgo que se corre es el de enfrentar una ciencia en desarrollo desde hace varios
siglos, e incluso milenios.
Nuestros propios conceptos podrían parecer literalmente infantiles, desmovilizando completamente a los investigadores que los usan.
Es claro que, en la hipótesis de que se demostrara la existencia y el origen extraterrestre de los OVNIS, no sólo la posición de las
autoridades intelectuales, mas simplemente la posición social de las élites científicas se arriesgaría a estar fuertemente comprometida.
Eso es lo que ha pasado cada vez que grupos o naciones se han encontrado en contacto con una civilización humana más desarrollada, a
excepción notable de Japón en la era Meiji, (caso) que convendría estudiar (más profundamente).
Es concebible que hacer avanzar el conocimiento del fenómeno OVNI, ante el riesgo de aprobarse, no sería forzosamente una
perspectiva atrayente por numerosos científicos, que podrían entonces no sentir un gran deseo por estrechar la mano.
7.2.2 Del lado de los políticos
7.2.2.1
Salvo raras excepciones (el presidente Jimmy Carter, el senador Barry M. Goldwater), la mayoría de los políticos casi siempre
muestran una actitud muy escéptica y a menudo irónica sobre el tema. Sin embargo, algunos tuvieron una actitud más abierta.
Las alusiones más conocidas de la existencia eventual de extraterrestres y de los peligros que ellos representarían, provienen del general
Mac Arthur y del presidente Ronald Reagan.
A pesar de que ya había mencionado el problema en 1955, durante una conversación con el alcalde de Nápoles, Achille Lauro, el
general Mac Arthur dijo en un discurso en la academia militar de West Point en 1962:
"Ustedes ahora enfrentan un nuevo mundo, un mundo de cambios. La injerencia en el espacio exterior... marca el comienzo de otra época
en la larga historia de la humanidad... Ahora nos enfrentamos, no sólo con cosas de este mundo, sino con las ilimitadas distancias así como
los insondables misterios del universo... del conflicto final entre una raza humana unida y la siniestra fuerza planetaria de alguna otra
galaxia".
El secretario general Mikhail Gorbachov, por su lado, reveló que en una discusión privada durante la conferencia cumbre de 1985, el
presidente Reagan le habría dicho que si la Tierra debiera enfrentar una invasión por extraterrestres, los Estados Unidos y la Unión
Soviética unirían sus fuerzas para expulsar esta invasión.
Por otro lado, al final de un discurso ante la 42ª. Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de septiembre de 1987, el presidente
Reagan afirmó:
"En nuestra obsesión por los antagonismos del momento, nos olvidamos a menudo de todas las cosas que unen a los miembros de la
humanidad. Quizás necesitamos de una eventual amenaza exterior, universal, que nos haga reconocer este lazo común. Ocasionalmente
pienso en lo rápido que todas nuestras diferencias podrían desaparecer si enfrentáramos una amenaza extraterrestre desde fuera de este
mundo".
7.2.2.2
Sin embargo, tanto para los dirigentes políticos como para los científicos, el interés oficial en los OVNI y en los extraterrestres es
abordado con riesgo de enfrentar el ridículo ante los comentaristas y los medios, que regularmente manejan la censura y la ironía
destructiva, así como la mentira.
7.2.2.3
No obstante, existen otros elementos que (son dignos de ser) tomados en consideración. A pesar de que un número importante de
ciudadanos americanos parece admitir la existencia de los OVNIS (como) de origen extraterrestre, ciertos dirigentes políticos parecen
vacilar en solicitar los recursos para investigar el tema, por el temor de ser acusados de gastar en un asunto por demás polémico.
7.2.2.3.1
Aún más, si consideramos la hipótesis según la cual los responsables políticos del más alto nivel en los Estados Unidos están en posesión
de informaciones precisas que atestiguan esta existencia, su situación sería particularmente incómoda. Las fuerzas armadas repiten
oficialmente, después de cincuenta años, que este fenómeno no amenaza la seguridad del país, sin querer decir que el fenómeno existe.
Sin embargo, existen tantas observaciones inquietantes, como la de visitas sobre instalaciones secretas y de bases de misiles, de efectos
electromagnéticos intensos, de persecución a aviones militares (caso del RB-47) o de simulacros de intercepción. En realidad, ante la
imposibilidad de encontrar ese tipo de amenaza, las autoridades han podido continuar hasta ahora negando su existencia.
Ante la ausencia de una amenaza directa y de un verdadero ataque, la sola amenaza potencial puede parecer temible a los ojos de las
autoridades (especialmente las militares).
"Ellos" vienen de las estrellas, "sus" aparatos nos vigilan y nos provocan, "ellos" parecen estar en la Tierra desde hace millones de
años y nosotros no conocemos "sus" intenciones. "Su" ciencia y "su" tecnología, y por tanto "su" potencia, son incomparablemente
superiores a las nuestras.
Sin estar completamente desarmados, poseyendo los recursos con que contamos en la Tierra y con nuestra evidente capacidad para
aprender rápido, no debemos sentirnos inquietos ante "su" presencia.
Hasta ese día, la demanda de materiales y créditos para efectuar las investigaciones necesarias es considerado oficialmente difícil por la
única superpotencia mundial.
7.2.2.3.2
Esto es mucho más cierto, si consideramos como hipótesis suplementaria aquélla que señala que las fuerzas armadas americanas tienen
en sus manos las pruebas formales de esta amenaza; por ejemplo, en la forma de aparatos extraterrestres estrellados en tierra, o de
investigaciones intensivas sobre tecnologías extranjeras iniciadas desde hace mucho tiempo bajo el encubrimiento al más alto nivel de
secreto.
Como se verá en 7.3.3, estaría totalmente excluido divulgar este tipo de información. En efecto, descubrir demasiado rápido esta
realidad, tan novedosa como inquietante, sería asumir el riesgo de conmociones sociales, acompañadas de pánico, de movilización de
fuerzas, de una multiplicación de sectas milenaristas y de un éxodo masivo de poblaciones con fundamentalismos religiosos.
La pérdida de confianza hacia las autoridades puede asimismo conducir rápidamente a su caída. Ante tal problema, su reacción normal
sería evidentemente ganar el mayor tiempo posible, continuando negándolo todo para preservar el trabajo en secreto y esperando que
sus sucesores asuman la responsabilidad cuando esta realidad se vuelva manifiesta.
7.3 Los responsables americanos y la política de secreto
7.3.1 El ejército americano y los OVNIS
El ejército americano se enfrentó directamente al fenómeno después de la Segunda Guerra Mundial. Parece haber sido el único ejército
en haber abordado el tema oficialmente con los medios.
7.3.2 Las consecuencias del estudio de los OVNIS
El ejército americano, en efecto, ha concebido aeronaves que presentan las características descritas por los testimonios mas dignos de
fe. Las consecuencias son potencialmente considerables en el campo de la propulsión; de materiales y de estructuras; de
maniobrabilidad y de armamentos.
7.3.3 Finalmente, ¿por qué el secreto?
Ignoramos actualmente el empleo que los militares americanos han dado a los conocimientos obtenidos del conjunto de estudios que
han manejado sobre el tema, algunas veces a partir de avistamientos, otras a partir de informes de los materiales que han podido ser
recuperados.
Como quiera que sea, es claro que el Pentágono es, y probablemente seguirá siendo, el más grande interesado en ocultar, lo más posible,
todas las investigaciones que puedan con el tiempo conducir a Estados Unidos a obtener una posición de supremacía frente a sus
adversarios terrestres, dotándoles totalmente de una capacidad de respuesta no despreciable contra una eventual amenaza venida del
espacio.
En este marco, es para ellos imposible divulgar los orígenes de las investigaciones y los objetivos perseguidos, pues esto podría
inmediatamente provocar una eventual rivalidad hacia los elementos más interesantes. El ocultamiento y la desinformación (tanto
activa como pasiva) permanecerá, siempre en esta hipótesis, como una necesidad absoluta.
Así, parece natural que, dada la mentalidad de los jefes militares americanos, el secreto deba ser guardado el mayor tiempo posible.
Sólo una presión creciente de la opinión pública, sostenida eventualmente por los resultados de investigaciones independientes, por las
divulgaciones más o menos calculadas, e incluso por un aumento repentino de manifestaciones OVNI, podría quizás, obligar a los
gobernantes y a las autoridades americanas a modificar su actitud.
Esto parece que no va a suceder pronto.
Conclusiones y Recomendaciones
El problema de los OVNIS no puede ser eliminado por simples rasgos mentales caústicos y desenvueltos. Desde la aparición del primer
informe de la asociación de oyentes veteranos del IHEDN, hace 20 años, el CNES conduce estudios serios, en colaboración estrecha con
la Policía Estatal de la Nación y con el Ejército del Aire principalmente, así como con otros organismos de Estado (Aviación Civil,
Meteorología, etc.); estos estudios confrontaron otras investigaciones realizadas, de manera más o menos discreta, en el extranjero, y
esencialmente en los Estados Unidos.
Éstos demuestran la realidad física casi segura de los objetos volantes totalmente desconocidos, con las actuaciones de vuelo y su notable
silencio, propulsados aparentemente por inteligencias. Estos objetos voladores impresionan fuertemente por sus maniobras a pilotos
civiles y militares, que dudan en hablar. Principalmente el miedo a parecer ridículos, locos, o meramente crédulos, motiva esta reserva.
Los artefactos secretos de origen terrestre (aparatos, aviones furtivos...) sólo pueden explicar una minoría de casos. Con el paso del
tiempo, percibimos claramente los límites de esta explicación.
Por consiguiente es forzoso acudir a otras hipótesis. Algunas no pueden ser confirmadas ni invalidadas.
No son por consiguiente científicas y, ciertamente, es bien difícil estudiar fenómenos raros, fugaces y aleatorios, mientras que la ciencia
se basa sobre todo en la experiencia y en su frecuencia. Sin embargo, el ejemplo de los meteoritos demuestra que este tipo de fenómenos
puede a pesar de todo, y tras siglos de duda y de negativa, terminar siendo admitido por la comunidad científica.
Una sola hipótesis da cuenta suficientemente de los hechos y no apela, en lo esencial, a la ciencia actual: la de los visitantes
extraterrestres. Difundida desde 1947 por ciertos militares americanos, hoy es mundialmente popular, descrita por una cierta élite, pero
creíble. Los científicos (astrónomos, físicos, ingenieros...) han trabajado suficientemente para que pueda ser aceptada - en tanto
hipótesis - por sus colegas. Diferentes variantes posibles del viaje de una o varias civilizaciones desde un sistema solar lejano hacia el
nuestro han sido afinadas. Una duplicación de las técnicas magnetohidrodinámicas, que pueden ser empleadas para el desplazamiento
de OVNIS en la atmósfera, ha sido llevada a buen nivel de desarrollo. Otras manifestaciones de estos objetos han empezado a recibir
una explicación física (averías de automóvil, luces truncadas, etc.).
Las metas de estos posibles visitantes permanecen desconocidas, pero deben ser objeto de especulaciones indispensables y de poner a
punto escenarios probables.
La hipótesis extraterrestre es lejanamente la mejor hipótesis científica; no se muestra ciertamente categórica, pero existen a su favor
fuertes presunciones, y si es exacta, es rica en consecuencias. De este acto prudente, pero firme, se pueden extraer varias
recomendaciones:
1) Informar a las autoridades políticas, militares y administrativas, así como a los pilotos de aviones y de helicópteros. Una acción
progresiva de información podría concernir a:
- la ENA y el IHEDN,
- las escuelas que dependen de la Defensa, y sus alumnos decanos: Aérea, Naval, Saint-Cyr, Policía Estatal (oficiales y suboficiales),
Sanidad de Armadas, Politécnico, ENSTA, ENSAE, CID, CHEAR, CHEM...
- las escuelas civiles y sus alumnos decanos: Escuela Nacional Superior de Oficiales de Policía, escuelas de periodismo, Escuela Nacional
de Aviación Civil. En esta última, numerosas conferencias han permitido enseñar a los controladores aéreos las reacciones correctas en
caso de encontrarse un avión con un OVNI,
- los organismos que sostengan o emprendan investigaciones con fines militares: DGA, ONERA, CEA/DAM...,
- los servicios especiales (de inteligencia) civiles y militares, así como la Dirección de Comunicación de la Defensa (DICOD, ex- SIRPA
central), llamando su atención a los procesos de desinformación.
2) reforzar los recursos humanos y materiales del SEPRA, para que pueda:
- desarrollar sus posibilidades de investigación y de análisis,
- recopilar informaciones relativas a todas las manifestaciones OVNI, tanto en Europa como en el mundo,
- mantener y desarrollar bases de datos sobre los diferentes aspectos de estas manifestaciones,
- reforzar su estatuto de representación y relaciones exteriores.
3) Tomar en cuenta la detección de OVNIS por los sistemas civiles y militares de vigilancia del espacio, que es necesario desarrollar por
otras razones (prevención de colisiones entre satélites y basuras espaciales, etc.).
4) Crear, al más alto nivel de Estado, un grupo de enlace con el SEPRA, encargado:
- de elaborar todas las hipótesis probables,
- de promover acciones científicas y técnicas y, para este título, proponer un presupuesto anual de algunos millones de francos,
- de participar en la puesta en marcha de acuerdos sectoriales de cooperación con otros países.
5) Emprender al lado de los Estados Unidos con el apoyo de otros Estados, incluso la Unión Europea, misiones diplomáticas para
estimular a la superpotencia a colaborar, y de ser necesario, ejercer las presiones precisas para aclarar esta cuestión capital que sólo
puede inscribirse en el marco de las alianzas políticas y estratégicas.
6) A pesar de lo especulativas que sean estas posibilidades, reflexionar, al nivel de los poderes públicos, con la ayuda del grupo
mencionado en 4), las medidas a tomar en caso de manifestación sorpresiva e indiscutible de un OVNI:
- tentativa abierta de sostener contacto,
- aterrizaje ante muchos testigos,
- otras acciones de (gran) envergadura.
Estas acciones serían manejadas de manera metódica, conservando en todo momento (esto depende de uno) un mínimo de distancia.
Glosario
AFB Base de la Fuerza Aérea
AFOSI Oficina de la Fuerza Aérea de Investigaciones Especiales
AIAA Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica
Airmiss Nombre del procedimiento de investigación sobre riesgos de colisión aérea
ALAT Comandancia de la Aviación Ligera del Ejército de Tierra
Blue Book Nombre del estudio de la Fuerza Aérea americana sobre los OVNIS
CCD Cámaras de transferencia de carga
CCOA Centro de Control de Operaciones Aéreas
CDC Centro de Detección y de Control Aéreo.
CEA Comisariado de la Energía Atómica
CEAT Centro de Pruebas Aeronáuticas de Toulouse
CFR Consejo de Relaciones Exteriores.
CHEAR Centro de Estudios Avanzados de Armamento
CHEM Centro de Estudios Avanzados Militares
CIA Agencia Central de Inteligencia
CID Colegio Interdisciplinario de Defensa
CIRVIS Comunicaciones e Instrucciones para el Reporte de Avistamientos Vitales de Inteligencia
CNES Centro Nacional de Estudios Espaciales
CNRS Centro Nacional de la Investigación Científica
CODA Centro de Operaciones de la Defensa Aérea (misión retomada por la CCOA)
Condon Físico firmante del informe sobre los OVNI conducido por la Fuerza Aérea Americana con la Universidad de Colorado.
CRNA Centro Regional de la Navegación Aérea
CUFOS Centro para la Investigación de los OVNIS
DGA Dirección General de Armamento
DGAC Dirección General de la Aviación Civil
DIA Agencia de Inteligencia de la Defensa
DICOD Dirección de Comunicación de la Defensa
DoD Departamento de la Defensa
DoE Departamento de Energía
EBE Entidad Biológica Extraterrestre
EMAA Estado Mayor del Ejército del Aire
ENAC Escuela Nacional de Aviación Civil
ESO Observatorio Europeo del Sur
ETCA Organismo Técnico Central de Armamento
FOIA Acta de Libertad de Información
FUFOR Fundación para la Investigación OVNI
GAO Oficina General de Contaduría
GEPA Grupo de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales
GEPAN Grupo de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales No Identificados
IHEDN Instituto de Estudios Avanzados de Defensa Nacional
INRA Instituto Nacional de la Investigación Agronómica
JANAP Publicación Conjunta de la Armada, la Marina y la Fuerza Aérea
MEGASETI véase SETI de la cual MEGASETI es la extensión
MHD Magneto Hidrodinámico
MOD Ministerio de la Defensa
MUFON Red Mutual de Ovnis
NASA Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio
NORAD Defensa Aérea de América del Norte
NSC Consejo Nacional de Seguridad
ONERA Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales
OVNI Objeto Volador No Identificado
PAN Fenómeno Aeroespacial No identificado
PAN D Fenómeno Aeroespacial No identificado categoría D
RAF Real Fuerza Aérea
SEPRA Servicio de Observación de Fenómenos de Reingreso Atmosférico
SETI Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre
SIRPA Servicio de Información y de Relaciones Públicas de los Ejércitos
SPOC Sistema Probatorio de Observación del Cielo
STRIDA Sistema de Tratamiento de las Informaciones de Defensa Aérea
VLT Telescopio Más Grande

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