jueves, 26 de agosto de 2010

La Orden de la Jarretera. su lado oscuro


La Nobilísima Orden de la Jarretera (The Most Noble Order of the Garter) es la orden de caballería más importante y antigua del Reino Unido, fundada en 1348 por el rey Eduardo III. Es considerada el pináculo en el sistema de honores de Gran Bretaña.

La membresía a la orden es muy limitada. El monarca y el Príncipe de Gales son siempre miembros junto con 24 hombres o mujeres. Los miembros masculinos son conocidos como los Compañeros Caballeros, y los miembros femeninos son conocidos como las Señoras Compañeras (no «Damas», como en la mayoría de las otras órdenes de código de caballería británicas).

La orden también incluye miembros supernumerarios o extras, llamados Caballeros y Damas Reales (miembros de la Familia Real Británica) y Caballeros y Damas Extranjeros (monarcas de estados extranjeros).

El anuncio de nuevos miembros se realiza siempre el 23 de abril, en el día de San Jorge, siendo éste el santo patrono de la Orden y de Inglaterra. El príncipe Guillermo de Gales fue la última persona en convertirse en Caballero de la Orden, cuando la reina Isabel II lo nombró su miembro número 1.000 en 2008.

A diferencia de la mayoría de las órdenes, la Orden de la Liga no esta ligada al aviso de citas del Primer Ministro; el Soberano sólo concede membresías. Las membresías en la Orden son un regalo personal del Soberano. Excepto las concesiones de membresías supernumerarias, las concesiones son hechas sólo a esas personas que tienen hechos excepcionales de servicio al Reino Unido.

Origen


Eduardo III, fundador de la Orden.
Muy poco se sabe a ciencia cierta sobre los orígenes y finalidad de la orden y del significado de sus emblemas ya que los registros más antiguos se han perdido en sucesivos incendios. La leyenda más conocida es la que cuenta que el rey Eduardo III, durante un baile que ofrecía posiblemente en el Palacio Eltham, bailaba con Juana de Kent, quien luego se convertiría en la primera Princesa de Gales. A ésta, mientras bailaban, se le cae la liga que llevaba en la pierna a lo que el rey rápidamente, para evitar la vergüenza de la joven, la levanta y coloca en su propia pierna. Ante la mirada de los curiosos que seguían la escena, el rey dice la frase que quedaría como lema de la orden: «Honi soit qui mal y pense» («Vergüenza de aquél que de esto piense mal»). Muchos afirman que la dama en cuestión no era Juana de Kent, sino su suegra hasta ese momento, Catherine Montacute, condesa de Salisbury.

Esta teoría, según muchos historiadores, parece haber tenido su origen en Francia y con el propósito de desacreditarla, ya que se niegan a creer que la orden de caballería mas prestigiosa y antigua haya tenido un comienzo tan frívolo.

Según otra teoría el rey Eduardo III habría intentado con la formación de la orden una vuelta a la Mesa Redonda de los Caballeros del Rey Arturo. Es sabido que el monarca disfrutaba junto a su corte de festivales que evocaban los tiempos del mítico rey, con torneos de justa incluidos y mesas redondas a la cual los caballeros de la corte se sentaban. Siguiendo esta versión, muchos dicen que mientras el rey proclamaba la orden como una simple evocación de los tiempos de Arturo, su verdadera finalidad era crear un movimiento conformado por caballeros, los cuales habían servido a Inglaterra durante la Guerra de los Cien Años contra Francia, que lo apoyaran en su reclamo al trono francés y que el motto de la misma, «Vergüenza de aquél que de esto piense mal», iba dirigido a cualquiera que se opusiera al reclamo del rey a la corona francesa.

La Orden


El emblema de la Orden en el castillo de Windsor.
La orden medieval original estaba compuesta por el rey Eduardo III, su hijo Eduardo de Woodstock, príncipe de Gales más conocido como el Príncipe Negro y ambos contaban con 12 compañeros, como si se tratara de un torneo. Poco ha cambiado sobre esto ya que la orden sigue siendo extremadamente limitada, consistiendo hoy en día en el monarca del Reino Unido, quien es el Soberano de la Orden, el Príncipe de Gales y 24 miembros compañeros. La orden incluye miembros supernumerarios, es decir que no cuentan dentro de los 24 compañeros, que se los conoce como Caballeros y Damas Reales (miembros de la Familia Real Británica) y Caballeros y Damas Extranjeros (monarcas de diferentes estados).

El título Caballeros Reales fue introducido por primera vez por el rey Jorge III con el fin de poder incluir en la orden a 7 de sus 9 hijos varones, sin que éstos contaran en los 24 compañeros. Con la incorporación a la orden del Emperador Alejandro I de Rusia en 1813 la membresía supernumeraria se extendió a los monarcas extranjeros.

Poco después de la fundación de la orden las damas fueron admitidas como Señoras de la Orden, sin llevar el título Compañeras. En 1488 el rey Enrique VII directamente eliminó la práctica de incluir mujeres a la orden y ésta permaneció exclusivamente masculina (salvo en los momentos que el monarca del Reino Unido era una mujer, la cual se convertía en Soberana de la Orden) hasta que en 1901 el rey Eduardo VII nombra a su consorte Alejandra Dama de la Orden. Lo mismo harían luego los reyes Jorge V y Jorge VI con sus respectivas consortes.

En 1987, la reina Isabel II decidió que las damas llevasen el título, hasta ese momento negado, de Compañeras, por lo que se convirtieron en Damas Compañeras al igual que los Caballeros, exceptuando obviamente a las Damas Reales y Extranjeras que nunca ostentaron dicho título.

A partir del siglo XVIII, la elección de los miembros empezó a realizarse mediante sugerencia del gobierno. En 1946 el rey Jorge VI, al ver que la orden se estaba politizando, regresó a la forma original en la que el Soberano elige personalmente a sus compañeros.

A lo largo de los años, varios miembros han sido expulsados de la orden por crímenes como herejía, traición o cobardía y hasta ejecutados como en el caso de Lord Scrope of Masham (amigo de la infancia del rey Enrique V) y el III Duque de Buckingham en 1521. El rey Carlos I lució el emblema de la orden, adornado con 400 diamantes, en el momento de su ejecución.

Durante la Primera Guerra Mundial, muchos de los Caballeros Extranjeros que eran monarcas de estados enemigos fueron expulsados. Así, la membresía del Emperador Guillermo II de Alemania y del Emperador austríaco Francisco José I fueron revocadas en 1915. Lo mismo ocurrió con el Emperador Hirohito de Japón a quién se le retiró de la orden cuando su país ingresó en la Segunda Guerra Mundial. En 1971, sin embargo, la reina Isabel II le restableció como miembro, acto recibido con enorme felicidad por el emperador.

Miembros actuales de la orden

Miembros ex officio
La Reina
El Príncipe de Gales
Caballeros y señoras compañeros

Hugh FitzRoy, XI duque de Grafton (1976)
Gordon Richardson, barón Richardson de Duntisbourne (1983)
Peter Carington, VI barón Carrington (1985)
Arthur Wellesley, VIII duque de Wellington (1990)
Edwin Bramall, barón Bramall (1990)
Matthew Ridley, IV vizconde Ridley (1992)
John Sainsbury, barón Sainsbury de Preston Candover (1992)
John Baring, VII barón Ashburton (1994)
Robin Leigh-Pemberton, barón Kingsdown (1994)
Sir Ninian Stephen (1994)
Baronesa Margaret Thatcher (1995)
Sir Timothy Colman (1996)
James Hamilton, V duque de Abercorn (1999)
Sir Erskine William Gladstone de Fasque y Balfour (1999)
Peter Inge, Barón Inge (2001)
Sir Antony Arthur Acland (2001)
Gerald Grosvenor, VI duque de Westminster (2003)
Robin Butler, barón Butler de Brockwell (2003)
John Morris, barón Morris de Aberavon (2003)
Sir John Major (2005)
Thomas Bingham, barón Bingham de Cornhill (2005)
Mary Soames, baronesa Soames (2005)
Richard Luce, barón Luce (2008)
Sir Thomas Dunne (2008)
Caballeros y damas Reales
El Duque de Edimburgo (1947)
El Duque de Kent (1985)
La Princesa Real (1994)
El Duque de Gloucester (1997)
Princesa Alejandra, La Honorable Lady Ogilvy (2003)
El Duque de York (2006)
El Conde de Wessex (2006)
Príncipe Guillermo de Gales (2008)
Caballeros y damas extranjeros
El Gran Duque Juan de Luxemburgo (1972)
Reina Margarita II de Dinamarca (1979)
Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia (1983)
Rey Juan Carlos I de España (1988)
Reina Beatriz de los Países Bajos (1989)
Emperador Akihito de Japón (1998)
Rey Harald V de Noruega (2001)

El lado oscuro de la orden de la jarretera :

• La Orden fue fundada por Eduardo III cerca de 1348, cuando Joan, la Condesa de Salisbury, botó una jarretera de forma accidental mientras bailaba. El Rey la cogió y dijo: ¡“Honni soit qui mal y pense”!, “El mal estará con quien piense el mal”.

• Esto no era ningún chiste juguetón. La Antigua Religión era condenada aunque era practicada y, ya que no vestían muchas cosas más, los brujos vestían una jarretera como signo de rango.

• La rápida reacción del Rey selló el diseño y la naturaleza de la jarretera, no solo evitando un escándalo sino que posiblemente salvando su vida. Así que poniéndola bajo su protección de forma abierta, el Rey previno cualquier acusación. También estaba indicando su propia participación.

Números Místicos

• Curiosamente, el Rey fundó una orden de caballería restringida a “25 caballeros más el soberano”, un hecho que se aplica hasta el día de hoy, y la Reina Elizabeth II no puede admitir a ningún miembro nuevo hasta que una vacante surja debido a la muerte de un miembro más viejo.

• Así, la membresía total de la orden es de 26 personas. Esto es el doble de trece... una cofradía real siendo el doble del tamaño de una cofradía de brujos ordinaria.

• Los adornos del soberano como jefe de la orden incluye un manto bordado con exactamente ciento sesenta y ocho (168) jarreteras simbólicas. Éstas, junto con la que el Rey viste en su pierna, hacen un gran total de ciento sesenta y nueve (169), ¡lo que es trece al cuadrado! (13 x 13).

• Trece es un número mágico. 13 alfileres se fuerzan en un encanto para hacer una maldición, la carta del Tarot nº 13 es La Muerte, y el 13º miembro de una cofradía representa al Diablo.

• Coloquialmente, “una docena de panadero” significa una estrategia de venta, los panaderos fomentaban la compra de pan y pasteles ofreciendo “uno extra” por cada doce que fuesen comprados. Pero adicionalmente, y más hacia el asunto, la tradición vuelve aún más en el tiempo ¡hacia una época donde la gente vacilaba de hablar de ciertos pensamientos en voz alta en caso de que la declaración gatillase el evento! Compara cuando todo el mundo evitaba declarar el nombre de Dios. En este caso “una docena de panadero” (baker’s dozen) es una corrupción de “boucca’s dozen”... una expresión céltica que significa “el trece del demonio”

1 comentario:

Anónimo dijo...

[url=http://cialisonlinehere.com/#ogbet]cheap cialis[/url] - generic cialis , http://cialisonlinehere.com/#ygnak buy cialis