jueves, 26 de agosto de 2010

La Orden de la Jarretera. su lado oscuro


La Nobilísima Orden de la Jarretera (The Most Noble Order of the Garter) es la orden de caballería más importante y antigua del Reino Unido, fundada en 1348 por el rey Eduardo III. Es considerada el pináculo en el sistema de honores de Gran Bretaña.

La membresía a la orden es muy limitada. El monarca y el Príncipe de Gales son siempre miembros junto con 24 hombres o mujeres. Los miembros masculinos son conocidos como los Compañeros Caballeros, y los miembros femeninos son conocidos como las Señoras Compañeras (no «Damas», como en la mayoría de las otras órdenes de código de caballería británicas).

La orden también incluye miembros supernumerarios o extras, llamados Caballeros y Damas Reales (miembros de la Familia Real Británica) y Caballeros y Damas Extranjeros (monarcas de estados extranjeros).

El anuncio de nuevos miembros se realiza siempre el 23 de abril, en el día de San Jorge, siendo éste el santo patrono de la Orden y de Inglaterra. El príncipe Guillermo de Gales fue la última persona en convertirse en Caballero de la Orden, cuando la reina Isabel II lo nombró su miembro número 1.000 en 2008.

A diferencia de la mayoría de las órdenes, la Orden de la Liga no esta ligada al aviso de citas del Primer Ministro; el Soberano sólo concede membresías. Las membresías en la Orden son un regalo personal del Soberano. Excepto las concesiones de membresías supernumerarias, las concesiones son hechas sólo a esas personas que tienen hechos excepcionales de servicio al Reino Unido.

Origen


Eduardo III, fundador de la Orden.
Muy poco se sabe a ciencia cierta sobre los orígenes y finalidad de la orden y del significado de sus emblemas ya que los registros más antiguos se han perdido en sucesivos incendios. La leyenda más conocida es la que cuenta que el rey Eduardo III, durante un baile que ofrecía posiblemente en el Palacio Eltham, bailaba con Juana de Kent, quien luego se convertiría en la primera Princesa de Gales. A ésta, mientras bailaban, se le cae la liga que llevaba en la pierna a lo que el rey rápidamente, para evitar la vergüenza de la joven, la levanta y coloca en su propia pierna. Ante la mirada de los curiosos que seguían la escena, el rey dice la frase que quedaría como lema de la orden: «Honi soit qui mal y pense» («Vergüenza de aquél que de esto piense mal»). Muchos afirman que la dama en cuestión no era Juana de Kent, sino su suegra hasta ese momento, Catherine Montacute, condesa de Salisbury.

Esta teoría, según muchos historiadores, parece haber tenido su origen en Francia y con el propósito de desacreditarla, ya que se niegan a creer que la orden de caballería mas prestigiosa y antigua haya tenido un comienzo tan frívolo.

Según otra teoría el rey Eduardo III habría intentado con la formación de la orden una vuelta a la Mesa Redonda de los Caballeros del Rey Arturo. Es sabido que el monarca disfrutaba junto a su corte de festivales que evocaban los tiempos del mítico rey, con torneos de justa incluidos y mesas redondas a la cual los caballeros de la corte se sentaban. Siguiendo esta versión, muchos dicen que mientras el rey proclamaba la orden como una simple evocación de los tiempos de Arturo, su verdadera finalidad era crear un movimiento conformado por caballeros, los cuales habían servido a Inglaterra durante la Guerra de los Cien Años contra Francia, que lo apoyaran en su reclamo al trono francés y que el motto de la misma, «Vergüenza de aquél que de esto piense mal», iba dirigido a cualquiera que se opusiera al reclamo del rey a la corona francesa.

La Orden


El emblema de la Orden en el castillo de Windsor.
La orden medieval original estaba compuesta por el rey Eduardo III, su hijo Eduardo de Woodstock, príncipe de Gales más conocido como el Príncipe Negro y ambos contaban con 12 compañeros, como si se tratara de un torneo. Poco ha cambiado sobre esto ya que la orden sigue siendo extremadamente limitada, consistiendo hoy en día en el monarca del Reino Unido, quien es el Soberano de la Orden, el Príncipe de Gales y 24 miembros compañeros. La orden incluye miembros supernumerarios, es decir que no cuentan dentro de los 24 compañeros, que se los conoce como Caballeros y Damas Reales (miembros de la Familia Real Británica) y Caballeros y Damas Extranjeros (monarcas de diferentes estados).

El título Caballeros Reales fue introducido por primera vez por el rey Jorge III con el fin de poder incluir en la orden a 7 de sus 9 hijos varones, sin que éstos contaran en los 24 compañeros. Con la incorporación a la orden del Emperador Alejandro I de Rusia en 1813 la membresía supernumeraria se extendió a los monarcas extranjeros.

Poco después de la fundación de la orden las damas fueron admitidas como Señoras de la Orden, sin llevar el título Compañeras. En 1488 el rey Enrique VII directamente eliminó la práctica de incluir mujeres a la orden y ésta permaneció exclusivamente masculina (salvo en los momentos que el monarca del Reino Unido era una mujer, la cual se convertía en Soberana de la Orden) hasta que en 1901 el rey Eduardo VII nombra a su consorte Alejandra Dama de la Orden. Lo mismo harían luego los reyes Jorge V y Jorge VI con sus respectivas consortes.

En 1987, la reina Isabel II decidió que las damas llevasen el título, hasta ese momento negado, de Compañeras, por lo que se convirtieron en Damas Compañeras al igual que los Caballeros, exceptuando obviamente a las Damas Reales y Extranjeras que nunca ostentaron dicho título.

A partir del siglo XVIII, la elección de los miembros empezó a realizarse mediante sugerencia del gobierno. En 1946 el rey Jorge VI, al ver que la orden se estaba politizando, regresó a la forma original en la que el Soberano elige personalmente a sus compañeros.

A lo largo de los años, varios miembros han sido expulsados de la orden por crímenes como herejía, traición o cobardía y hasta ejecutados como en el caso de Lord Scrope of Masham (amigo de la infancia del rey Enrique V) y el III Duque de Buckingham en 1521. El rey Carlos I lució el emblema de la orden, adornado con 400 diamantes, en el momento de su ejecución.

Durante la Primera Guerra Mundial, muchos de los Caballeros Extranjeros que eran monarcas de estados enemigos fueron expulsados. Así, la membresía del Emperador Guillermo II de Alemania y del Emperador austríaco Francisco José I fueron revocadas en 1915. Lo mismo ocurrió con el Emperador Hirohito de Japón a quién se le retiró de la orden cuando su país ingresó en la Segunda Guerra Mundial. En 1971, sin embargo, la reina Isabel II le restableció como miembro, acto recibido con enorme felicidad por el emperador.

Miembros actuales de la orden

Miembros ex officio
La Reina
El Príncipe de Gales
Caballeros y señoras compañeros

Hugh FitzRoy, XI duque de Grafton (1976)
Gordon Richardson, barón Richardson de Duntisbourne (1983)
Peter Carington, VI barón Carrington (1985)
Arthur Wellesley, VIII duque de Wellington (1990)
Edwin Bramall, barón Bramall (1990)
Matthew Ridley, IV vizconde Ridley (1992)
John Sainsbury, barón Sainsbury de Preston Candover (1992)
John Baring, VII barón Ashburton (1994)
Robin Leigh-Pemberton, barón Kingsdown (1994)
Sir Ninian Stephen (1994)
Baronesa Margaret Thatcher (1995)
Sir Timothy Colman (1996)
James Hamilton, V duque de Abercorn (1999)
Sir Erskine William Gladstone de Fasque y Balfour (1999)
Peter Inge, Barón Inge (2001)
Sir Antony Arthur Acland (2001)
Gerald Grosvenor, VI duque de Westminster (2003)
Robin Butler, barón Butler de Brockwell (2003)
John Morris, barón Morris de Aberavon (2003)
Sir John Major (2005)
Thomas Bingham, barón Bingham de Cornhill (2005)
Mary Soames, baronesa Soames (2005)
Richard Luce, barón Luce (2008)
Sir Thomas Dunne (2008)
Caballeros y damas Reales
El Duque de Edimburgo (1947)
El Duque de Kent (1985)
La Princesa Real (1994)
El Duque de Gloucester (1997)
Princesa Alejandra, La Honorable Lady Ogilvy (2003)
El Duque de York (2006)
El Conde de Wessex (2006)
Príncipe Guillermo de Gales (2008)
Caballeros y damas extranjeros
El Gran Duque Juan de Luxemburgo (1972)
Reina Margarita II de Dinamarca (1979)
Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia (1983)
Rey Juan Carlos I de España (1988)
Reina Beatriz de los Países Bajos (1989)
Emperador Akihito de Japón (1998)
Rey Harald V de Noruega (2001)

El lado oscuro de la orden de la jarretera :

• La Orden fue fundada por Eduardo III cerca de 1348, cuando Joan, la Condesa de Salisbury, botó una jarretera de forma accidental mientras bailaba. El Rey la cogió y dijo: ¡“Honni soit qui mal y pense”!, “El mal estará con quien piense el mal”.

• Esto no era ningún chiste juguetón. La Antigua Religión era condenada aunque era practicada y, ya que no vestían muchas cosas más, los brujos vestían una jarretera como signo de rango.

• La rápida reacción del Rey selló el diseño y la naturaleza de la jarretera, no solo evitando un escándalo sino que posiblemente salvando su vida. Así que poniéndola bajo su protección de forma abierta, el Rey previno cualquier acusación. También estaba indicando su propia participación.

Números Místicos

• Curiosamente, el Rey fundó una orden de caballería restringida a “25 caballeros más el soberano”, un hecho que se aplica hasta el día de hoy, y la Reina Elizabeth II no puede admitir a ningún miembro nuevo hasta que una vacante surja debido a la muerte de un miembro más viejo.

• Así, la membresía total de la orden es de 26 personas. Esto es el doble de trece... una cofradía real siendo el doble del tamaño de una cofradía de brujos ordinaria.

• Los adornos del soberano como jefe de la orden incluye un manto bordado con exactamente ciento sesenta y ocho (168) jarreteras simbólicas. Éstas, junto con la que el Rey viste en su pierna, hacen un gran total de ciento sesenta y nueve (169), ¡lo que es trece al cuadrado! (13 x 13).

• Trece es un número mágico. 13 alfileres se fuerzan en un encanto para hacer una maldición, la carta del Tarot nº 13 es La Muerte, y el 13º miembro de una cofradía representa al Diablo.

• Coloquialmente, “una docena de panadero” significa una estrategia de venta, los panaderos fomentaban la compra de pan y pasteles ofreciendo “uno extra” por cada doce que fuesen comprados. Pero adicionalmente, y más hacia el asunto, la tradición vuelve aún más en el tiempo ¡hacia una época donde la gente vacilaba de hablar de ciertos pensamientos en voz alta en caso de que la declaración gatillase el evento! Compara cuando todo el mundo evitaba declarar el nombre de Dios. En este caso “una docena de panadero” (baker’s dozen) es una corrupción de “boucca’s dozen”... una expresión céltica que significa “el trece del demonio”

miércoles, 18 de agosto de 2010

Skulls & Bones.Sociedad diabolica !

Mucho de misterio, de misticismo y de diabolica si se quiere, puede encontrase en todo lo que rodea a los Skull & bones. La sociedad fue fundada en 1832 por dos miembros de Phi Beta Kappa, William Huntington Russell y Alphonso Taft. La primera clase o cohorte Calavera se formó el curso siguiente, 1832-1833. La sociedad no admitió miembros femeninos hasta el año 1992.
Tradicionalmente, la Yale Daily News publicó los nombres de los nuevos miembros de todas las organizaciones secretas que había en Yale, pero la práctica se abandonó durante la rebelión de los estudiantes en la década de 1960. Desde entonces ha sido reinstituida por un tabloide del campus conocido como The Rumpus. Por tanto, mientras que la lista de nombres de los miembros actuales y las actividades que llevan a cabo no está oficialmente divulgada, es de dominio público quiénes son sus miembros. La sociedad recluta a sus nuevos aspirantes entre los alumnos que se encuentran en el año previo a su graduación.
Por reputación, los calaveras captaban a los capitanes de los equipos de fútbol americano y remo, así como a los notables del Yale Daily News y la Yale Lit.
El 13 de octubre 1873 fue publicado en el periódico estudiantil The Iconoclast un panfleto contra los Skulls & Bones.1
"O I may our Yale so fondly loved,
The Skulls and Bones beware, Avoid it like a faithless friend,
A serpent in his lair."
The Iconoclast, 13 de octubre 18732
El 29 de septiembre 1876 la "tumba" de la orden fue invadida por alumnos que robaron archivos y describieron el interior del lugar publicándolo en un periódico estudiantil bajo el título: SKULL AND BONES, An account of the break-in "Bones Temple" 1876.3

En la Orden, a cada "cohorte" de quince miembros se le hacía un retrato. Siempre posaban del mismo modo, con huesos humanos y un viejo reloj en el fondo marcando las 8 de la tarde.
Mucha gente cree que la comunidad de miembros se ha mantenido totalmente secreta. Sin embargo la lista de cada año está registrada en los archivos de la universidad Yale las cuales cubren los años 1833-1985, con algunos años adicionales. Las familias principales de Skull & Bones también son conocidas porque en 1985 una fuente anónima proporcionó las listas a un investigador privado llamado, Antony Sutton.
Los datos filtrados en 1985 se mantuvieron en privado durante 15 años por el temor de Sutton a que las páginas fotocopiadas pudieran de algún modo identificar al miembro que las filtró. Finalmente se reformateó la información como apéndice en el libro, Fleshing out Skull and Bones (Desenmascarando a los Skull and Bones) una compilación editada por Kris Millegan, publicada en 2003.
Muchas figuras influyentes han formado parte de Skull & Bones y también ha habido familias influyentes que han tenido a menudo múltiples miembros a través de sucesivas generaciones. Los Bones abarcan un rango que va desde presidentes de EE.UU, como George W. Bush, su padre George H. W. Bush, o William Howard Taft, hasta jueces de la Corte Suprema, pasando por hombres de negocios, y senadores como John Kerry; el cual se postuló a presidente en 2004.

Desde 1833 usan la bandera de la Russell Trust Association, es decir un cráneo con dos fémures cruzados en su base con el número 322 entre ellas. Es notable la asimetría entre las cuencas oculares del cráneo
El número 322 es así la «cifra clave» de la organización. El 322 a. C. es el año en el que murió el orador griego Demóstenes, y según la tradición de Skull & Bones, la diosa de la elocuencia, Eulogia marchó en ese año al paraíso para volver en 1832 y unirse a la sociedad secreta.

En la "tumba", tienen un viejo reloj adelantado de 5 minutos para sugerir que los miembros de la orden tienen que adelantar a los demás.
El 22 de enero de 2010, Christie's subasta la calavera urna de los Skull and Bones,6 que vuelve a reavivar la polémica sobre los restos de Gerónimo.
Está en la denominada Tumba de los Skull and Bones, en Yale. Dice en alemán Wer war der Thor, wer Weiser, Bettler oder Kaiser? Ob Arm, ob Reich, im Tode gleich,7 que significa: ¿Quién es el loco, quién es el sabio, el mendigo o el rey? Pobre o rico, se igualan en la muerte. También aparece el lema en latín "Boni bonis adpacunt"8 y en inglés antiguo "Bari Quippe Boui"9

Comenzando en 1833, una de las responsabilidades de la cohorte de los 15 seniors consiste en seleccionar 15 miembros junior para que éstos los reemplacen, lo cual es denominado como tapped (captación o reclutamiento) en la sociedad. Los miembros Tapped, se citan en la tumba de los Bones algunos atardeceres de cada semana durante su año senior.
De acuerdo con los miembros "disidentes" de Skull & Bones entrevistados por Alexandra Robbins para su libro Secrets of The Tomb (Secretos de la tumba) [pg. 5], los miembros cenaban con un conjunto de platería de Hitler mientras estaban en la Tumba consumiendo costosas cenas a lo largo del año. Los miembros reciben nuevos nombres en código, se hacen llamar a ellos mismos Knights (Caballeros) y simultáneamente llaman a todos los demás bárbaros. Otra disociación es que los relojes en la Tumba de los Bones están intencionadamente adelantados 5 minutos del resto del mundo, para darle a los miembros la sensación de que el espacio de los Bones es un mundo totalmente aparte — y un mundo un poco por delante de la curva del resto de bárbaros del exterior.

Deer Island (la Isla del Ciervo) es una isla particular perteneciente a la Russell Trust Association de los Skull and Bones. Se encuentra en las 44°21′41″N 75°54′24″O y forma parte del archipiélago conocido como Thousand Islands, en el río San Lorenzo, a 3 km/dos millas al norte de la bahía de Alejandría, entre Estados Unidos y Canadá. Esta isla es mantenida como el Club de Campo de la Isla Deer. Entre las instalaciones de la isla se encuentran dos pistas de tenis, dos casas, un bungalow, un embarcadero y un anfiteatro. Sirve como descanso para los miembros de Skull and Bones, y a menudo se usa para celebrar reuniones a las cuales son bienvenidos los familiares de los Bonesmen. El Club de Deer Island mantiene la isla. Este club sólo puede estar formado por iniciados de Skull and Bones. Según la investigadora de Skull and Bones Alexandra Robbins (miembro de Scroll and Key, otra sociedad secreta de Yale), que entrevistó a muchos Bonesmen para su libro, los Bones consideran que la isla está convertida en un vertedero.
Sin embargo, entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, la isla suponía para los miembros una "escapada". Hay imágenes de la isla y sus edificios en el libro de Kris Millegan Fleshing out Skull and Bones (2003).

Durante un año, sus miembros se encuentran al menos una vez a la semana y realizan autoanálisis. El objetivo es crear un vínculo a largo plazo entre ellos una vez hayan dejado la universidad, en lugar de que su relación sólo dure durante su permanencia. Existe relación cordial entre el Patriarca y su elegido. John Kerry fue Patriarca de George W. Bush.

Los Skull and Bones rinden culto a Eulogia, la Diosa de la elocuencia, quien tomó su sitio en el panteón a la muerte del orador Demóstenes en 322 a. C. Hoy, el símbolo numérico 322, conmemorando la fecha de la muerte de Demóstenes y Aristóteles (en Griego: Ἀριστοτέλης, Aristotélēs), aparece en los materiales de escritorio de la sociedad. El número tiene tales connotaciones místicas que en 1967 un estudiante graduado, sin lazos con la orden Skull and Bones, donó $322,000 a la sociedad.
El número 322 también ha sido el favorito particular de cazadores de mentes conspiradoras por la evidencia de las conexiones globales de los Skull and Bones. El número fue la combinación del maletín de Averell Harriman cuando transportó documentos clasificados entre Londres y Moscú durante la Segunda Guerra Mundial. Antony Sutton asegura que el 322 actúa como recordatorio de la madre de la organización en Alemania, El Grupo Estadounidense fundado en 1832, donde en el libro de inscripción está en el capítulo dos (32-2).

En 1888 regresa, de los Skull and Bones de Yale, Henry L. Stimson de acuerdo con su biógrafo británico Geofrey Hodgson. Esta membresía en Skull and Bones significó para Stimson "the most important educational experience in his life" (la experiencia educativa más importante de su vida). Curiosamente, ha sido el único Skull and Bones cuyos padres no eran millonarios y fue el de más importancia para la historia estadounidense, ya que inició la fase imperial de Estados Unidos. Stimson se hace socio en la firma de abogados de Eliahu Root, el secretario de guerra del presidente Theodore Roosevelt. Root le enseñaría todo al futuro secretario de guerra de más larga estadía de Estados Unidos (10 presidencias).

En mayo de 2007, historiadores de la CIA dieron a conocer a la ciudadanía un artículo en el que refutó las creencias inexactas, pero perdurables de que Skull & Bones es una incubadora de la Comunidad de Inteligencia de los EE.UU.10 El artículo señaló que películas como El Buen Pastor perpetúa en la mente del público la idea de que la entrada en niveles superiores de la CIA depende de la pertenencia a Bones. La realidad muestra una historia diferente, sin embargo. Refiriéndose a los personajes representados en la película, historiadores de la CIA señalaron que el jefe de inteligencia de la CIA James Jesús Angleton asistió a Yale, pero no era un Bonesman. Edward Wilson (Matt Damon), el personaje principal de la película, fue el miembro de Scroll & Keys Tracy Barnes; el Keysman Tracy Barnes es sindicado como el creador de la invasión de Playa Girón. Richard Bissell rechazó la oferta del "toque" para unirse (él era miembro del Club Isabelino, aunque su hermano era un Bonesman).

Richard Helms (DCI 1966-1973) asistió a Williams College. Allen W. Dulles (DCI 1953-1961) asistió a Princeton. McGeorge Bundy, asesor de los presidentes John F. Kennedy y Lyndon Johnson, y firme defensor de una mayor intervención en Vietnam fue un Bonesman. Recientemente, el ex director de la CIA Porter Goss, Yale'60, fue miembro del Book & Snake, y John Negroponte, el primer Director de Inteligencia Nacional, que era un miembro de la sociedad secreta Elihu, tanto en Fence Club, como de la Fraternidad Psi de la Yale .
Aunque los Huesos en la realidad puede no haber sido la cuna de los futuros agentes de la CIA, o la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, predecesora de la CIA), es preciso tomar nota de que un número desproporcionado de los graduados de Yale y el personal han llevado a la comunidad de inteligencia ; Por ejemplo, George HW Bush, Director de la Agencia Central de Inteligencia desde el 30 de enero de 1976 al 20 de enero de 1977. Se dice que el término 'spook' - una vez que se designa a un miembro de la sociedad secreta de Yale - es el término coloquial para cualquiera de espionaje.

En el año 2000, Universal Pictures lanzó la película The Skulls: Sociedad secreta, protagonizada por Joshua Jackson y Paul Walker, los cuales eran veteranos de Yale que fueron elegidos en la sociedad secreta. Después de un encubrimiento de asesinato, un miembro trata de desertar del grupo. La sociedad, al parecer, tiene relaciones tensas entre los miembros, encubrimientos, modos de vida lascivos y negocios corruptos. La película tiene dos secuelas: The Skulls II y The Skulls III.
El señor Burns, uno de los personajes en la serie televisiva Los Simpson, es un supuesto bonesman del curso de 1914.
El buen pastor (2007), una película de Robert De Niro con Matt Damon y Angelina Jolie en los papeles principales, explica la vida de Edward Wilson (inspirado en James Jesus Angleton), miembro de la Skull and Bones y agente de la CIA.
El capítulo No olvides a Chris de Padre de Familia, trata sobre el ingreso del ingreso de Chris Griffin en Skull & Bones gracias a su abuelo materno.
El Capitulo de Gossip Girl"New Haven Can Wait" Chuck Bass intenta entrar en la sociedad Skull & Bones ellos le exigen que les entrege a Nate Archibald para arregla ciertos problemas del pasado Chuck les idica que Dan es en realidad Nate pero cuando ellos descubren la mentira Chuck tiene fotografias comprometedoras así que Chuck exclama "Tengo en mi poder a los futuros líderes de América"

El único capítulo de Skull and Bones conocido fuera de Yale fue en las cercanías de la Universidad Wesleyana en 1870, la cual en 1872 llegó a ser una sociedad independiente bajo el nombre de Theta Nu Epsilon.
En zonas germánicas de Europa se hacen afirmaciones de capítulos llevados a cabo por otros Cultos a la muerte, pero esto no parece ser realista porque las fraternidades alemanas con influencia comparable como Askania-Burgundia están organizadas de forma bastante diferente.
Todavía hay otras fuentes que aseguran que el financiamiento de los Bonesmen deriva de una familia que, por el uso de buques estadounidenses más rápidos que los otros barcos, hacían contrabando de narcóticos y especias de Oriente eludiendo los impuestos para la Corona Británica, también se sugiere que pirateaban otros barcos. Se ha sugerido esto como la razón de que el emblema de los Skull and Bones sea una calavera y unos fémures. La conexión de la coincidencia de la bandera de la India británica del este con la elección de Washington para una bandera también se ha sugerido.
Hasta tiempos recientes, la comunidad de miembros Skull and Bones fue estrictamente masculina. En 1992, la sociedad comenzó a admitir mujeres por las protestas de muchos alumnos notables.
Una carta enviada por el miembro Winter Mead al miembro F. Trubee Davison en 1918, dice que la calavera del jefe indio Gerónimo y otros restos fueron tomados de su tumba y depositados en el acuartelamiento de los Skull and Bones.

A través de los años se ha arraigado la creencia de que los Skull and Bones han participado en todo tipo de actividades ilegales, y han surgido todo tipo de especulaciones en torno a la orden como: la guerra de secesión estadounidense, el tráfico de opio de India a China o que los restos del jefe indio Gerónimo fueron robados de su tumba para llevarlos a la sede de Skull and Bones en Yale, entre otras.

Bush...la herencia maldita !!!

Las acusaciones sobre el que fuera el presidente numero 43 de Los Estados Unidos , George Bush, como su padre, el ex-presidente; son muchas....pero de lo que nos ocuparemos en este post, es acerca de sus membresias en una sociedad secreta: Skull and Bones (la Orden de la Calavera y los Huesos), algunos de cuyos miembros han sido denunciados por crímenes que van desde el narcotráfico a la conspiración política. ¿Nos encontramos ante exageraciones «conspiranoicas» o ante un poder oculto decidido a hacerse con el control del planeta?
Su imagen es conocida en todo el mundo. Para la mayoría, su nombre se asocia a un conservadurismo a ultranza, partidario acérrimo de la pena de muerte. Se trata de George Bush, Jr., calificado de bruto e indocumentado por conocidos intelectuales de su país. En el reciente Festival de Cine de la Mostra de Venecia, el director Robert Altman declaró que si salía elegido como presidente en noviembre él abandonaría los EE UU.


Pero lo que pocos conocen es el lado oculto de este hombre. Como su abuelo, el senador Prescott Bush, como su padre George Bush y otros varones de su familia, el candidato pertenece a una sociedad secreta de siniestra fama. Según han denunciado varios investigadores independientes, algunos de sus miembros estarían implicados en una serie de crímenes que van desde el tráfico de drogas al racismo partidario de políticas eugenésicas para reducir drásticamente la población del Tercer Mundo y de las minorías étnicas en EE UU. La profanación de tumbas y cadáveres sólo sería, según estas acusaciones, un elemento ceremonial que ilustra las señas de identidad de dicha sociedad.

El 1 de mayo de 1990 la tumba del general Omar Torrijos fue profanada. Unos desconocidos que hablaban con acento extranjero robaron las cenizas de este líder, símbolo de la resistencia ante el poder neocolonial de EE UU. Con el fin de celebrar la reinstauración en el país del poderío norteamericano, estos profanadores sellaron con este ritual la obtención de un nuevo trofeo: las cenizas del general que, según sus partidarios, fue asesinado por la CIA. La operación realizada en Panamá, presuntamente financiada por La Orden de la Calavera y los Huesos, no haría sino continuar una siniestra tradición. Así lo denunciaba NACLA Report on the Americas, una revista política con ninguna afición por el «ocultismo», en su editorial de junio de 1990.

Más de medio siglo antes de que George Bush padre lanzara contra Panamá la Operación «Causa Justa», la Orden a la que pertenecía el presidente ya había hecho lo mismo con el cadáver del revolucionario mexicano Pancho Villa; unos desconocidos abrieron su féretro y le cortaron la cabeza. Se asegura que Skull and Bones, la sociedad secreta formada por la élite de la universidad de Yale, pagó por ella. En mayo de 1918, el senador Prescott Bush -padre del expresidente de EE UU y abuelo de quien compite en estos mismos días por alcanzar el mismo honor- profanó junto con otros miembros de esta sociedad el sepulcro de Gerónimo, el legendario jefe rebelde de los apaches. A mediados de los 80, Ned Anderson, líder de la tribu de San Carlos, reunió documentos, fotografías y otras evidencias sobre esta profanación. Uno de los cómplices de Prescott Bush, Neil Malion, se encargó de «echar ácido sobre la cabeza de Gerónimo, quemando la cabellera y la carne» para que pudiera ser expuesta en sus rituales nocturnos. Esta unión se habría afianzado en el campo de los negocios. Prescott Bush fue quien catapul-tó a Neil Malion a la dirección de Dresser, donde tendría su primer empleo el ex-presidente George Bush, que bautizó con el nombre de Neil a uno de sus hijos.

Ned Anderson consiguió una entrevista con un representante de la Orden, al que solicitó la devolución de los huesos de Gerónimo. Anderson afirma que obtuvo una respuesta afirmativa, aunque no formalmente, transformada en decepción al día siguiente, ya que el interlocutor de la Orden faltó a la cita concertada. El personaje que evadió el compromiso para ganar tiempo y esconder los restos de Gerónimo era Jonathan Bush, hermano del candidato.

Entre los alumnos de Yale, promoción tras promoción, corre desde el siglo pasado el rumor de que la forma más rápida y segura de acceder a una carrera de brillante porvenir en los círculos del poder es pertenecer a este «club» privado, que recluta a sus miembros entre los alumnos y los docentes de Yale. Una vez admitido, el nuevo adepto se compromete a no revelar ningún aspecto de sus actividades internas, incluyendo mantener en secreto su pertenencia y negar cualquier vínculo con ella.

El ocultismo de las elites


Fundada en 1832 por William H. Russeli, esta sociedad secreta -que algunos consideran que fue inicialmente la rama americana de la Orden de los Iluminados de Baviera, fundada en 1776- surgió para promocionar a 1os hijos de las elites a puestos de relevancia política, económica y social, con la finalidad de consolidar su influencia en los círculos depoder. Su existencia está tan bien establecida como sus liturgias, aunque los expertos no se ponen de acuerdo sobre su naturaleza. Así, por ejemplo, MassimoIntrovigne, director del Instituto de Nuevas Religiones y el más reputado experto en sectas, recoge la existencia de los rituales macabros y la profanación de la tumba de Gerónimo, pero se inclina por creer que sólo se trata de un «satanismo lúdico» de clase alta inspirado en la tradición de la masonería anglosajona. Se trata un fenómeno muy común entre los jóvenes estudiantes norteamericanos que, si bien integra ritos ocultistas, no presenta más riesgos que alguna gamberrada. Aunque reconoce la pertenencia a la misma de políticos destacados, como el ex presidente George Bush y su secretario de estado, George Shultz, cree que el carácter elitista de Skull and Bones ha facilitado que naciera en torno a ella una «literatura complotista» sin fundamento.

Sin embargo, no son estos los únicos nombres de «La Orden» asociados al poder. También se ha señalado la pertenencia a esta sociedad de otros altos cargos de la Administración Bush, como James Baker III, también secretario de Estado, y de C.Boyden Gray, implicado en el escándalo Irán-Contra y en las conexiones con esta fuerza irregular nicaragüense sublevada contra el gobierno sandinista en los 80.

Tampoco parece que estos estrechos vínculos con el poder sean una novedad. El fundador, William H. Russell, fue secretario de Guerra de la Administración Grant. William Taft, hijo de otro de los líderes pioneros de «La Orden», Alphonse Taft, fue el único presidente de EE UU que, además, ocupó el cargo de presidente de la Corte Suprema. George Bush Senior también fue el primer presidente que antes fue director de la poderosa CIA.

Todo apunta a que esta sociedad representa una facción de las familias patricias norteamericanas asociadas a la cúpula del poder, cuyo liderazgo se perpetúa hereditariamente. Entre sus miembros se encuentran la veintena de apellidos de mayor pedigrí en el campo de las finanzas y la industria del Este de EE UU, según la lista de miembros publicada -por el historiador Anthony Sutton. Para sus críticos más radicales, tanto los honores públicos como la recompensa económica están garantizados, pero a cambio de una subordinación absoluta a «La Orden».

Al final de cada curso, un selecto grupo de 15 graduados es escogido para participar en la entrada iniciática al mundo de los poderes temporales. Se asegura que, desnudos y dentro de un ataúd, deben confesar sus fantasías sexuales y otros sórdidos secretos. Cada neófito recibe un hueso con una inscripción que identifica su pertenencia a la «más poderosa de las sociedades secretas». Sólo las paredes de la «Tumba» (el edificio del campus de Yale donde se llevan a cabo las ceremonias) son testigos de esta oscura comunión en la cual Introvigne reconoce el signo ocultista de la liturgia, pero considera que se trata de ritos que simbolizan con estas imágenes de fango la condición humana y que culminan con el «lavado», que representa la purificación por el agua y el nacimiento del neófito como hombre nuevo.

En 1856, la Orden de la Calavera y los Huesos fue registrada oficialmente como Asociación Russell. Desde entonces se le conoce también como el Capítulo 322 de una sociedad secreta alemana. Domiciliada durante décadas en la sede neoyorquina de la banca Brown Brothers Harriman, siempre parece haber estado interesada en la creación de un liderazgo oculto con capacidad para controlar los destinos del planeta. La familia Bush ostenta un privilegiado asiento en este cenáculo desde hace tres generaciones. Los vínculos entre los Harriman y los Bush se forjaron en la graduación de 1917, cuando Edward Roland Harriman y Prescott Bush consiguieron la «condecoración» ósea que les acreditaba como serias promesas de los proyectos que «la Orden» tenía a escala mundial.

Las expectativas puestas en ellos no eran gratuitas, ya que fueron aupados por dos poderosos «patriarcas»: Percy Rockefeller, que llegó a la Orden en 1900, y E. H. Harriman, en 1913. El padre de este último,Averell Harriman, era un magnate del ferrocarril que se hizo con el control de la Union Pacific Railroad en 1898 gracias a un crédito del padre de Percy.

Los abuelos de George Bush encajaron en este restringido círculo. Por parte materna, George Herbert Walker, acaparó su propia parcela en los ferrocarriles del medio oeste y acabó asociándose con los Harriman. Por parte paterna, Samuel Bush representó fielmente las inversiones de la industria armamentística cuyos beneficios se dispararon enormemente en la I Guerra Mundial.

En 1931, la Brown Brothers se unió a los Harriman para darle a la Orden el argumento de una nueva aventura que la humanidad no deberá olvidar nunca. Los Harriman y Prescott Bush fueron los banqueros y socios comerciales de Adolf Hitler. Muchos detalles de esta historia suprimida pueden ser consultados en La biografía no autorizada de George Bush, escrita por Webster G. Tarpley y Anton Chaitkin, hijo de Jacob Chaitkin, que interpuso una querella por estafa en la Hamburg Amerika Line contra los Harriman y P. Bush. De acuerdo con sus denuncias, el otro gran Beneficiado de la operación fue Hitler. He aquí el prontuario de esta biografía siniestra: La Union Banking Corp., fundada por el abuelo del ex-presidente de EE UU, y la Brown Brothers-Harriman, financiaron la maquinaria militar de los nazis a través del Cartel Alemán del Acero. En 1938, Prescott Bush, en calidad de socio ejecutivo de la BBH, también fue responsable del préstamo concedido al Tercer Reich para importar combustibles suministrados por la Standard Oil, que abastecerían las necesidades de la aviación militar alemana.

La Hamburg Amerika Line, naviera creada por el abuelo de George Bush con el respaldo de los Harriman, no sólo apoyó a las SS, sino que operó como tapadera propagandística de los nazis. En 1932, Averell Harriman se encargó personalmente de procurar a los ideólogos nazis pasajes a bordo de la Hamburg Ametika Line para que asistieran a un congreso sobre «higiene racial». Se asegura que una de las prioridades de «La Orden» en nuestro siglo ha sido la de evitar la explosión demográfica de los grupos étnicos considerados inferiores y la promoción de políticas eugenésicas, como la esterilización en masa. No hay que olvidar que las leyes nazis de esterilización se inspiraron en las norteamericanas.

Este complejo financiero habría puesto en marcha un vasto dispositivo logística para facilitar el tráfico de armas y explosivos, remitidos en gran parte a través de la naviera a la I G. Farben nazi; mientras, en Cuba, el principal negocio de la I G. Farben -según asegura Hans G.Behr en La droga, potencia mundial- sería vender heroína a la Cosa Nostra americana.

Según sus acusadores, esta es la fuente que nutrió la trayectoria de George Bush corno hombre de negocios, espía avalado por el poderoso director de la CIA Allen Dufles, y político. Como dueño de Zapata Oil, George Bush heredó, además, la conexión nazi de su padre. En su libro La Operación Paperclip, Ray Renick cuenta que, acabada la Segunda Guerra Mundial, la organización Gehlen -criminales nazis supuestamente reclutados por los Rockefeller y la Orden de Malta, a la que pertenece el hermano mayor de George Bush- ubicó su cuartel general en California.

Desde sus inicios, la CIA integró a los nazis en un gigantesco aparato de terror estatal a lo largo de toda Sudamérica. Su estrategia es, de acuerdo con Mike Ruppert, ex detec-tive de la sección de narcóticos de la policía de Los Ángeles, el tráfico de drogas a gran escala, con la colaboración de Cosa Nostra, y el blanqueó de dinero en bancos de las Bahamas y otros paraísos fiscales. La Operación Paperclip se dividió y dio lugar a la Operación Amadeus, por la que muchos oficiales nazis fueron trasladados desde Alemania a Sudamérica. Albert Carone, uno de los «correos» más activos de esta red, era coronel de la inteligencia militar. Su agenda parecía un directorio de la CIA y la Mafia, según Ruppert, que asegura haberla revisado minuciosamente. Tras expresar cierto descon-tento, Carone murió por "toxicidad química de etiología desconocida". Su hija afirma tener pruebas contra el «cerebro» de la Operación Amadeus, igualmente examinadas por Ruppert. Según estos documentos, «Amadeus» no es otro que George Bush. Así lo denunció Ruppert ante una comisión de Inteligencia del Senado norteamericano.

Pecados de familia

Entre los patrocinadores de la carrera de Bush destaca Walter Mischer, banquero, promotor y uno de los mayores terratenientes de Tejas. En La CIA, la Mafia y George Bush, Pete Brewton denunció las supuestas conexiones de Mischer con la Mafia. Muchos aseguran haber sufrido persecución por conocer los secretos de la familia Bush. Baste citar aquí el trágico caso de Darlene Novinger, una ex-agente del FBI que investigaba grandes flujos de narcotráfico entre Canadá y Florida Y denunció haber comprobado la relación de los narcotraficantes de la Falange Libanesa con George Bush en el mismo periodo en el cual éste desempeñaba el cargo de jefe de la lucha contra el narcotráfico en el sur de Florida. Los superiores de Darlene le prohibieron seguir con su trabajo y la presionaron para firmar mentís de sus propios hallazgos que según ella, puede incluso documentar con imágenes. En 1987, las primeras amenazas se cumplieron. El cadáver de su marido apareció en el río Sesquihanna dos meses después de ser asesinado. El 8 de julio de 1993 recibió otro aviso funerario, hecho realidad cuatro horas más tarde: su padre murió envenenado. Poco después de enterrarlo, halló junto a la lápida un canario muerto, el mismo mensaje que alguien dejó en el buzón a Bradley Ayres, su compañero de investigación en el FBI. El 24 de julio de 1996, Darlene denunció estos hechos en la Kiev AM Radio, en Glendale, Califomia.

El candidato de la Orden

En 1977, George W. Bush Junior, erigió su primera compañía, Arbusto Energy, con la ayuda económica de la Orden. La asistencia de su tío Jonathan Bush fue muy útil para acumular el capital, aportado por una veintena de inversores, con William Draper III al frente. En la Biografía no autorizada, de Tarpley y Chaitkin, Draper aparece como gestor de la «cuenta Thyssen», de la que los Harriman y los Bush se habrían servido para financiar al partido nazi.

George Bush hijo entró en la Orden en 1968. Los promotores políticos de
su padre le confiaron la tarea de representar estos sombríos intereses. Ya habría ocurrido en vísperas de la Guerra del Golfo. «En el nombre del padre», George Bush jr. invirtió en Harken, una prolongación de la íntima relación entre «petrodólares» y «narcodólares» expuesta en el Informe Kiwi. Según dijo el ex-agente de la CIA Ronald Rewald a Rodney Stich, George Bush tenía una cuenta con narcodólares bajo un nombre falso, Irwin Peach. En esta guerra, el petrolero George Bush, dueño de Zapata Oil, habría actuado contra su antiguo amigo Saddan Husein, a quien probablemente no permitió derrocar, con el objetivo deliberado de producir una crisis mundial con elevadas ganancias para las grandes multinacionales.

Según las denuncias recogidas por los autores reseñados anteriormente, los Bush son herederos de un oscuro linaje. En el inicio del nuevo milenio, «La Orden» habría elegido a George Bush junior para encumbrar sus designios, perpetuar el pillaje y, probablemente, aumentar su colección de huesos de líderes disidentes.

domingo, 15 de agosto de 2010

Obama ...un mason grado 32 !!!

En la imagen podemos ver una Tarjeta de Anuncio invitación al Baile Inaugural Masónico en honor del 44 Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.



Estaba cantado que el futuro Presidente de los Estados Unidos, sucesor de George Bush, no podía ser un cualquiera, sino un continuador de Logia Masónica.

Ya circulan los primeros datos concretos en los debates de Internet, sobre todo entre los internautas de Estados Unidos, en cuyo país son más cercanas y accesibles este tipo de informaciones.

Según la información divulgada, Barack Obama es miembro masón de grado 32 de la "Logia Masónica del Rito Escoces, Antiguo y Aceptado", y perteneciente concretamente a la vertiente de la "Gran Logia de Prince Hall".

Entre que Obama está siendo vigilado por ovnis, que es masón de grado 32, y que le va a tocar pronto pilotar la Guerra de Irán, la cosa pinta fea...

De momento quedémonos con lo bueno, es el primer Presidente negro, lo cual implica un cambio muy positivo e importante en el mundo. En realidad, si se fijan bien, más que las mismas personas de color, han sido todas las personas blancas las que más necesitaban la llegada de un Presidente negro a la Casa Blanca.

Dicho de un modo más simplista, se dice que los masones de los más altos grados, como el 33 y el 32, conocen el gran secreto masónico de que sus logias sirven a Lucifer, y que los demás iniciados que andan por allí remangándose los mandiles no saben de qué vá la flauta...

Obama es masón iluminado de grado 32; sabe quién es, dónde está, qué es lo que quiere, y a quién sirve.

lunes, 9 de agosto de 2010

Derrame de petroleo del golfo de mexico y fractura del fondo marino sin solucion


Sagalevich y sus colegas científicos de la Academia Rusa de ciencias son los únicos seres humanos que han estado en el sitio del derrame petrolero en el Golfo de México después de haber sido llamados a la escena del desastre de parte de la gigantesca petrolera británica, la British Petroleum poco después del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon el 22 de abril de 2010.

Un preocupante reporte que circula hoy por el Kremlin y que fue preparado para el Primer Ministro Putin de parte de Anatoly Sagalevich del Instituto Shirshov de Oceanología de Rusia advierte que el fondo marino del Golfo de México ha quedado fracturado “irreparablemente” y nuestro planeta debe comenzar a prepararse para un desastre ecológico
“más allá de toda comprensión” a menos que se emprendan “medidas extraordinarias” para detener el flujo masivo de petróleo hacia el onceavo cuerpo de agua más grande del mundo.

El llamado que hizo la BP a Sagalevich después de que comenzó esta catástrofe se debe a que él tiene el récord mundial de buceo profundo en agua dulce y su experiencia en los dos vehículos de Sumergencia Profunda de Rusia, el MIR 1 y el MIR 2 que tienen la capacidad de llevar a sus tripulaciones a una profundidad de 6,000 metros (19,685 pies).

Según el reporte de Sagalevich, el derrame petrolero hacia el Golfo de México no está saliendo solamente del pozo de 22 pulgadas que muestran los Estadounidenses en la televisión, sino de por lo menos otros 18 sitios sobre el “fondo marino fracturado” siendo el más grande de 11 kilómetros (7 millas) desde donde se hundió la Deepwater Horizon y está vomitando a borbotones estas preciosas aguas con unos 2 millones de galones de petróleo por día.

Es interesante hacer la observación sobre este reporte de Sagalevich señalando que él y otros científicos Rusos fueron requeridos por los Estados Unidos para firmar documentos que les prohibía reportar sus hallazgos a ningún medio ya fuese Estadounidense o de otro país, y que lo tuvieron que hacer para operar de forma legal en aguas territoriales estadounidenses.

No obstante, Sagalevich dice que él y otros científicos dieron actualizaciones casi por hora tanto al gobierno Estadounidense como a los funcionarios de la BP sobre lo que estaban viendo en el fondo marino, incluyendo al Senador Estadounidense del Estado de Florida, Bill Nelson que después de tal información señaló a la cadena noticiosa MSNBC “Andrea estamos viendo algo nuevo justo ahora, de que hay reportes de que el petróleo está filtrando hacia arriba desde el fondo marino… lo que indicaría, si esto fuese cierto, que la cubierta del pozo está de verdad perforada debajo del fondo marino. Así que, tu
sabes, los problemas podrían ser enormes con los que nos estamos enfrentando”.

Aunque no directamente señalado en el reporte de Sagalevich, los hallazgos de los científicos Rusos sobre el verdadero estado del desastre petrolero del Golfo de México están, más allá de toda duda, siendo filtrados a su amigo de mucho tiempo, Matthew Simmons quien fuera el asesor principal sobre energía del ex Presidente George W. Bush, a quien los reportes de los medios Estadounidenses señalan abiertamente: “Matthew Simmons se está apegando a su historia de que hay otro gigantesco derrame en el Golfo de México bombeando tremendas cantidades de petróleo hacia el Golfo. En “Fast Money” de la CNBC,
dice que le sorprendería si la BP pudiera pasar de este verano, diciendo que este desastre es culpa completa de la BP”.

Como persona prominente dentro de la industria petrolera y uno de los más destacados expertos del mundo en el pico petrolero, Simmons, señala además que los Estados Unidos tienen una sola opción” dejar que se seque el pozo (lo que tomaría 30 años y arruinaría el océano Atlántico) o detonarlo nuclearmente”.

El gobierno de Obama, por otro lado, ha indicado que no se está discutiendo la opción nuclear para dar fin a esta catástrofe lo que lo pone en conflicto con los expertos rusos y estadounidenses que abogan por esta medida extrema antes de que todo esté perdido y como lo informa el diario Británico, The Telegraph:

“La antigua ex Unión Soviética (URSS) utilizó armas nucleares en cinco ocasiones distintas entre 1966 y 1981 para apagar exitosamente pozos de gas y petróleo en la superficie (hubo un solo intento que falló) y que fue documentado por un reporte del Departamento de Energía de los Estados Unidos sobre los usos pacíficos de la URSS de explosiones nucleares. Rusia está apremiando ahora a los Estados unidos para que considere hacer lo mismo. El Komsomoloskaya Pravda, el diario Ruso de mayor venta, asegura que aunque se base en la experiencia Soviética, existe una oportunidad en cinco de que el pozo pudiera no sellar, es “una apuesta que los Estadounidenses tendrían que arriesgar”.

Se dice que la URSS desarrolló dispositivos nucleares especiales para cerrar los pozos de gas utilizando la teoría de que la explosión de una detonación nuclear taparía cualquier pozo en un rango de 25 a 30 metros, dependiendo de la potencia del dispositivo. Tanto como lo he imaginado en mi tiempo libre, las explosiones masivas pueden usarse para hacer colapsar un pozo en fuga, tapando así, o al menos contener sustancialmente el flujo de petróleo.

“La detonación nuclear del fondo marino está comenzando a sonar sorprendentemente factible y apropiada” es la cita que se informa dijo el Ingeniero Mecánico de la Universidad de Texas, Michael E. Webber mientras que el investigador visitante sobre política nuclear y ex oficial naval Christopher Brownfield escribió en el Daily Beast. “Ya hubiéramos demolido este pozo con explosivos desde hace un mes. Y todavía vemos con insoportable suspenso mientras la BP va torpemente usando y desechando plan tras plan para recuperar su petróleo y cubrir su propiedad”.

En cuanto a la razón del gobierno de Obama para negarse a considerar el detonar este pozo por medios nucleares, Sagalevich señala en este reporte que la “preocupación principal” de los Estados Unidos no es la catástrofe ambiental que está causando este desastre sino más bien el impacto que el uso de un arma nuclear para detener este derrame tendría sobre la continua producción de petróleo del Golfo de México y que en un mundo hambriento de energía continua siendo la única región productora de petróleo del planeta capaz de aumentar su producción.

Encima de la catástrofe ambiental que está ocurriendo actualmente en el Golfo de México, la situación podría empeorar pues nuevos informes de los Estados Unidos están confirmando sombrías predicciones de los científicos Rusos concernientes a los venenos de dispersión de petróleo que está usando la BP y que están siendo recogidos hacia las nubes y cayendo como lluvia tóxica destruyendo a toda las plantas vivas que toca.

El resultado final de esta catástrofe lo ignoramos nosotros, sólo nos queda señalar lo obvio que es la opción que confronta hoy Estados unidos que es o detener este desastre por cualquier otro medio, o pagarlo muy caro después.

Después de todo, ¿vale el petróleo barato el costo de destruir a nuestro propio planeta? La BP seguramente lo cree así, pero esperemos que Obama no.

Se pronostica que para octubre el derrame tocará las costas Atlánticas de México. Esto es espantoso.

sábado, 7 de agosto de 2010

El Clan Rockefeller. Dinastia Paradigmatica


El forjador de la saga, John Davison Rockefeller, nació en 1839 en Richford (New York), en el seno de una familia descendiente de inmigrantes judío-alemanes llegados a Estados Unidos en 1733.

Durante sus modestos inicios como contable de la firma Hewit and Tuttle, el joven John Davison emprendió la redacción de una especie de diario económico al que tituló "Libro Mayor A". Aquel curioso registro, que todavía se conserva actualmente, y las anotaciones contenidas en su libro autobiográfico "Random Reminiscences", ofrecen un esbozo magistral de su personalidad, en la que se combinaban, a partes iguales y en una suerte de simbiosis perfecta, la austera cicatería del buhonero y la ambición ilimitada del empresario predador. Y como se comprenderá, un hombre adornado de tales cualidades, y de otras que iremos viendo, estaba irremisiblemente abocado al éxito económico.

En 1858 abandonó su primer empleo para asociarse con un negociante inglés llamado Maurice Clark, con quien fundó la compañía Clark and Rockefeller. A la habilidad para los negocios del joven Rockefeller vino a sumarse muy pronto un acontecimiento crucial: la guerra de Secesión. Tal suceso multiplicó los pedidos y el volumen comercial de la firma, aunque ése no fue más que el primer capítulo de su dilatada carrera empresarial. El segundo y más importante comenzaría el 10 de enero de 1870, cuando, después de una experiencia de varios años en el sector petrolífero, fundara ya en solitario la Standard Oil.

A partir de ese momento se inició una ascensión imparable que acabaría desembocando en el dominio prácticamente absoluto del trust Rockefeller en la industria del petróleo. Por el camino quedaron sus competidores y un largo rosario de artimañas, extorsiones, sobornos e irregularidades de toda índole. Nada, por otra parte, que no fuera la propia lógica del capitalismo llevada a sus naturales consecuencias. Desde entonces, la jaculatoria preferida del fundador de la dinastía sería "Dios bendiga a la Standard Oil", y la divisa de su imperio económico, perpetuada en el tiempo por sus descendientes, dice así: "Por el bien de la Humanidad".

Entre las prácticas habituales de la Standard Oil figuraban los sobornos a los empleados de otras compañías, las coacciones a los clientes de sus competidores, amenazándoles para que cancelasen sus pedidos, y la compra de parlamentarios, mediante la cual paralizó en numerosas ocasiones diversas proyectos legales tendentes a poner coto a sus desmanes. A todo esto se añadiría la extraordinaria complejidad jurídica de su estructura, lo que, unido a la absoluta laxitud e inoperancia de las leyes federales antimonopolísticas, garantizaba a la Standard una amplia impunidad. Tanto es así que, desde su creación en 1870, la Standard pasó de una producción inicial equivalente al 4% del mercado petrolífero americano, al control en 1876 del 95% de dicho mercado. En el corto espacio de seis años la compañía de Rockefeller había laminado o absorbido prácticamente a todos sus competidores.

Las innumerables tropelías perpetradas por la Standard se fueron acumulando con los años en forma de otras tantas demandas legales interpuestas por sus víctimas, a las que se añadieron las de diversos Estados de la Unión. Huelga decir que sin ningún resultado satisfactorio para los querellantes. Pero en 1907 un juez encontró a la Compañía culpable de 1.642 casos de extorsión, condenándola por ello al pago de indemnizaciones por valor de 29.240.000 dólares. Cuando John Davison Rockefeller tuvo noticia del fallo, comentó sin inmutarse: "El juez Landis estará muerto mucho antes de que hayamos saldado esa deuda". El magnate americano, que conocía muy bien el terreno que pisaba, no se equivocó. Aquella resolución condenatoria sería anulada en recurso años después.

Con el transcurso del tiempo, el nivel de organización y eficacia del Trust se iría ampliando de acuerdo con las exigencias del capitalismo en expansión. Una de las innovaciones más provechosas para la firma fue adoptada por el primogénito del fundador, John Davison Rockefeller junior, quien, a raíz de su matrimonio con Abby Greene Aldrich, había entroncado con una de las más rancias familias de la oligarquía pilgrim. En 1923, Junior incorporó al trust familiar una nueva categoría de colaboradores: los asociados, una especie de consultores con rango oficial que en poco tiempo conformaron una amplia red de influencia cuyas ramificaciones abarcaban todos los sectores de la sociedad norteamericana. Además de velar por los intereses de la casa Rockefeller, uno de los más importantes cometidos de sus asociados consistía en contactar con personas bien situadas y relacionadas e incorporarlas a la firma, extendiendo así el peso y la influencia de ésta.

Sin embargo, las bazas más importantes en lo tocante a la consolidación y la expansión del Trust fueron, sin ninguna duda, su implantación en el ámbito bancario, y sus inversiones filantrópicas.

En 1911, John D. Rockefeller adquirió un grueso paquete de participaciones de la Equitable Trust Company, convirtiéndose así en su accionista mayoritario. Nueve años después esa entidad financiera manejaba ya un volumen de depósitos superior a los 250 millones de dólares y se había situado en el octavo lugar del escalafón bancario estadounidense. El siguiente paso tuvo lugar en 1930, cuando John Davison Junior ultimó la fusión de la Equitable Trust Company con el Chase National Bank, que pasó a convertirse de ese modo en el mayor banco del país. No habían transcurrido aún tres años desde la fusión cuando el clan Rockefeller lograba situar a uno de sus miembros (Winthrop Aldrich) en la presidencia del Consejo de Administración de la entidad. El proceso de consolidación financiera culminaría finalmente en 1955, con la fusión del Chase Natinal Bank y el Bank of the Manhattan Company, ligado al grupo Warburg, fusión de la que resultó el Chase Manhattan Bank, presidido desde 1969 por David Rockefeller, nieto del fundador de la dinastía y cabeza de la misma en la actualidad.

No será difícil advertir que la conformación de esos mastodónticos conglomerados económicos, que no ha hecho sino acentuarse con el transcurso del tiempo, contradice frontalmente las cacareadas reglamentaciones antitrust, así como el no menos vociferado sofisma del libre mercado, conceptos que no son en la práctica más que entelequias propagandísticas, como los hechos demuestran hasta la saciedad.

Por lo que se refiere a la evolución del trust Rockefeller, pueden mencionarse dos simulacros jurídicos de impedimento a sus prácticas monopolísticas, que se saldaron, como no podía ser de otra forma, con sendos fiascos. Considerando cuál es la dinámica propia y connatural del sistema capitalista, esperar otra cosa habría sido absurdo.

El primero de tales intentos tuvo lugar en 1887, a raíz de una resolución adoptada por el Congreso (Inter State Commerce Act) en contra de los consorcios comerciales interestatales y de las rebajas discriminatorias practicadas por las compañías ferroviarias en favor de los grandes trusts. La Standard Oil, que vulneraba dichas disposiciones, fue emplazada ante los Tribunales y condenada en juicio a su disolución. Pero la sentencia no fue ejecutada.

Poco después, en 1889, el Estado de Ohio demandaba de nuevo a la Standard, apoyándose en una ley que prohibía toda asociación económica cuya red comercial se extendiese por varios Estados de la Unión. El fallo de los Tribunales volvió a ser condenatorio, conminando a los responsables de la Compañía a disolverla. Como respuesta, John D. Rockefeller, que en esa ocasión simuló acatar formalmente la resolución judicial, estableció con los administradores y fideicomisarios de sus empresas un "gentlemen agreement", es decir, un acuerdo tácito entre "hombres de honor" por medio del cual se mantuvo de facto la vinculación orgánica de todas las compañías del Trust. Todo siguió, por tanto, igual que antes.

Veinte años más tarde, tras un largo paréntesis de calma, se desencadenaba la segunda y última tentativa. Por aquellas fechas, el juzgado federal móvil de Missouri emprendía un proceso contra el trust Rockefeller bajo la acusación de complot contra el libre mercado, iniciándose así un dilatado proceso a lo largo del cual fueron acumulándose las resoluciones condenatorias y los consiguientes recursos. Finalmente la causa llegó a la Corte Suprema, que en marzo de 1911 decretó la desmembración de la Standard en 39 compañías diferentes, cada una de las cuales debería operar independientemente y en competencia con las demás. Aquello no fue más que un nuevo espejismo, ya que las participaciones de la Standard siguieron, lógicamente, en manos de los mismos accionistas, de tal modo que el único cambio que se produjo consistió en que el Trust dejó de operar con un solo nombre para hacerlo bajo varios distintos. Fue así como nacieron La Standard Oil of New Jersey, la Standard Oil of Ohio, la Standard Oil Company of New York (SOCONY), la Vacuum Oil, la Humble Company, etc.

Por su parte, John D. Rockefeller, que seguía siendo el accionista mayoritario, eludió cualquier sospecha de intentar reconstruir el consorcio creando una serie de fundaciones filantrópicas a las que transfirió buena parte de sus acciones. A título de muestra, sólo una de ellas, la Rockefeller Fundation, recibió cuatro millones de acciones de la Standard de New Jersey y dos millones de títulos de la Standard de Indiana. Un tema del que convendrá ocuparse a continuación, no sin antes consignar que el único resultado efectivo de aquella "desmembración" fue la espectacular subida experimentada por las acciones de la Standard en la bolsa neoyorquina, al punto que, en el breve plazo de cinco meses, el valor de las mismas aumentó en 200 millones de dólares, una cifra nada despreciable para la época. Poco después de aquel evento era elegido nuevo presidente de los Estados Unidos William Taft, quien manifestaría públicamente sus escasas simpatías por la legislación antitrust, calificándola de insensata e inoperante.

Por lo que se refiere a las Fundaciones filantrópicas, el primero que supo vislumbrar sus polifacéticas utilidades fue Andrew Carnegie, quien, por otra parte, era un decidido entusiasta del darwinismo social ; una contradicción que, a la luz de la realidad que se enmascara tras esas instituciones, no es más que aparente. Pero serían los Rockefeller quienes mejor partido iban a sacar a este valioso instrumento, que en sus manos se reveló como un recurso de efectividad inigualable. Y es que tales entidades no sólo sirvieron para convertir la animosidad social hacia el clan de los primeros momentos en creciente simpatía, derivada de su nuevo papel "benefactor", sino también como un útil de primer orden para burlar la reglamentación antitrust.

Con todo, no se agotan ahí los múltiples usos de las Fundaciones, toda vez que éstas se han mostrado también como un vehículo inmejorable de penetración e influencia en todos los ámbitos de la sociedad.

Si nos ceñimos al terreno estrictamente económico, las prerrogativas que la legislación norteamericana concede a este tipo de instituciones hablan por sí mismas. Así, los fondos transferidos a una Fundación son deducibles en la declaración de la renta, y todos los bienes que le son entregados están exentos de derechos sucesorios. Por lo demás, las donaciones pueden ser efectuadas tanto por personas físicas como por cualquier tipo de sociedad, sea o no de carácter lucrativo. Asimismo, las fundaciones están exentas a perpetuidad del pago de impuestos, lo que no impide que puedan poseer, comprar o vender todo tipo de bienes inmuebles y de valores mobiliarios, así como conceder préstamos a sus donantes. Todo ello hace que los miembros de sus Consejos Directivos dispongan de una plataforma óptima para actuar en beneficio propio al amparo de los privilegios de que goza la Fundación.

En el ámbito político, las diversas Fundaciones del clan Rockefeller le rindieron igualmente un valioso servicio a éste. A través de ellas, y de otros eficaces instrumentos, como el Consejo de Relaciones Exteriores, el clan Rockefeller ha mantenido durante las últimas cinco décadas una considerable influencia en las altas esferas del poder político. De hecho, buena parte de los personajes que han determinado la política norteamericana a lo largo de ese período, estuvieron vinculados a las entidades del trust Rockefeller, cuando no procedían directamente de los órganos directivos de las mismas. La relación es tan numerosa que sólo podrán citarse algunos de los más significativos, entre los cuales figuran Douglas Dillon, James Forrestal, John McCloy, Robert Patterson, Allen y John Foster Dulles, Winthrop Aldrich y Dean Rusk, destacados protagonistas todos ellos de la escena pública estadounidense de postguerra.. La lista continúa con los hombres que constituyeron el relevo generacional de los primeros, como son Walt W. Rostow, Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger, salidos igualmente de los foros y organismos patrocinados por las Fundaciones Rockefeller.

No menos importante ha sido y es la presencia de las diversas Fundaciones Rockefeller en la vida social estadounidense, acerca de cuyo alcance tan solo podrán ofrecerse aquí algunas muestras, ya que la actividad de esa maquinaria fundacional se extiende por campos tan diversos como la demografía, la religión o la enseñanza académica, si bien su orientación ideológica es la misma en todos los casos.

Uno de los campos en el que la Fundación Rockefeller fue pionera es el del control de la natalidad, al punto que ya en 1934 comenzó a desarrollar su labor en ese terreno uno de los miembros del clan, John D. Rockefeller III, si bien los condicionantes mentales de la época no eran aún lo suficientemente propicios para tales planteamientos. Pero ese inicial inconveniente no habría de suponer un gran obstáculo. Todo era cuestión de tiempo y del adecuado despliegue propagandístico para que la mentalidad occidental fuera adaptándose a las necesidades del capitalismo moderno. A medida que el asunto se fue divulgando, el rechazo de los primeros momentos a las tesis anticonceptivas fue dando paso a una acogida más favorable, de tal modo que ya a finales de los cincuenta el control de la natalidad se había convertido en una de las prioridades de la política exterior norteamericana. Tanto es así que, en 1958, el Departamento de Estado adoptó como tesis oficial que el crecimiento demográfico constituía el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social y para el mantenimiento de la estabilidad política en los países del Tercer Mundo. Una tesis que ha venido manteniéndose desde entonces, y mediante la cual se han soslayado sistemáticamente las razones de fondo de la postración tercermundista. No será ocioso significar que buena parte del presupuesto dedicado por la Administración norteamericana al control de la natalidad en las regiones subdesarrolladas ha corrido tradicionalmente a cargo de las Fundaciones Ford y Rockefeller, cuyo proverbial altruismo se manifiesta igualmente en el ámbito occidental a través de sus aportaciones millonarias a la causa proabortista.

También en el terreno académico las inversiones del trust Rockefeller han sido cuantiosas. Figura entre sus principales logros la Universidad Rockefeller, cuyo antecedente embrionario fue el Instituto de Investigación Médica. Otro importante centro cultural financiado por las Fundaciones Rockefeller ha sido el complejo de Morningside Heights, una especie de emporio académico del que forman parte la Universidad de Columbia, el Teachers College, el Barnard College, la International House, la Iglesia Riverside, el Seminario de la Unión Teológica y el Seminario Teológico Hebreo.

También el ámbito religioso, por llamarlo de alguna manera, ha suscitado la atención de la filantropía rockefelleriana. El primer impulsor de semejante labor fue John D. Rockefeller junior, que ya a principios de los años treinta comenzó a significarse como el principal promotor financiero del protestantismo liberal. Título al que se hizo acreedor mediante sus cuantiosos aportaciones y su entrega personal a la causa promovida por instituciones como el Movimiento Mundial Interiglesias, el Consejo Federal de Iglesias y el Instituto de Investigaciones Sociales y Religiosas, cuyos postulados ideológicos se basaban en una especie de ecumenismo pseudorreligioso y en un cambio de las instituciones eclesiásticas al objeto de que éstas se incorporasen a las tesis ideológicas propugnadas por el capitalismo expansivo y progresista. Todo ello, naturalmente, sobre la base de la preponderancia internacional estadounidense, un concepto que estaba presente en la raíz misma del entramado filantrópico creado por el fundador de la dinastía. De hecho, el reverendo Frederick Gates, que fue el brazo derecho de John D. Rockefeller senior, y el verdadero artífice de su imperio filantrópico, manifestó reiteradamente la doctrina que subyacía tras ese proyecto, que no era sino la consabida "misión civilizadora" de las razas de habla inglesa y el desarrollo económico del planeta bajo la tutela de los Estados Unidos.

Con el discurrir del tiempo la orientación de los programas "religiosos" financiados por las Fundaciones Rockefeller ha corrido en paralelo con la de las más avanzadas corrientes pseudoespirituales modernas, cuyo trasfondo se sitúa en la línea de los postulados comentados en el párrafo anterior. A ello obedecen las ayudas financieras de dichas Fundaciones a numerosas sectas (Hare Krisna entre ellas) divulgadoras de un orientalismo burdo y adulterado a la medida del vacuo esnobismo occidental. Como militante de alto grado de la francmasonería, el actual cabecilla de la dinastía, David Rockefeller, patrocina también varias sociedades pseudoiniciáticas que se dicen representantes de la tradición perdida, como es el caso de la denominada AMORC (Antiquae et Misticae Ordo Rosae Crucis).

Con todo, las diversas Fundaciones Rockefeller no son sino un instrumento más, ciertamente importante, aunque no exclusivo, de la intervención del clan en la vida pública. Intervención que se ha venido articulando a través de otros conductos, como son ciertos organismos privados de crucial influencia política entre los que figuran el Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral y el Bilderberg Group, entidades, todas ellas, financiadas por los grandes oligopolios económicos, cuyos intereses representan.

Por lo demás, la intervención del trust Rockefeller en las esferas políticas no es un fenómeno reciente, pues, como ya se apuntara, sus primeras manifestaciones vienen de muy atrás. Ya en fechas tan tempranas como el período presidencial de McKinley (1897-1901), las maniobras políticas de la Standard Oil se hicieron patentes sin el menor disimulo. De hecho, el soborno a los miembros del Senado estadounidense llegó a convertirse en algo habitual. Sobran testimonios fehacientes al respecto, entre ellos varias cartas dirigidas por John Archbold, brazo derecho de John D. Rockefeller, a otros tantos senadores, señalándoles las medidas a adoptar, agradeciéndoles los servicios prestados y notificándoles el ingreso en su cuenta de la correspondiente gratificación. Por otro lado, el factotum y eminencia gris de la Administración McKinley, Mark Hanna, era un viejo amigo y estrecho colaborador del patrón de la Standard.

Al presidente McKinley le sucedió Theodore Roosevelt, quien, presionado por la indignación pública, se vio en la necesidad de abordar el tema de los turbios manejos de los grandes consorcios, aunque no tardaría en dejar bien clara su posición al respecto. Y al hacerlo, no sólo subrayó la absoluta inoperancia de la normativa antimonopolística, sino que calificó a los trusts de inevitables, añadiendo que "todo esfuerzo por desmantelarlos resultaría fútil, a menos que se hiciera de una manera que ocasionara un grave detrimento a todo el cuerpo político".

Téngase en cuenta, por otra parte, el hecho de que, desde hace largo tiempo, las campañas electorales de todos los candidatos políticos estadounidenses son costeadas con los fondos aportados por los magnates económicos de aquel país. Dada la magnitud de las cifras necesarias para afrontar dichas campañas, resulta claro que las posibilidades de cualquier candidato que no cuente con tales ayudas son totalmente nulas; y no hará falta decir que los dueños de la economía suelen saber muy bien en quién invierten.

Ya en la década de los cincuenta, fue uno de los candidatos a la Casa Blanca, Robert Taft, quien manifestó que "desde 1936, todos los candidatos republicanos a la presidencia de los Estados Unidos han sido nominados por el Chase Manhattan Bank". Aparentemente, el punto álgido de la intervención del clan en la vida pública iba a producirse durante los años en que Nelson Rockefeller se convirtió en uno de los principales protagonistas de la política norteamericana. Pero ese capítulo no debe considerarse sino como una anécdota circunstancial, ya que las oligarquías económicas han demostrado sobradamente su inclinación a ejercitar su dominio de forma indirecta y sin estridencias, sirviéndose para ello de sus correspondientes peones políticos. El caso de Nelson Rockefeller, pues, obedeció menos a los manejos hegemónicos de la plutocracia, mejor ejercitados por otros conductos, que al afán de notoriedad del personaje en cuestión.

La trayectoria de David Rockefeller, por el contrario, se sitúa en el extremo opuesto a la de su hermano Nelson, y responde bastante mejor a las coordenadas clásicas del poder plutocrático ejercido más allá y muy por encima de las contingencias políticas de cada momento. Un poder que, en el caso de David Rockefeller, ha venido basándose en una amplia red de influencias y relaciones sociales tejida a lo largo de decenios por las Fundaciones del Trust, así como en los puestos de primer rango detentados en organismos tales como la Round Table, el Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral o el Bilderberg Group, sin contar la presidencia del Chase Manhattan Bank. Y no es en los estamentos políticos, sino en los organismos de ese tipo, donde reside el auténtico poder.

Todo lo reseñado hasta aquí no ha sido más que una sucinta muestra de la influencia ejercida en la vida pública estadounidense por el clan Rockefeller, escogido como paradigma de unas prácticas extensivas y comunes a todos los trusts financieros. Lo oportuno, por tanto, será completar este repaso dedicando algunas líneas a las influencias de la saga en el ámbito de la política exterior.

Si, como en el primer caso, nos remontamos a los principios de la dinastía, podremos comprobar que, ya en la época de su fundador, la Standard Oil contó para su expansión exterior con la estrecha colaboración de las instituciones políticas estadounidenses. El propio John D. Rockefeller anotaría en su libro autobiográfico "Random Reminiscences" que "una de las entidades que más nos ha ayudado ha sido el Departamento de Estado", aunque se le olvidara añadir que, para hacer más grata esa ayuda, muchos de los embajadores y cónsules norteamericanos figuraban en la nómina de la Standard, percibiendo a cambio de sus servicios las oportunas compensaciones económicas.

Uno los capítulos más lucrativos de las actividades comerciales de la Standard en el exterior se sitúa en el ámbito de los conflictos bélicos. En la década de los veinte, la Standard de Nueva Jersey formó un consorcio con la corporación petroquímica alemana I.G. Farben. Las relaciones comerciales entre ambas compañías continuaron después de la subida de Hitler al poder, e incluso se prolongaron durante los primeros años de la guerra. Y es que los buenos negocios no entienden de otras desavenencias que no sean las económicas. Una carta dirigida en 1939 por el vicepresidente de la Standard, Frank Howard, a sus socios de la Farben, se expresaba en términos tan elocuentes como éstos: "Hemos hecho todo lo posible por trazar proyectos y llegar a un modus vivendi, independientemente de que los Estados Unidos entren o no en guerra". Por otro lado, uno de los más destacados directivos de la Rockefeller Brothers Inc., Lewis Strauss, desempeñó también un papel relevante durante las postrimerías del conflicto. Este polifacético personaje, que a su condición de banquero asociado a la firma Kuhn&Loeb, añadía la de consejero gubernamental, fue el promotor de la Misión Técnica destacada por el gobierno norteamericano al término de la 2ª Guerra Mundial para la captación de científicos nazis; también en este caso el pragmatismo de Strauss se impuso a su origen étnico.

Posteriormente, tanto la guerra del Vietnam, como la árabe-israelí de 1973, dieron lugar a numerosas denuncias acusando a los trusts petroleros (la EXON y la SOCONY de Rockefeller entre ellos) de lucrarse con la primera y, más aún, de promover la segunda con el propósito de provocar el alza de los precios del crudo. En tal sentido se manifestaron el rotativo Washington Observer y, muy especialmente, una documentada obra publicada en 1974 por C.Baker bajo el título "The Great Rockefeller Energy Hoax".

En los países sudamericanos las actividades económicas del trust Rockefeller, y de las restantes macrocompañías norteamericanas, se beneficiarían de la política oficial diseñada por el Departamento de Estado para esa región, política basada en el principio de la prioridad de los intereses privados estadounidenses sobre cualquier consideración de carácter político.

Otro de los principios que han regido la política exterior de los Estado Unidos en el Tercer Mundo, y que sirvió de cobertura a la actuación de los grandes trusts, fue formulado precisamente por Nelson Rockefeller a comienzos de la década de los cincuenta, cuando señalara la importancia que tendrían en el futuro los recursos de los países tercermundistas, así como la necesidad de asegurarse su control. Tesis que, obviamente, serían adoptadas con puntualidad por el Departamento de Estado.

De todos los miembros de la dinastía, ha sido sin duda David Rockefeller quien con más empeño y mayor éxito ha cultivado su proyección internacional. Desde los inicios de los años sesenta hasta hoy, este financiero-estadista ha recorrido el planeta en su reactor particular para entrevistarse y negociar con jefes de Estado y primeros ministros de toda laya ideológica. En todos los lugares donde recaló fue (y es) recibido con respeto reverencial, y muy especialmente en los países de la antigua órbita soviética. Esta última circunstancia sería comentada por George Gilder, un íntimo de la familia, en los siguientes términos: "Cuando David va a Rusia es tratado a cuerpo de rey. Y resulta curioso que nadie sea capaz de reverenciar, halagar y exaltar a un Rockefeller tan bien como lo hacen los marxistas".