miércoles, 12 de agosto de 2009

los enigmaticos perros...!


Esos enigmas sin respuesta

Hay estudiosos que hablan del magnetismo terrestre. Pero la mayoría de los investigadores cree en la asociación combinada de olores y sabores que permiten al animal ubicarse


Por Eduardo Tarnassi



Año tras año, los medios gráficos, la televisión o la radio dan cuenta de alguna hazaña inexplicable protagonizada por un perro. Ya sea el que permaneció mucho tiempo en una estación ferroviaria esperando por su dueño, o bien aquel que sacó a sus amos de la casa que instantes después caería destruida por un terremoto.
Verdaderos o no, estos episodios que escapan a la lógica movilizarán el interés del periodismo, que fluctúa entre los perros asesinos y aquellos que son condecorados.
Lo cierto es que algunas capacidades caninas despiertan la curiosidad humana. Tomemos co ejemplo imaginario el de un pichichus que recorre miles de kilómetros para encontrarse con su dueño ¿Cómo lo hace si transita caminos absolutamente desconocidos para él? Hay quienes hablan de la identificación de olores, otros del reconocimiento de sonidos. También están aquellos conductistas que creen en el ensayo-error Como interpretación es, al menos, endeble.
Hav un viejo relato de Jean Prieur, autor de El amigo de los animales, que señala que una familia francesa que vivía en la campiña tenía un perro llamado Yang Teresa, la única hija del matrimonio, estudiaba en París y regresaba a su casa en tren los fines de semana. En una. oportunidad, llamó a sus padres para anunciarles que ese fin de semana no regresaría.
Al parecer, el bueno de yang descifró el conten ido del llamado telefónico y salió disparado hacia la estación ferroviaria. Allí abordó un tren que iba a París y que no era el que Teresa acostumbraba a tomar. El pobre animal fue capturado antes de llegar a la Sorbonne, aunque iba bien encaminado. Lapreguntaes: ¿cómo sabía que esa formación ferroviaria lo reuniría con Teresa?
Hay estudiosos que mencionan el magnetismo terrestre, otros que hablan de la correspondencia telepática entre perro y amo. Pero la mayoría cree en la asociación combinada de sonidos y olores que permite al can saber que el 60 los lleva a Constitución. Sin embargo. están los que afirman que estos animales tienen un sexto sentido (en algunos ejemplares muy desarrollado; en otros, no) que les permite protagonizar tales proezas.
Al respecto se han hecho experimentos de laboratorio. Aristides Esser, psicólogo norteamericano, realizó en Nueva York el siguiente estudio: construyó dos pequeñas habitaciones a las que revistió con una lámina de cobre. Ambas estaban separadas razonablemente entre sí y nada las vinculaba. Para su ensayo utilizó a una perra boxer y a su cachorro, que ante la exhibición de un diario enrollado solían echarse panza arriba. Puso a cada uno de los ejemplares en los receptáculos.
Al mostrar el diario a tino de ellos, el otro, que no podía ver lo que pasaba, se echó al mismo tiempo que el que había visto el periódico.
Luego, con las mismas construcciones, ubicó en una de ellas a un hombre y en la otra, a su perro. Un desconocido atacó al hombre y el animal de inmediato comenzó a ladrar furiosamente.
Las conclusiones del científico no echaron luz sobre el asunto, pero que estos episodios ocurren es una certeza. También parece serlo el hecho de que los perros ven los espíritus de sus amos después de que éstos han muerto, pero esa historia es mejor dejarla para una noche de tormenta.



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